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Fiat Freemont, presentación en Lugo (parte I)

Desde el primer momento en el que se anunció la llegada del Fiat Freemont se ha discutido mucho, hemos discutido mucho, sobre la estrategia del grupo Fiat de tomar como base modelos originales del grupo Chrysler. El Freemont es en definitiva un monovolumen de generoso tamaño con siete plazas que está basado directamente en el Dodge Journey.

La herencia americana es clara en cuanto a la plataforma pero Fiat ha trabajado en diferenciar el resto, eso sí exteriormente menos de lo que el público en un primer vistazo demandaba. Tras las grandes puertas del Freemont hay muchos cambios en cuanto a materiales, tras la carrocería hay cambios sobre la dinámica y bajo el capó hay solamente “material” del Fiat europeo. En la presentación de Lugo pudimos recorrer cada hueco del Freemont y comprobar cómo es el nuevo gran monovolumen de Chrysler Fiat.

Fiat Freemont, presentación en Lugo

Freemont, basado en el Journey pero a la europea: exterior, interior e equipamiento

A primera vista la impresión es la lógica: un Journey con logos de Fiat. Pero a medida que uno se acerca al coche esa impresión cambia. El coche en sí mantiene su base de partida, su origen, pero se pueden apreciar más las modificaciones realizadas en el continente para que se ajuste mucho más que el Dodge a nuestros gustos. Sus casi cinco metros de largo y su elevada altura tampoco ayudan a la imagen habitual que tenemos de monovolumen.

Fiat le planta, en lo que se puede ver sin abrir ni siquiera una de sus puertas, su impronta en forma de logos, en forma de una calandra más fina, en forma de llantas de aleación exclusivamente “grupo Fiat” y en un par de detalles más. Pero como es habitual lo bueno, lo diferenciador, está en el interior. El Journey que hemos visto tiene un interior más abrupto, más tosco por así decirlo. En las fotos oficiales que publicó Fiat también se transmitía esa sensación del Freemont pero esta se atenúa al sentarse en el interior del Freemont más básico. Los materiales tienen mejor pinta y la piel de buen tacto aparece ya por ejemplo en los reposabrazos de las puertas.

Hay detalles vistosos que saltan a la vista como el tacómetro y el velocímetro aderezados con fondo negro y reflejos en color rojo Fiat. Si se trata de seguir solamente el color de empresa o de enfatizar que se aleja del Journey lo dejo a vuestra elección. Además hay otros detalles como el diseño del salpicadero o de las puertas que mantienen la filosofía original. En cualquier caso se trata de un detalle diferenciador que continúa en el display del radio CD MP3 que se convierte en el centro de control junto al ordenador de a bordo.

Fiat Freemont, presentación en Lugo

Todavía no ha llegado el navegador GPS a la gama del Freemont ni tampoco la tracción a las cuatro ruedas pero ya cuenta con un detalle interesante para los aventureros: uno de los menús del display de la radio muestra una brújula totalmente configurable. También permite otras configuraciones más típicas como el comportamiento de las luces (si uno pretende que le saludan y le despidan al llegar al coche), la configuración de apertura y clausura de puertas, la asistencia de arranque en pendiente, los intermitentes de un toque, etc.

Otros detalles sin embargo recuerdan, aunque tenga su utilidad por sí mismos, al origen americano. Por ejemplo, tras el techo de fila delantera se esconde un hueco portagafas que el abrirse deja entrever el típico espejo desde el que el conductor puede vigilar lo que hacen los pasajeros de atrás (pensad por un momento en los críos revoltososos). Otro ejemplo sería el generoso tamaño y la forma rectangular de cada uno de los retrovisores exteriores.

En el Freemont más asequible que se puede adquirir los siete airbags, incluyendo dos de cabeza que se alargan hasta la tercera fila, el asistente de arranque en pendiente, los reposacabezas delanteros activos y el ESP con mitigación de balanceo están presentes. También lo está el radio CD MP3 con pantalla táctil y mandos en el volante (estos últimos algo liosos por su organización), el acceso y arranque sin llave (una comodidad cada vez más extendida), las llantas de aleación, las luces antiniebla o el ordenador de a bordo (muy sencillo de utilizar y con la estética de colores Fiat).

Fiat Freemont, presentación en LugoFiat Freemont, presentación en LugoFiat Freemont, presentación en Lugo

Amplitud y comodidad del Freemont: posibilidades de configuración del espacio

Dependiendo de la versión del Freemont los asientos delanteros cuentan con diferentes ajustes, o completamente manuales con palancas para la variante sencilla o con accionamiento eléctrico en el caso del asiento del conductor a partir de la versión intermedia.

A partir de la segunda fila inclusive llegan las verdaderas opciones de configuración para los asientos. Las tres butacas centrales pueden organizarse de forma independiente para colocarse en posición convencional, plegarse para formar una superficie plana o, en el caso de los asientos más extremos, levantar su base para colocar a un niño cómodamente. Comparativamente el espacio vital de cada uno de los ocupantes de esta plaza es más grande que en el caso de cualquier monovolumen compacto.

La tercera fila cuenta con dos asientos y está homologada para adultos a diferencia de otros monovolúmenes más pequeños. Huelga decir que una persona de 1,9 no debería ni mirar para estas dos plazas pero hasta 1,77 metros que mido yo se puede ir perfectamente, sin estrecheces aunque sin excesos espaciales.

No conviene olvidarse tampoco de los huecos, los indispensables huecos para las familias con niños (y para el resto también, porque siempre hay bebidas o bolsas que llevamos en el coche). Delante cuenta con los obligados huecos en las puertas, una guantera grande y los porta-vasos mientras que la situación se reproduce en la segunda fila, que también cuenta con reposabrazos y bolsas tras los asientos delanteros.

Fiat Freemont, presentación en Lugo

Maletero ajustable, de 145 a casi 1.500 litros

Monovolúmenes como el Fiat Freemont suelen tener una gran capacidad de carga e incluso mantienen un mínimo adecuado con todas sus plazas utilizadas: 145 litros de volumen caben en el maletero del Freemont cuando están instalados los siete asientos máximos.

Con cinco plazas el volumen de espacio disponible aumenta hasta los 550 litros desde el fondo hasta la cintura, un valor elevado a pesar de que otros monovolúmenes de siete plazas como el Citroën Grand C4 Picasso le ganan por goleada, en el caso del francés por más de 100 litros extra de capacidad. Abatiendo todos los asientos abatibles del Freemont se alcanzan casi los 1.500 litros (contando desde el suelo hasta el techo).

Al margen de capacidades la boca de carga que deja a la vista el portón es plano lo que permite cargar objetos voluminosos con cierta facilidad. Para mañana dejamos la parte de la dinámica del Freemont, las dos versiones del motor diésel Multijet (140 o 170 CV) y las conclusiones.

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Óscar Miguel

Desde pequeño me han gustado los coches y desde un poco más mayor la informática. Aunque estudié lo segundo, en 2005 arranqué el proyecto de Diariomotor. Seguir leyendo...

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Un interesante modelo a medio camino entre los MPV y crossovers, con siete plazas disponibles. Está a la venta con dos motores diésel y puede tener mucho equipamiento

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