El Nissan Juke es el crossover compacto que tiene a media España enamorada, mientras la otra mitad lo detesta. En la primera parte os empezamos a hablar de su personal diseño y su habitáculo, deportivo y juvenil, aunque no demasiado amplio que digamos. La versión que estamos probando está equipada con el motor de acceso a la gama, pero está dotada del equipamiento tope de gama, con delicias como cámara de ayuda al aparcamiento o un completo equipo de infoentretenimiento.
Por el momento nos vamos a centrar en la técnica y la dinámica del Nissan Juke. Este crossover mide 4,13 metros de largo, 1,76 metros de ancho y 1,56 metros de alto. Por dimensiones está a caballo entre un utilitario y un compacto, aunque su altura es más propia de un SUV. En posición delantera y moviendo el tren delantero a través de una caja de cambios manual de cinco relaciones encontramos al motor. Es un 1.6 atmosférico denominado internamente HR16DE, y de muy reciente desarrollo.
No es un motor que vayamos a considerar muy tecnológicamente avanzado, es un gasolina atmosférico de inyección indirecta, con culata multiválvula y sincronización de válvulas variable. Y… eso es todo. Aún así, con respecto a la familia HR, tiene algunas características diferenciadas, como una admisión de plástico, nuevas bujías e inyectores, y nuevos colectores de escape. Con todo ello, desarrolla una potencia final de 117 CV a 6.000 rpm, encontrándose su corte de inyección a 7.000 rpm.
Nissan afirma que este propulsor disfruta de un par máximo elevado a un bajo régimen. Su cifra máxima es de 158 Nm a 4.000 rpm, correcta para un atmosférico de su cilindrada. El consumo medio de combustible de este motor es de 6,3 l/100 km. En ciudad asciende a 8,1 l/100 km y baja a sólo 5,3 l/100 km en carretera. En promedio, el Juke emite 147 g/km de dióxido de carbono, pagando por tanto el 4,75% de Impuesto de Matriculación.
Sus prestaciones son discretas: acelera de 0 a 100 km/h en 11,0 segundos y su velocidad punta está limitada a 178 km/h por unos desarrollos cortos y un coeficiente aerodinámico de 0,35. De lo que no hay duda, es que con 1.247 kg de peso, es un vehículo ligero. Su suspensión delantera es independiente, pero la trasera monta eje rígido con resortes helicoidales. Las versiones 4×4 montan suspensión independiente en ambos ejes, pero nuestro Juke sólo tracciona al eje anterior.
El equipo de frenado está compuesto por discos ventilados delanteros de 280 mm y discos macizos de 292 mm en el eje trasero, curiosamente de tamaño superior. Su depósito de combustible tiene 46 litros, tamaño de utilitario que le da una autonomía en condiciones reales de unos 600 km, en función del uso que reciba. Nuestra unidad de prueba iba calzada con neumáticos 215/50 R17, neumáticos Continental ContiPremiumContact 2, diseñados para el asfalto.
Urbanproof
Como Nissan reza en sus anuncios, el Nissan Juke es un coche fundamentalmente diseñado para el tráfico urbano. Tiene un tamaño contenido, inferior al de un compacto, y un radio de giro bueno que lo convierten en una máquina ágil en ciudad. La posición de conducción elevada también es una gran ventaja de cara a la visibilidad. Visibilidad delantera que es muy correcta, y unos grandes retrovisores para la trasera, aunque en los tres cuarto traseros la forma de la carrocería impide una correcta visión.
La suspensión del coche resulta algo seca en ciudad, los baches se transmiten con precisión al habitáculo, por lo que no es muy agradable pasando sobre un firme roto. El motor 1.6 se muestra más que suficiente para el tráfico urbano, es un atmosférico sencillo sin mucha fuerza a bajo régimen, pero para moverse en las típicas situaciones urbanas es muy adecuado. El sistema nos recomiendo el momento óptimo para cambiar de marchas, con bastante acierto con los regímenes de giro.
Es un motor muy poco ruidoso al ralentí y en marcha, y muy suave. El tacto de la palanca de cambios no me acaba de convencer, el guiado es preciso y los recorridos cortos, pero me parece algo artificial. El escalonamiento de cambio del Nissan Juke es correcto, pero las marchas son muy cortas. En ocasiones nos veremos metiendo la quinta marcha para llanear entre los 50 y los 60 km/h. Normalmente no pasaremos de cuarta, y nos moveremos muchísimo en la tercera marcha.
Aparcar el Nissan Juke me ha parecido más difícil de lo que pensaba sin el guiado de la cámara de visión trasera. Principalmente se debe a una visibilidad mejorable, que hace que el coche parezca más grande de lo que realmente es. Con la ayuda de la cámara todo mejora, y es posible apurar el aparcamiento sin miedo a tocar al coche que tenemos detrás aparcando en cordón. No equipa sistema Stop&Start, y el consumo medido en un ciclo urbano ha sido de 9,3 l/100 km.
En viajes largos y vías rápidas
El desarrollo de la quinta marcha del Nissan Juke es de menos de 30 km/h por cada 1.000 rpm. Con un grupo tan corto y un viaje de 1.000 km de autopista por delante mi cartera estaba empezando a temblar de puro miedo en el bolsillo. A 120 km/h de marcador – velocidad de crucero a la que hemos hecho la prueba – la aguja del cuentavueltas iba fija en 4.000 rpm. Pensaba que su consumo de gasolina se iba a disparar, pero por fortuna, ha consumido bastante menos de lo esperado.
Con tres personas, equipaje, una aerodinámica mediocre y un recorrido extraurbano ligeramente ascendente el consumo registrado por el ordenador de a bordo fue de 7,1 l/100 km. Volviendo a llenar el depósito el surtidor nos indicó que la cantidad de combustible realmente consumida fue de 6,8 l/100 km. Ya más tranquilo, en otros recorridos extraurbanos por las M-30 y M-40 el consumo solía rondar los 6 litros bajos, incluso 5 altos circulando a 90 o 100 km/h.
A pesar de circular a un régimen alto, es un motor con muy poca fuerza por debajo de las 4.000 rpm, teniendo que pisar a fondo en muchos repechos e incluso perdiendo velocidad si la pendiente es pronunciada, viéndose el conductor obligado a reducir marchas. Adelantar en autopista no supone un problema, pero debemos reducir un par de marchas y apurarlas al adelantar en vías secundarias. En cualquier caso, no son adelantamientos fulgurantes, son sólo correctos, y deben planificarse.
El cuanto al confort, los viajes largos no han hecho mella en mi espalda y la sonoridad interior está bastante contenida, siendo el principal ruido la aerodinámica del coche. Hay una ligera molestia aerodinámica en la zona de los retrovisores. La suspensión sigue resultando algo seca, pero de balanceos relativamente contenidos y en vías rápidas con firme en buen estado no supone problema alguno.
Tres modos de conducción, ¿tres personalidades?
El Nissan Juke cuenta con tres modos de conducción, pero, ¿dan personalidades diferentes al coche? En el modo Eco la respuesta del acelerador está amortiguada, el mapeado de la ECU del motor es menos agresivo y la dirección es más blanda. En el modo Normal se mantiene un equilibrio entre dichas variables y en modo Sport la respuesta de motor y acelerador es más repentina y fuerte, además de la dirección endurecerse en los primeros grados de giro. Esto es lo que la teoría dice.
En el modo Eco en la pantalla multifunción se evalúa con estrellas nuestra conducción (a efectos prácticos, depende sólo de la posición del acelerador y si hacemos caso a la recomendación de marcha), en el modo Normal la pantalla muestra el par motor disponible en ese momento y en el modo Sport se hace lo propio con la potencia. Conduciendo el coche en los diferentes modos, la diferencia más apreciable es la respuesta al pisar el acelerador, que llega a ser muy brusca en el modo Sport.
Es más, no es nada recomendable para ciudad, saldremos patinando embrague casi siempre. En el modo Eco está mucho más amortiguada y me ha parecido el mejor modo para dosificar el pedal derecho. Los ajustes en la dirección son casi imperceptibles y con el mapeado del motor ocurre lo mismo. No obstante, en carreteras reviradas o al adelantar recomiendo seleccionar el modo Sport. Obtendremos un resquicio adicional de aceleración y algo más de confianza por la inmediata respuesta del pedal derecho.
El Nissan Juke no es un coche con aspiraciones deportivas, es alto y aunque su suspensión resulta relativamente firme, los balanceos cuando le buscamos las cosquillas son muy notables. Es un coche que tiene un comportamiento subvirador, aunque si ahuecamos en apoyo o frenamos de manera fuerte en medio de una curva rápida puede insinuarse de manera notable. En todo caso, lleva ESP (100% desconectable) de serie y el sistema nos recuperará de una pérdida de control.
Mañana seguiremos hablando del equipamiento y los rivales del Nissan Juke.
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