Después de la pequeña ración de historia y de ver por qué el Caterham 7 se ha ganado su reputación como mito a pulso, vamos a centrarnos de lleno en la Caterham Drive Experience. Como ya hemos contado, se trata de un curso de conducción con un Caterham 7 Superlight R300 SV, pero en realidad se divide en tres posibles cursos.
Las opciones que tenemos para elegir son tres. La primera se trata de un curso de drifting (derrapaje), algo que con el Caterham del curso es bastante fácil de hacer. La segunda opción es una experiencia de conducción llamada slalom, en la que se pondrán a prueba nuestras habilidades para controlar cambios de peso y el control del acelerador. La tercera y última opción se trata de un curso en circuito, quizá sin duda la opción más interesante para la mayoría.
En nuestro caso hemos realizado una toma de contecto del evento denominado slalom, por lo que antes comentaremos brevemente cómo son los otros dos tipos de curso que se ofrecen. El primero que comentaremos será el de drifting. Como muchos sabéis, el drift se trata del derrapaje controlado, y el Caterham, debido a su alta relación peso/potencia, es bastante fácil de hacer derrapar a base de acelerador.
Los instructores crearán diversos circuitos de conos en los que para ir rápido será necesario ir derrapando. Cada circuito será más complicado que el anterior, exigiendo cada vez más a tus habilidades para el contravolanteo y para dosificar el gas si lo que quieres es ser el más rápido y espectacular. Al final del curso, como en el resto de cursos, se premiará a los 3 mejores con un diploma especial (otorgando volante bronce, plata y oro).
El segundo curso se trata de una experiencia en circuito. Al ser biplaza un instructor se sentará de copiloto contigo y te corregirá/aconsejará para mejorar la conducción y sacar el mayor rendimiento de tu conducción, a la vez que disfrutas de las sensaciones que ofrece por su alta relación de peso/potencia. Además de poder subirte como piloto se ofrece subirte como copiloto de manos de un piloto profesional, que seguro te sacará una sonrisa durante el tiempo que dure la experiencia.
Ahora vamos con la opción que realizamos nosotros, una pequeña toma de contacto del curso de slalom. Antes de este curso he tenido la suerte de haber podido realizar varios antes, y en algunos de ellos poder realizar también pruebas de slalom. El truco para hacer un buen slalom es mantener la velocidad constante y hacer la línea más recta posible entre conos. Si empezamos a hacer cambios de peso bruscos, sea lateral o longitudinalmente, perderemos mucho tiempo y comprometeremos la trazada.
Nuestra jornada empezó en el circuito del Jarama, en el piso box de la escuela de pilotos de Emilio de Villota. Sobre las 10:30 el propio Emilio de Villota nos daba un briefing, primero contándonos algo de historia sobre el Lotus 7 y su relación con ese coche. Más tarde nos emplazaron a bajar al circuito, a la zona donde se encontraba un circuito de conos donde realizaremos el evento de slalom.
Este circuito de conos se encontraba en la zona entre la curva de Le Mans y Farina, donde además el asfalto cuenta con zonas de asfalto deslizante para cursos. El circuito consistía en lo siguiente: Salimos y hacemos un slalom de tres conos, y de ahí llegamos a una curva de derechas amplia de 180º. De esa curva salimos para tener que pasar entre dos conos, y de esa zona llegamos a 4 conos amarillos que tenemos que atacar por la derecha, dar una vuelta completa alrededor de los conos y enfilar hacia la izquierda a la llegada.
Durante el evento hicimos cuatro veces este circuito de slalom, siendo la primera de prueba y el resto cronometradas. Al salir el crono se pone en marcha, y para parar el tiempo es necesario atravesar la llegada y pararse al lado de un cono que debemos tocar. Si tiramos un cono se penaliza con 5 segundos, por lo que prima casi más hacerlo bien que hacerlo a lo loco.
Van pasando los minutos y el resto de compañeros va montando, siendo nosotros los últimos de la lista para realizar la primera toma de contacto. Se hicieron en total dos tomas de contacto, realizando dos veces el slalom en cada toma. Poco a poco van entrando las ganas de coger el coche, el resto de los compañeros de curso se divierten derrapando de lo lindo con el Caterham mientras nosotros sólo podemos mirar.
Por fin llega nuestro turno, impacientes por subir y con el coche ya calentito. Para subirse al coche hay que pisar un poco del asiento, apoyar los brazos en los laterales y dejarse caer. Parece que te subes más en un fórmula que en un coche homologado para ir por la calle. Una vez sentado impresiona la vista que tenemos desde el parabrisas. Parece que vamos sentados en un kart, y el morro del Caterham se nos hace larguísimo.
Para regular la posición de conducción sólo nos hace falta regular la distancia del asiento a los pedales, el resto simplemente encaja a la perfección. Tengo que reconocer que me puse hasta nervioso al sentarme, no tanto por lo que iba a hacer sino por el hecho de estar sentado en este pedazo de la historia del automóvil.
La instrumentación es bastante simple, pero efectiva. Sólo tenemos un velocímetro y un cuentarevoluciones delante de nosotros, y luego 9 botones para encender el motor, activar los warning, usar el claxon o encender los limpiaparabrisas. Más a la derecha encontramos 3 diales analógicos más, para medir el nivel de gasolina, la presión del aceite y la temperatura del refrigerante.
Después del vistazo rápido nos abrochamos el cinturón, un arnés de cuatro puntos para mantenernos bien sujetos al asiento bajo cualquier situación. Lo primero que hago, ya que el coche estaba arrancado, es pisar el embrague y meter primera marcha. La caja de cambios es ultra corta y muy directa, y aunque sólo vamos a usar la primera marcha tiene que ser una delicia subir y bajar marchas con el Caterham. Suelto un poco de embrague y se me cala el coche. Se podría decir que el embrague es digital, no tiene apenas recorrido.
Pero aunque pueda parecer que por ser corto no se puede salir bien, el caso es que se pueden hacer salidas normales. Pueden no parecerlas, ya que a poco que se revolucione el motor suena bastante y parece que estamos a muchas vueltas cuando en realidad no hemos pasado ni de 1.500 rpm.
Después de 3 caladas de motor más consigo ponerme en la posición de salida para hacer el slalom. Desde luego estaba causando buena impresión a los monitores… Ya colocado me marcan 3, 2, 1… y salgo derrapando, no por hacer el macarra sino porque a poco que aceleres de más enseguida pierdes tracción con tanta relación peso/potencia.
Al ser la primera vuelta hago el circuito relativamente despacio. Es mejor ir desde el principio rápido para encontrar un poco los límites, ya que en este intento no se cuenta el tiempo. La primera impresión del coche es que responde muy bien, es muy ágil y acelera como un demonio. No es complicado descolocar el coche y controlarlo, dando bastante margen al piloto.
Justo después de acabar esta primera prueba toca hacer una segunda. En esta segunda intenté ir más rápido, prácticamente a hacer el mejor tiempo, marcándome un bonito trompo al tomar la curva de derechas después del slalom. También hay que destacar lo divertido y fácil que es con el Caterham hacer la vuelta alrededor de los 4 conos totalmente de costado. Si me hubieran dejado me habría dado cuatro o cinco vueltas derrapando alrededor de esos conos y me habría ido con una sonrisa de oreja a oreja.
Toca bajarse del coche ahora y dejar que el resto de los compañeros vuelvan a subirse para realizar otros dos intentos cronometrados al circuito. Se ve bastante nivel entre los asistentes, todos compañeros de prensa, pero algunos con casco de competición pintados, con clips para hans y hasta alguno con cable para conectar la radio al casco. Aun así, y aunque lo importante es disfrutar de la prueba no nos desanimamos, marcándonos como objetivo sacar el máximo rendimiento del coche y de nosotros mismos y conseguir el mejor tiempo.
Pasan los minutos y afortunadamente nos vuelve a tocar conducir el Caterham. Ya con la experiencia de la primera tanda nos concentramos en darlo todo en esta segunda tanda. Aquí os dejamos el vídeo que grabamos. Esperamos que lo disfrutéis tanto viéndolo como nosotros al grabarlo.
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En el primer intento tiramos un cono justo antes de entrar a la meta, por lo que nos penalizaron con 5 segundos. En el segundo intento conseguimos un tiempo a sólo medio segundo del mejor tiempo, quedando en quinta posición. El segundo y el tercero empataron en tiempo a la centésima. Ha estado cerca la victoria, pero lo importante es que hemos disfrutado de todo un mito del automovilismo.
Es una pena pero nos toca despedirnos de los Caterham y volver al piso box, donde se nos hará entrega de un diploma por haber realizado el curso y donde comentaremos la experiencia con el resto de compañeros. Ha sido una mañana especial que se quedará grabada en mi memoria durante mucho tiempo, y que seguro lo hará en la vuestra después de vivir esta experiencia.
Imágenes: Diariomotor | 8000 Vueltas
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