Fallecido hace aproximadamente dos años y medio, Paul Newman es todo un mito hollywoodiense, pero además de eso era también un gran aficionado al automovilismo y a la competición. Y esta afición la llevó mucho más allá del cine, participando en numerosas carreras e incluso venciendo las 24 Horas de Daytona ya entradito en años. En su currículum también figuraba la copropiedad del equipo Newman/Haas Racing de la Champ Car/Indy, por lo que no estamos hablando de alguien que pasara por el mundo del automovilismo y la competición como un mero capricho momentáneo.
Pues bien, uno de los automóviles que en su día formó parte de su garaje está ahora en venta. Se trata de un Volkswagen Beetle de 1963 bastante especial. Y es muy particular porque no estamos ante un Beetle ordinario, por toda la historia que tiene detrás y por contar con una extensa y exclusiva preparación para esta unidad realizada por Jerry Eisert, convirtiéndolo en un coche de carreras con un motor V8 en la parte trasera y 300 CV. En consonancia con la rareza de la que hace gala, su precio también es bastante elitista: 250.000 dólares, que serían al cambio unos 178.000 euros.
La historia comienza tras el rodaje de la película “Winning“, estrenada en el año 1969 y renombrada como “500 Millas” en el doblaje castellano. Esa película, recomendable para todo amante del motor, supuso un punto de inflexión en la vida de Newman, acercándole al mundo del automovilismo, algo que le acompañaría hasta su fallecimiento. Entonces pondría en las manos de Jerry Eisert, reputado constructor de la Indycar, este Volkswagen Escarabajo descapotable de 1963 para darle un lavado de cara tan profundo que ni su propia madre lo reconocería.
El Volks se convirtió entonces en un lobo con piel de cordero, un coche de carreras camuflado bajo un exterior relativamente discreto.En la parte trasera se montó la mecánica V8 Ford Windsor, con 300 CV, acoplada a una caja de cambios ZF de cinco relaciones. Tuvieron que eliminar el asiento posterior para poder dar cabida al motor, situado en posición central-trasera y la refrigeración también fue totalmente retocada, ahora siendo líquida con nuevos radiadores situados bajo los capós delantero y trasero. El tren de rodaje recibía una suspensión deportiva.
Este Beetle fue un capricho de Newman, y se dice que le guardaba mucho cariño. Años después, el actor donó este ejemplar único al departamento de tecnología de la automoción del Chaffey College, en California, donde se siguieron sucediendo las modificaciones y los cambios, como la pintura exterior o las llantas Keystone cromadas.
Cuando la institución educativo cerró ese departamento, el jefe compró el Beetle y lo restauró a su estado original, con la intención de mostrárselo a Newman, pero tristemente el actor falleció antes de que el proyecto estuviese finalizado. Ahora, su dueño vende este pedacito de historia rodante a través de OldBug.com, buscando un mitómano empedernido…
Fuente: Inside Line
Más información: OldBug
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