Una semana más tenemos que volver a hablar de Saab y su larga batalla por continuar a flota después de que General Motors estuviera a punto de enterrarla. Tras una intentona fallida con Hawtai, los dirigentes de la firma sueca lograron cerrar un memorando de entendimiento con Pang Da, que se ha comprometido a inyectar al menos 30 millones de euros para reflotar la empresa a cambio de poder fabricar vehículos Saab en China.
De momento no se ha cerrado completamente el acuerdo pero el grupo chino ya ha adelantado esos 30 millones de euros prometidos, que han sido inmediatamente destinados a poner parches en la sangría en la que está sumida Saab. Lo primero que han hecho ha sido pagar a los proveedores para retomar la producción de vehículos en la fábrica de Trollhättan. Una portavoz de la marca ha confirmado a Reuters que la fabricación se reiniciará mañana, día 27 de mayo.
Recordemos que las puertas de la principal planta de ensamblaje de la firma llevan cerradas desde el pasado 6 de abril, cuando se destapó el terrorífico agujero económico que tiene Saab. Desde entonces, no se ha fabricado ni una sola unidad del Saab 9-3 y el Saab 9-5, sus dos principales puntales. El Saab 9-4X ha seguido fabricándose en México ya que la producción la lleva a cabo General Motors en una de las plantas que posee en dicho país.
Está previsto que hoy salgan unas 100 unidades de la cadena de montaje, una cifra notablemente inferior a las 230 o 240 unidades que hasta abril eran ensambladas. Esto se debe a que la situación no está completamente regulada, ni mucho menos. Los dirigentes de Saab han realizado titánicos esfuerzos durante esta semana para conseguir reactivar la producción en Trollhättan. Digamos que han logrado alcanzar un “acuerdo de mínimos”, pero aún quedan muchos flecos que resolver.
El siguiente paso de este tortuoso camino es conseguir que Pang Da logre todas las aprobaciones necesarias para que pueda entrar en el capital de Saab, acción que reportaría cerca de 110 millones de euros de liquidez inmediata a las arcas de la marca. Otro efecto “colateral” de esta participación sería el cambio de nombre de Spyker, ya que se especula con que pasará a llamarse Swedish Automobile.
Este rebautizo es lo más superficial de todo, lo importante ahora es el dinero contante y sonante. Parece que las cosas se van enfocando hacia la salvación definitiva de la marca, aunque todo esto hay que cogerlo entre alfileres ya que en cualquier momento se puede ir todo al traste como ocurrió con Hawtai hace unas pocas semanas o como pasó cuando falló la venta de Hummer a Tengzhong. Seguiremos informando de este escabroso asunto.
Fuente: Reuters | Autocar
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