El Concorso d’Eleganza Villa d’Este en el Lago Como se está conviertiendo en una especie de escenario idóneo para presentar sus prototipos en homenaje a los viejos clásicos. Hace tres años, en el mismo escenario, BMW nos embelesó a todos (o casi todos) con el homenaje a uno de sus grandes clásicos, el BMW M1, con un prototipo que hacía soñar a muchos, el BMW M1 Hommage Concept.
Y el pasado año vimos como en el evento patrocinado por la marca de Munich nos presentaban la restauración del precioso BMW 328 Kamm Coupé, el único de su especie y un claro homenaje a uno de sus clásicos de competición más prolíficos de la marca. Este modelo, el BMW 328 Touring Coupé todavía conserva el récord de velocidad media en la mítica Mille Miglia. Para este año los mismos números están en el Lago Como, pero en forma de prototipo, con el BMW 328 Hommage, una reinterpretación moderna del roadster clásico para celebrar su 75 aniversario.
La competición fluía por cada conducto del BMW 328. De hecho, en 1936, cuando se presentó al público, no pasó por ningún salón del automóvil. Se fue directamente a los circuitos a destrozar, casi literalmente, a todos sus rivales. La filosofía de desarrollo que llevaron a cabo Fritz Fiedler y Rudolf Schleicher para su construcción sigue siendo uno de los pilares básicos de desarrollo en Munich: dinámica, estética y grandes niveles de innovación.
Por eso no nos debe extrañar que el BMW 328 Hommage se haya concebido siguiendo esos parámetros, pero actualizados con unas técnicas más contemporáneas. Por ejemplo, en lugar de utilizar el aluminio o el magnesio como se hacía hace más de siete décadas, se ha hecho un uso extensivo de CFRP (plástico reforzado con fibra de carbono). Prácticamente este prototipo está hecho exclusivamente de este material, tanto en el interior como en el exterior.
Y a pesar de su aspecto tan futurista, el BMW 328 Hommage aún se acuerda de sus ancestros con detalles tan significativos como las cuatro bandas de cuero que simulan sujetar el capó, los faros protegidos con las cruces de cinta o los relojes del interior, que mezclan el diseño vanguardista con los toques retro de los botones y las formas de la numeración. Incluso se podría decir que las llantas son un legado heredado de los clásicos.
El problema diría que está en su aspecto en general. Está claro que el BMW 328 Hommage es un ejercicio de diseño pero no termino de ver ese frontal tan sumamente agresivo como un homenaje a los clásicos. La parrilla de “riñones dobles” está presente, como en el resto de modelos de la marca, pero lo que la rodea creo que desmerece el conjunto. Demasiado basta. No digo fea, sino bruta. En la vista trasera desde los 3/4 vemos una cosa que no se parece a lo que vemos cuando lo miramos de frente.
Quizá unas formas más suaves, más fluidas y no tan cargadas de aristas y grandes entradas de aire (quizá necesarias para una refrigeración óptima) lo harían aún mucho más bonito y espectacular. Esto último lo es y con creces, pero opino que podría serlo aún más, si es que es posible, claro. Eso sí, los detalles como la ausencia de puertas o esa trasera elevada hacen que el BMW 328 Hommage sea algo más que un simple prototipo.
De lo que no nos hablan es de sus prestaciones y los únicos detalles mecánicos que nos facilitan en BMW es que el BMW 328 Hommage está equipado con un motor 3.0 de seis cilindros en línea. No especifican si es atmosférico o turboalimentado pero si no me equivoco, para un homenaje así debería ser atmosférico, que de eso en BMW creo que tienen suficiente experiencia para hacer algo grande.
De producción obviamente no nos dicen absolutamente nada. Como decía, es un ejercicio de diseño más y una forma de celebrar el 75 aniversario de uno de sus coches más reconocidos en el mundo de la competición. Pero si que es posible que aquí estemos viendo los genes de próximas generaciones de BMW, tanto a nivel estético (adaptado a la producción en masa) como a nivel tecnológico.
Fuente: BMW
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