Aunque parezca que he querido hacer un juego de palabras con el título, nada más lejos de la realidad. Las partes cromadas de este 1965 Mercer-Cobra son de cobre, tal y como podemos ver gracias a su color característico en tonos marrones. No fue un coche de producción, “simplemente” fue un show car construido por Virgil Exner para promocionar la American Copper Development Association, la asociación americana para el desarrollo en la producción del cobre.
Como show car, este 1965 Mercer-Cobra se paseó durante 10 años por diferentes eventos y salones del automóvil. La base para su construcción es el chasis de un Shelby Cobra del mismo año, al que se le añadieron 18 pulgadas más de longitud y se modificó completamente la carrocería. Por ejemplo, la parte frontal se diseñó inspirándose en un Hot-Rod pre-guerra (de antes de 1940), con su característica parrilla y las ruedas libres de pasos de rueda (válgame la redundancia).
Los encargados del exterior fueron los diseñadores del carrocero Sibona-Basno en Turín. Como su fin era promover la producción de cobre, todos los cromados del exterior son de este material, desde las llantas a los escapes, pasando por la parrilla, los escapes laterales e incluso el embellecedor que recorre todo el perímetro del habitáculo. Hablando de escapes laterales, no sabría decir si son funcionales o decorativos. Hay dos salidas en la parte trasera y puede ser que sea un diseño un tanto enrevesado o simplemente un elemento decorativo más.
El motor de este 1965 Mercer-Cobra es el mismo que se usaba en los Shelby Cobra de la época, el más que conocido V8 289 (4.735 cc) de Ford, usado también en los Ford Mustang y otros tantos coches del óvalo. Con 271 CV, promete diversión como los Shelby, con poco peso y tracción trasera, aunque vestida con toques de lujo (o cobre, como lo queráis llamar).
El interior, también diseño de Sibona-Basno, recibe el mismo tratamiento de cobre que el exterior, con este material presente en prácticamente todos los apartados del habitáculo. Revestimientos y umbrales de las puertas, consola central, parte del salpicadero, relojes, volante e incluso parece que los asientos también disponen de cobre en la parte trasera.
Sólo existe una unidad en el mundo y no se le conocen réplicas, por lo que es importante conocer el número de chasis del Shelby Cobra que se usó en su construcción para verificar su autenticidad. Este número es el CSX2451 y por él se han llegado a pagar hasta 175.000 dólares, pasando a formar parte de la colección de William Lyon, ganador de varios Óscars por películas como De aquí a la eternidad (1953).
Fuente: Supercars.net
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