Son el futuro. La representación máxima de la eficiencia y el medio ambiente (salvo por detallitos como las baterías), y cada vez se están poniendo más de moda. Dentro de pocos meses empezaremos a ver en los concesionarios distintos modelos de distintas marcas que serán 100% eléctricos. El problema sin embargo, es que su elevado coste disuade a muchos particulares y a muchas empresas para dar ese salto de fe (a día de hoy es casi eso) al coche eléctrico.
Un estudio elaborado por Arval arroja datos interesantes sobre este problema. El 68% de las PYMES no comprarían coches eléctricos para sus flotas debido al alto precio de adquisición. Por ese motivo el gobierno ha aprobado un plan de incentivos a la compra, tanto para empresas como particulares, en el que darán hasta 6.000€ de ayuda si quieres comprarte un vehículo 100% eléctrico. Viendo el resto de los datos del estudio se ve que aunque ayudará a la compra, no terminará de ayudar a que la gente se decida a comprar.
Esta ayuda será muy bien recibida seguro, pero sigue sin eliminar los principales problemas que tiene el coche eléctrico para implantarse de forma masiva. Por un lado la autonomía actual puede ser suficiente para un particular. Yo no suelo hacer más de 150 kilómetros al día, pero un profesional que se esté moviendo todo el tiempo es probable que sí. Esto se traduce en que el 63% de las PYMES no comprará coches eléctricos por su baja autonomía.
Además, con los actuales tiempos de recarga, el tiempo que ese profesional no pueda trabajar debido a que el coche está cargándose puede influir bastante en su rendimiento económico. Apenas hay puntos de recarga rápida instalados por la ciudad, y ya si hablamos de salir a la carretera olvídate. De todas formas el único sistema que creo tiene mayor futuro es el que Better Place usa, y siempre permite la opción de recargar por enchufe. Esta opinión es compartida por el 58% de las PYMES que han sido consultadas en este estudio.
Pero bueno, uno puede pensar que las PYMES, sobretodo con la crisis, tienen mayor reticencia en invertir en coches eléctricos cuando todavía no se sabe la rentabilidad real que va a tener en el día a día (no por el coste por kilómetro, sino por el uso que se le va a poder dar en la vida real). Pero es que las grandes empresas piensan igual, arrojando datos casi calcados.
El precio es tan sólo uno de los problemas, y aunque este nuevo plan de ayudas suena muy interesante quedan muchos pasos por dar, muchos problemas por resolver, y porque no decirlo, desacostumbrarnos un poco a los coches con motor de explosión, que llevan con nosotros demasiados años.
Fuente: Arval
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