¿Quién no conoce al Caterham? El resumen del coche y su historia podría ser “quítame un kilo antes de darme un caballo”. Bajo esta filosofía de ligereza máxima nació en 1957 de la mano de Collin Chapman el Lotus 7, debido en gran parte del éxito en ventas y en competición del Lotus 6, junto con la necesidad de crear un sucesor al dejar de fabricarse éste.
Este primer Lotus 7 se podría llamar hoy en día rudimentario, pero la idea era ofrecer un coche muy interesante, efectivo y divertido a un precio muy reducido. Su motor era un vetusto Ford con 1.172 cc y la gran suma de 40 CV (opcionalmente 48 CV), un chasis tubular de aluminio, frenos de tambor y una caja de cambios de 3 marchas, pero a cambio pesaba sólo 416 Kg. Suena a poco, pero en la época era realmente un coche muy divertido y barato.
La razón de usar ese motor Ford era que daba la oportunidad a los dueños del Lotus 7 de participar en la 750 Motor’s Club 1172 Formula sin tener que modificar el coche, por lo que todos los entusiastas de la competición podían tener su oportunidad. Otro de los factores “frikis” del coche era que para ahorrar costes te lo vendían en un pack, y en tu casa lo montabas tranquilamente. Como veis, Ikea no es la inventora de esta idea. De esta forma se ahorraban impuestos y todos contentos.
Pero los pilotos más profesionales veían escasa la potencia, por eso se desarrolló el Super 7, que principalmente cambiaba el motor Ford por un Coventry Climax de 1.098 cc y 75 CV ofreciendo unas prestaciones muy buenas. Con la llegada de 1960 el modelo siguió evolucionando, introduciendo motores más potentes (1.340 cc y 1.500 cc, 85 CV y 105 CV respectivamente) de origen Cosworth, frenos de disco, fibra de vidrio en el chasis, etc. denominada S2.
La fórmula de poco peso y buena relación de peso/potencia seguía funcionando muy bien, por lo que en 1968 salió a la luz una nueva versión, la S3, con pequeños cambios estéticos y un nuevo motor de fabricación propia, que con 1.558 cc daba 125 CV. Con esto llegamos a la cuarta generación, pensada más en la fabricación masiva que en pequeñas tiradas, cambiando la carrocería de aluminio por fibra de vidrio y manteniendo prácticamente todo lo de la generación anterior.
Este es en resumen la historia de Lotus Super 7, que duró hasta 1973, año en el que Collin Chapman vendió la licencia a Caterham, actual propietaria. Por suerte o por desgracia, esa cuarta generación no salió todo lo bien que Lotus quería, y Caterham decidió volver a la generación anterior, la S3, y evolucionar el coche desde ahí. Todos los diseños actuales derivan de aquella versión S3 del año 1968.
Este es el principio de la historia del mito del Super 7, y que con el paso de los años la tecnología involucrada en este coche ha ido evolucionando, no así su filosofía, que se mantiene intacta tras más de 50 años.
Actualmente Caterham ha sacado al mercado más de 55 modelos contando los de competición (que en muchos casos son prácticamente idénticos a los de serie), siendo el más espectacular el Caterham 7 Superlight R500 Evolution, un devora-circuitos con 250 CV y 470 kg, pero por desgracia sólo se fabricaron 4 unidades.
Después de este pequeño resumen de la historia pasaremos a hablar un poco en detalle del vehículo que esta Caterham Drive Experience pondrá a tus manos para realizar este curso de conducción, el Caterham 7 Superlight R300 SV.
Quizá no sea el Caterham más extremo de todos, pero sin duda no se te quedará corto. Nacido en 2002 tras el éxito del Superlight R500, diseñaron este Superlight R300 junto con el Superlight R400. No son tan extremos, pero ofrecen sensaciones muy cercanas de una manera más económica.
Tiene un peso mínimo de 575 kg (y 875 kg con todos los extras y el chasis SV como es este caso) y algunas partes en fibra de carbono en vez de aluminio. Su corazón es un motor Ford Duratec atmosférico de 2 litros y 175 CV. Tiene unos datos de aceleración de superdeportivos, haciendo el 0-100 Km/h en 4.5 segundos.
Asociado a ese motor va una caja de cambios manual de 6 velocidades, y con la relación de cambio que tiene puede alcanzar los 225 Km/h. Para frenarlo utiliza 4 discos de freno, ventilados delante de 254 mm y macizos detrás de 229 mm sobre unas llantas de 15 pulgadas.
Además lo bueno es que cuenta con una suspensión completamente ajustable, lo que permite usarlo tanto en circuitos como para carretera, pudiendo encontrar siempre el ajuste indicado. Para ayudar a una mejor tracción cuenta con un diferencial de deslizamiento limitado, aunque ya os anticipamos que el drifting con este coche es casi coser y cantar.
Ya sólo queda saber qué ofrece la Caterham Drive Experience y qué hicimos en el circuito del Jarama con este Caterham 7 Superlight R300 SV.
Caterham Drive Experience: disfrutando del mito en circuito (II)
Imágenes: Diariomotor | 8000 Vueltas
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