En los últimos meses, el hecho de pasar por la gasolinera a repostar nos suele traer desagradables sorpresas. Y es que el alza de los precios de los combustibles es continuo últimamente, llegando hasta límites nunca vistos y batiendo récords históricos. Da igual que hablemos de gasoléo normal o “extra”, de gasolina de 95 o 98 octanos: ninguna se salva.
Esto puede tener parte de explicación en los precios de los barriles de crudo, también cada vez más elevados, pero a todos nos da la impresión de que las compañías petroleras suben rápidamente los precios de combustible en consonancia con el mercado, pero las bajadas de precio no se repercuten de la misma manera, al menos no tan instantáneamente. ¿Están pactando precios las petroleras para subir los combustibles por encima de lo que dictaría el mercado de forma natural?
Es muy difícil decirlo y mucho más todavía tener siquiera una prueba para poder asegurarlo, pero algo de eso podría haber, ya que la Comisión Nacional de la Competencia abrirá una investigación a las petroleras que operan en España, al sospechar que podrían estar pactando precios por enésima vez. No sólo eso, sino que además los continuos precios al alza de los combustibles, por encima de lo que sería lógico, podrían ser resultado de acuerdos subterráneos.
Competencia presentará un informe sobre el sector de los combustibles antes de Septiembre, pero poniéndonos en antecedentes los resultados son bastante predecibles. En 2001, el Tribunal de Defensa de la Competencia multó a Repsol con 3 millones de euros y a Cepsa con 1,2 millones por fijar los precios de sus estaciones de servicio y condicionar el mercado. Pero no tenemos que irnos tan lejos: en 2009, la CNC impuso sanciones de 5 millones de euros a Repsol, 1,8 millones a Cepsa y 1,1 a BP por obstruir el libre mercado.
Según Competencia, pese a que las estaciones de servicio pueden operar como empresarios independientes, en realidad se están fijando los precios de venta al público sin que quede apenas margen de variación. Esto es algo que es fácilmente comprobable, debido a que en un radio de muchos kilómetros podemos encontrarnos con precios por litro idénticos en todas las gasolineras, o que tan sólo varían un céntimo o menos, con la escasa excepción de algunas estaciones de servicio independientes o pertenecientes a algún hipermercado.
Además, y aunque en las últimas semanas la escalada de los precios del petróleo no ha tenido compasión, debido a circunstancias geopolíticas como los conflictos en Libia que han llevado al barril de Brent a superar los 110 euros, la fortaleza del euro frente al dólar podría haber minimizado el impacto sobre el precio final. Un detalle muy curioso es que los precios de combustibles antes de impuestos, tanto para la gasolina como para el gasoil, han sido más altos en España que en el resto de los países de la UE durante 38 meses consecutivos.
¿Y todavía nos van a subir más los impuestos para el gasoil para armonizar los tipos impositivos entre todos los países, como se propuso desde la UE?
Probablemente esta investigación que quiere comenzar Competencia se quede en nada, o en una multa astronómica que suponga simple calderilla para las todopoderosas petroleras, no haciéndoles ni cosquillas, pero me temo que la percepción que tenemos todos los sufridos conductores es esa: los precios son muy similares, independientemente de la gasolinera, y suben muy rápido con cualquier disculpa (también casualmente cuando llegan unas vacaciones o puente festivo), pero para que bajen sólo un poquito hay que esperar mucho más tiempo…
Fuente: La Voz de Galicia
Imagen: José Antonio Cotallo López (Flickr)
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