El pasado fin de semana se disputó en el circuito de Silverstone el Gran Premio de la categoría FIA GT1. Esta categoría suele estar poblada por vehículos derivados de superdeportivos de serie, como puede ser el Nissan GT-R, el Ford GT o el Aston Martin Vanquish. Normalmente es una interesante competición con muchos cambios de liderazgo y mucho contacto en pista, pero por desgracia el pasado domingo también fue un claro ejemplo de un comportamiento extremadamente anti-deportivo.
Todo comenzó cuando Richard Westbrook a bordo de un Nissan GT-R intentaba pasar al piloto Stefan Mücke (Aston Martin) por el interior en una curva a derechas. Westbrook se pasaba ligeramente de frenada, Mücke se cerraba sin verle y ambos coches impactaron. Stefan trompeó y se salió sin consecuencias a una escapatoria de asfalto, reincorporándose a la carrera de manera inmediata. Richard se mantuvo en pista, aunque bajó su ritmo un poco. Según parece, Mücke tenía ganas de venganza.
Ni corto ni perezoso, vuelve a dar caza al Nissan GT-R, se pone a su altura y le pega un espectacular volantazo. Puede que su objetivo fuese únicamente enseñarle el dedo corazón. Lo consigue, pero también consigue accidentarse a sí mismo y al competidor. Además, de manera bastante más fuerte que el Nissan, que había sido sólo ligeramente dañado. El resultado es ambos coches fuera de carrera por la estúpida rabieta de un piloto que muy posiblemente vea suspendida su licencia y seguro será multado.
Es un comportamiento muy anti-deportivo, una rabieta de recreo, prácticamente. Sólo que en este recreo, los “niños” juegan con máquinas de tonelada y media y 600 CV de potencia. Me parece increíble que el piloto de Aston Martin cometiese semejante acto, y como se puede ver, Westbrook le recrimina ya bajado de su coche. Ahora bien, ¿ha sido un golpe intencionado o un estúpido accidente al querer Stefan expresar su rabia al piloto británico?
Sólo espero que no hayan llegado a las manos, porque no sería la primera vez que algo así pasara. El vídeo lo tenéis sobre estas líneas, merece la pena repasarlo.
Fuente: Autoblog
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