Seguro que todos recordaréis aquella frase de Luca Cordero di Montezemolo afirmando tajantemente que “nunca veríamos un Ferrari con tracción integral“, ya que eso supondría traicionar los principios y la filosofía de la marca. Contradicciones de la vida, porque un tiempo después presenciamos el anuncio oficial del Ferrari FF, el primer superdeportivo de Maranello con tracción a las cuatro ruedas y una concepción un tanto peculiar. Espera un momento, ¿el primer modelo de Ferrari con tracción total?
Esta pregunta podría tener trampa. Sí, el Ferrari FF es el primer vehículo producido por la marca italiana con tracción integral, pero mucho antes que él ya existía un prototipo con tracción a las cuatro ruedas en Ferrari. Hablamos del Ferrari 408 Concept, un completo desconocido y del que pocos recuerdos quedan, casi veinticinco años después de su presentación. Los datos técnicos sobre él son también bastante difusos, pero así es: el Ferrari 408 existió, y derivaba su potencia a las cuatro ruedas, no sólo a las traseras como de costumbre.
Pongámonos en situación: año 1987, la tracción integral había revolucionado la competición y comenzaba a ser popular gracias al éxito en los rallyes del Audi Quattro. Ese también sería el año de aparición del Lancia Delta HF Integrale, que sería el nuevo dominador del Mundial de Rallyes en los últimos años de la década. ¿Y qué había de la tracción integral en los modelos de calle, incluyendo a los deportivos? Poco antes, el Porsche 959 había marcado el camino a seguir, también con tracción a las cuatro ruedas, y Ferrari también valoró esta opción.
Finalmente, se decidieron a construir un prototipo que podría avanzar las líneas o la tecnología de sus futuros modelos: el Ferrari 408 “Integrale”, el verdadero primer Ferrari con tracción 4WD a las cuatro ruedas. En su momento, poco se supo de él, y fue un experimento que quedaría en el olvido con el paso del tiempo. Scaglietti se encargó de carrozarlo, y tan sólo se construyeron dos unidades de las que se desconoce actualmente su paradero, con una carrocería de composite extremadamente ligera y un chasis de aluminio que era muy poco habitual en la época y pesaba tan sólo 80 kg.
De su mecánica tampoco se confirmó nada en su día, pero por su denominación todo apuntaba a un motor V8 de 4.0 litros de cilindrada y 300 CV. En cuanto a su diseño, se le reconoce el paso de los años y el ser diseñado en plena vorágine ´80s, con llantas de cinco palos, una parte trasera bastante difícil de ver a día de hoy y una delantera algo más inspirada, que podría recordarnos al posterior Honda NSX de primera generación con faros escamoteables. En resumidas cuentas, una rareza de la que hasta la propia Ferrari parece haberse olvidado, consciente o incoscientemente.
Fuente: Speedhunters
En Diariomotor: Ferrari FZ93, una pieza única de Zagato por un millón de euros | Ferrari FF, en detalle desde el Salón de Ginebra 2011