Finales de los años 40. Porsche inicia su andadura y lo hace retomando unos diseños previos a la Segunda Guerra Mundial. El objetivo de Ferry Porsche es amortizar, aún más, el Volkswagen Beetle diseñado por su padre para conferirle una aptitud deportiva, la razón de ser de una marca que lucirá con orgullo su propio apellido. Así nacía el Porsche 356, un deportivo que hoy en día un clásico bastante cotizado del que se estima se conservan la mitad de las unidades fabricadas.
No es extraño por tanto que haya multitud de réplicas del Porsche 356 pululando por el mundo. Lo que sí nos sorprende es que alguien haya podido emplear como base una réplica de un Porsche 356 para construir otra réplica de uno de los deportivos más emblemáticos de Porsche, ni más ni menos que el Porsche 959 de los años 80. Una joya única que llego a la calle para homologar el Grupo B de rallys y de la que tan sólo se construyeron 337 unidades.
El creador de esta diabólica obra tal vez no estaba suficientemente satisfecho con la réplica de 356 y decidió “evolucionar” a algo mejor, un Porsche 959 wannabe.
Para ello optó por adosar piezas de un Porsche 959, o imitando estas, tales como su cola con el gigantesco alerón y los catadióptricos con la inscripción de PORSCHE y las entradas de aire en sendas aletas. También el frontal ensanchado y unas llantas de garganta y de cinco radios que no dan el pego.
En resumen. ¿No estaría esta réplica de Porsche 356 suficientemente bien tal y como llegó, antes de sufrir esta transformación en 959?
Fuente: eBay | Carscoop
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