En junio de 1985 la maquinaria de Sant’Agata ponía en marcha el programa Project 132. Se trataba de un proyecto que tenía como objetivo desarrollar un sustituto para el Lamborghini Countach, por supuesto, a la altura de uno del que aún hoy sigue siendo uno de los mejores superdeportivos de todos los tiempos. Para el diseño recurrieron a Marcello Gandini, quien mejor que él para ponerle cara al aún no nato Lamborghini Diablo después de haber sido el plumilla que dio vida a Countach y Miura.
Pero no corrían buenos tiempos para Lamborghini. La crisis financiera de la marca propiciaba la adquisición por Chrysler en 1987 y los norteamericanos encargaron a su equipo de diseño de Detroit dar una vuelta de tuerca más al diseño de Gandini. Una vuelta de tuerca tan exhaustiva que ni el propio Marcello reconoció su obra en lo que sería el definitivo Diablo. Fue entonces cuando la recién fundada Cizeta Automobili srl of Modena cruzaba su camino con el diseñador italiano y concebían el Cizeta-Moroder V16T, el Lamborghini Diablo original que Chrysler descartó.
Cizeta-Moroder nacía como una joint venture entre el ingeniero Claudio Zampolli y el compositor de música Giorgio Moroder. Tras conocer los diseños de Gandini se pusieron manos a la obra para desarrollar el que sería su primer y único superdeportivo, el Cizeta-Moroder V16T.
Su nomenclatura os puede ir dando las claves de su mecánica. Efectivamente se trataba de un motor de 16 cilindros en uve de 5.995 cm3 y 64 válvulas, que estaba situado transversalmente y en posición central trasera, justo por detrás del eje trasero y a la espalda de sendos asientos de piloto y acompañante. Pero en realidad no se trataba de un auténtico V16 sino un V8+8 derivado de dos bloques de ocho cilindros entre los cuales se instaló un cambio manual de cinco velocidades.
Su potencia era de 540 CV a 8.000 rpm y el par máximo de 542 Nm a partir de las 6.000 rpm. Sus prestaciones estaban a la altura de los más grandes, y con una velocidad punta de 328 km/h y algo más de 4 segundos para hacer el 0 a 100 km/h. Con estas cifras no sólo podía plantar cara, sino también vencer, al propio Lamborghini Diablo.
Y aunque su precio de 250.000€ debiera haber sido suficiente para no augurar un éxito demasiado grande, la tupla Cizeta-Moroder tal vez fue demasiado optimista con sus previsiones. De hecho, de cada Cizeta V16T que pretendían fabricar a un ritmo de uno por semana se tuvieron que conformar con los 7 únicos que se fabricaron entre 1991 y 1995. Más tarde se fabricarían incluso dos más, un coupé y otro con carrocería descapotable.
Fuente: Wikipedia | Giorgio Moroder | Carstyling.ru
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