Cada vez más, los coches estarán conectados a Internet para ofrecer mayores servicios. De vez en cuando, alguno de estos servicios demuestra ser interesante y diferente al resto, como es el caso de esta nueva API de Google. Una API básicamente se resume en una forma de integrar y acceder (en este caso en el Ford SYNC) servicios externos (en este caso los de Google). En este caso, gracias al trabajo de Google, Ford y otras muchas marcas podrán mejorar la forma en la que sus coches trabajan.
Esta nueva API de Google sirve para predecir los trayectos que se realizan, tanto a nivel particular como a nivel global. Para eso necesitamos un sistema multimedia con GPS (o señal de telefonía para triangular la posición) conectado a Internet. Cuanto más se use el coche, más datos habrá para analizar sobre nuestros hábitos al volante. Existe por supuesto un problema de privacidad del que hablaremos luego, pero ahora vamos a ver qué beneficios ofrece.
El conocer de forma local y global la ruta que vamos a realizar permite a Google predecir el tráfico que habrá por un camino concreto, ofreciéndonos distintas rutas más fluidas. Pero la principal ventaja la encontraremos en los coches híbridos o 100% eléctricos. Dependiendo de las rutas el coche se configurará automáticamente dependiendo del lugar al que vayamos y en el que estemos, mejorando la eficiencia y ahorrándonos unos euros por el camino.
Estos cambios pueden, por ejemplo, reservar baterías en los híbridos para poder pasar por zonas que sean sólo para coches eléctricos, y así ganar tiempo de viaje, o por ejemplo, limitar la potencia del coche si se va a circular por ciudad y así aumentar la autonomía. Además el coche aprenderá nuestra forma de conducir, por lo que se adaptará también a eso, pudiendo ofrecer consejos sobre cómo mejorar nuestra eficiencia.
En los motores de ciclo Otto estamos viendo sistemas como el Multiair o el TwinPower, capaces de cambiar el alzado de las válvulas. Esto permite que el coche, una vez sepa el trayecto, configure un mapa motor óptimo para cada parte del viaje.
¿Pero por qué tenemos que estar conectados a Internet y a Google? La razón es que para calcular estas predicciones necesitamos una gran potencia de computación, y Google con sus servidores en la red la tiene. De esta forma descargamos al coche de todo el trabajo pesado, además que lo interesante de todo esto es el uso global. Todas las marcas se podrán conectar a esta API y hacer uso de ella.
Pero ahora volvemos al problema de la privacidad. Aunque se vayan a usar usuarios encriptados y niveles de seguridad muy altos, seguimos reportando nuestra posición, hábitos de conducción y horarios. Ya hemos visto como el gobierno holandés compró datos de Tomtom para posicionar mejor sus radares, y cosas mucho peores que se pueden hacer si posees esa información sensible.
Creo que a la larga será un beneficio para todos, y aunque me encantan este tipo de tecnologías estoy muy en contra de perder la privacidad de la forma que se hace hoy en día.
Fuente: Ford
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