En estos momentos, la Unión Europea se encuentra unificando y modificando las más de 50 Directivas vigentes en materia de seguridad de vehículos. Dos de los principales cambios afectan al transporte pesado de mercancías y pasajeros. Se estima que al año se podrán salvar unas 1.000 vidas y evitar 4.000 heridos graves al hacer que autobuses y camiones equipen de serie un sistema de aviso de cambio involuntario de carril y un sistema automático de frenada de emergencia.
Comenzamos con el segundo sistema, que es en esencia un dispositivo similar a los City Safety que por ejemplo montan Ford y Volvo. Consiste en un radar delantero que mide las distancias con el vehículo al que el camión o autobús precede, y midiendo las velocidades relativas entre ambos vehículos puede detectar que se va a producir un choque inminente. En ese caso aplica toda la potencia de frenado deteniendo el vehículo o al menos reduciendo su velocidad en gran medida y mitigando los daños.
Este sistema es obviamente pensado para los demás usuarios de la vía, una colisión por alcance a 30 km/h no supone un daño grave para el camión o su conductor, pero el coche contra el que ha impactado puede quedar muy severamente dañado y sus ocupantes pueden correr serio peligro. Este sistema ha sido probado el pasado 11 de mayo en Ginebra y los resultados son positivos. Desde 2013, todos los camiones y autobuses nuevos deberán equiparlo de serie por imposición legal.
El otro sistema está enfocado a la seguridad de los transportistas y sus pasajeros. No deja de ser otra cosa que el conocido avisador de cambio involuntario de carril. Ya sea por una distracción puntual o por un breve microsueño del conductor, las consecuencias materiales y humanas por una salida de vía de vehículo pesado pueden ser muy graves. El sistema detecta el abandono del carril y puede avisar de manera acústica, visual o incluso mediante la vibración del volante o el asiento.
Esta nueva normativa será inicialmente aplicada por la UE, pero es parte de una armonización internacional que busca la extensión de estos sistemas más allá del ámbito comunitario, lo que sin duda alguna repercutirá en la seguridad de todos. La normativa terminará de redactarse a finales de 2011 y en un futuro se adaptará el sistema de frenada automática para la detección de peatones, fundamentalmente en el ámbito del transporte urbano, aunque aún es pronto.
Fuente: Expansion
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