Hace un tiempo nos hacíamos eco de un hombre que quemaba su coche en Alemania para protestar por los altos precios de la gasolina. La noticia de hoy también tiene que ver con la quema de coches. Según parece, ayer a las 3 de la tarde, un hombre aparcaba su Seat Ibiza en el parque de bomberos de Urioste, en la localidad vizcaína de Ortuella. A esa hora, los bomberos almorazaban, dando la ventana del comedor a la explanada donde un hombre de mediana edad había aparcado su utilitario.
Para asombro de los bomberos, rociaba el coche con un bidón de gasolina y acto seguido le prendía fuego. Los bomberos interrumpían el almuerzo y rápidamente acudían a extinguir el fuego. No ha habido que lamentar daños personales de ningún tipo, pero el coche ya estaba calcinado y completamente inservible. Según los bomberos, el hombre que le había prendido fuego mostraba claros signos de desequilibrio mental, no sabemos si transitorio o permanente.
Posteriormente interrogado, el hombre afirmaba que lo hizo para que el banco no se lo quedase. Intuimos que esta persona se había declarado en bancarrota o no podía hacer frente a los pagos, por lo que el banco tiene la garantía real del bien que se ha financiado. Una persona puede estar agobiada por las deudas, pero no va a quemar su coche, que es la garantía que cancelará su deuda. Ahora, no tiene dicha garantía, sigue teniendo la misma deuda con el banco y ha quemado un coche perfectamente válido.
En las fuentes se dice que es un Seat Ibiza nuevo, pero es un Seat Ibiza de la anterior generación. Tras el incidente el hombre, claramente afectado psicológicamente fue voluntariamente trasladado al cercano hospital de Cruces para recibir atención y apoyo.
Fuente: El Correo
Imagen: EFE
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