El nuevo Lamborghini Aventador LP700-4 se ha convertido en el superdeportivo del momento y en todo un orgullo para la marca del toro bravo. Es por eso que Lamborghini no quería dejar pasar la oportunidad de exhibirlo en una exposición temporal dedicada a la historia de la marca en Chiostro del Bramante, un emblemático claustro de Roma en el que además de diversas fotografías se exhibieron también algunos modelos históricos.
Pero el problema llega en el preciso momento que decides ubicar un superdeportivo de 4.78 metros de largo y 2.26 metros de ancho en una sala cuyas puertas son incapaces de “tragárselo”. Es entonces cuando decides que la mejor idea es ensamblar pieza a pieza un Lamborghini Aventador LP700-4 en la propia sala, ante la imposibilidad de ensanchar las puertas o derribar una pared…
Trabajo de chinos, que dirán algunos… pero en este caso fue trabajo de italianos, el de los técnicos que fueron ensamblando el vehículo pieza por pieza. Alguno podría pensar: ¿no se podrían haber ahorrado instalar el motor? Pues ni tan siquiera se olvidaron de ese detalle…
Por otro lado nos preguntamos, ¿cómo saldrá este Lamborghini Aventador LP700-4 de la sala? ¿tendrán que desmontarlo también pieza a pieza?
Lo más curioso es que no es la primera vez que vemos a Lamborghini ideando un truculento sistema para trasladar uno de sus flamantes superdeportivos a una presentación. De hecho ya hace años nos sorprendían con los métodos empleados para trasladar un Lamborghini Reventón a una conferencia dedicada a las técnicas de diseño, ingeniería y estrategias que emplea la marca para fabricar sus productos.
Entonces el método escogido para exhibir el Lamborghini Reventón en la ciudad de Turín, consistió en transportarlo hasta el tejado del edificio Lingotto literalmente colgado de un helicóptero militar.
Porsche tampoco se quedaba corto en 2009 cuando presentaba el nuevo Porsche Panamera en el piso 94, a 425 metros de altura, del Shanghai World Financial Center. Para conseguirlo tuvieron la brillante idea de elevar la gigantesca berlina introduciéndola en el ascensor…
Lo de exhibir vehículos en lugares inaccesibles no es una moda actual. Ya en 1965 y para sorpresa de muchos, Ford decidía lanzar su propia campaña de marketing viral “aparcando” todo un Ford Mustang de la época en el balcón observatorio de la planta 86 del Empire State Building, uno de los edificios más emblemáticos de Manhattan.
Los ingenieros optaron por elevarlo en el ascensor desguazado en cuatro piezas principales y multitud de piezas de menor tamaño. Un error de cálculo estuvo a punto de llevar al traste esta curiosa empresa y es que la columna de la dirección era un centímetro mayor que la altura del hueco del ascensor. Allí fue exhibido durante al menos cinco meses, ante la estupefacción de los curiosos que en su mayoría creían que había llegado en un helicóptero. Nada más lejos de la realidad…
Fuente: Nikeride | Carscoop | Jalopnik
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