Más vale tarde que nunca, así que aquí estamos de vuelta para dar otro pequeño repaso a aquellos pequeños deportivos de los años ochenta, ya sean en tamaño utilitario o compacto, todos ellos con verdadero espíritu GTI: pequeños, asequibles y con una potencia que ronda (y en muchos casos superaban holgadamente) los 100 CV, lo que unido a pesos contenidos que en pocos casos superaban la tonelada daban unas prestaciones muy buenas y diversión al volante sin demasiadas complicaciones.
Decimos sin demasiadas complicaciones porque, hace tan sólo dos o tres décadas, la electrónica apenas hacía acto de presencia en la mayoría de estos modelos. Con inyección o carburador (en realidad y siendo puristas, para hablar de un verdadero GTI debiéramos referirnos por definición a modelos de inyección, pero pasaremos por alto este detalle), lo que ofrecían estos modelos era un tacto muy directo y unas prestaciones que hoy son impensables con estas potencias: tenemos mayor seguridad activa y pasiva, más equipamiento, pero también mucho más peso y, en muchos casos, también menos carácter.
Si en la primera parte de los GTI de los ´80 hablamos de modelos emblemáticos como el Renault 5 GT Turbo, Volkswagen Golf GTI Mk. II u Opel Kadett GSI, ahora toca continuar con otros modelos igual de importantes y recordados. Seguro que echaréis alguno que otro en falta, porque lo cierto es que la década dio para mucho en lo relativo a este tipo de modelos, pero estos tendrán que esperar para la próxima ocasión en la que cerraremos el repaso con más modelos. En esta ocasión nos centraremos en algunos pequeños (y no tan pequeños) GTI muy populares y con largo recorrido, como los siguientes…
Fiat Uno Turbo i.e.
El Fiat Uno Turbo fue sin duda uno de los utilitarios vitaminados más destacados de la segunda mitad de los ´80, por múltiples razones, y también uno de los principales rivales del Renault 5 GT Turbo. Con respecto a este, había alguna que otra diferencia fundamental en el aspecto técnico, como la alimentación mediante inyección electrónica y no mediante carburación, toda una rareza para la época si tenemos en cuenta también la sobrealimentación.
También su equipamiento era bastante completo e innovador en el ámbito más puramente deportivo, con la posibilidad de incorporar un antibloqueo mecánico de frenos Antiskid bastante rudimentario (y relativamente problemático), así como un completo panel de instrumentación, incluyendo presión de soplado del turbo o temperatura y presión de aceite, algo inusual hoy en día. Pero lo más interesante del Fiat Uno Turbo era quizás su mecánica. La primera fase del Fiat Uno estuvo a la venta desde 1983 hasta 1989, y la versión Turbo i.e. declaraba 105 CV obtenidos a partir del motor de 1.301 centímetros cúbicos.
Ya en 1989 se lanzó la segunda fase del Fiat Uno, que estaría a la venta en Europa ahsta el año 1994 cuando sería sustituido por la primera generación del Fiat Punto. Con este restyling llegaba también una nueva versión del Fiat Uno Turbo i.e., que además de los cambios estéticos exteriores e interiores ofrecía más equipamiento y unos destacables 118 CV. Nunca fue el Fiat Uno Turbo i.e. un prodigio en cuanto a comportamiento o estabilidad, pero también en estos aspectos se defendía muy bien con una facilidad de conducción a la altura de cualquier conductor y, ante todo, era un utilitario deportivo muy divertido.
Peugeot 205 GTI
En los años ´80 y principios de los ´90, Peugeot tenía una buena pléyade de utilitarios y compactos deportivos capaces de sacarle los colores a cualquiera. Un buen ejemplo podría ser el Peugeot 309 GTi, que en potencias de 130 CV o 160 CV (en la versión de 16 válvulas) demostraba además un bastidor muy eficaz, probablemente con la mejor puesta a punto de la categoría. Pero si hay que hablar de un modelo muy recordado todavía hoy en día, ese es sin duda su hermano menor, el Peugeot 205 GTi.
El Peugeot 205 continúa siendo actualmente uno de los modelos de la marca más vendidos en toda su historia, con una gran aceptación popular y longevidad, ya que estuvo a la venta desde 1983 hasta 1998. Más allá de sus éxitos en competición, con un Peugeot 205 T16 muy recordado entre los Gr.B o en el Pikes Peak, el 205 GTi no sólo se conformaba con ser la versión civilizada de calle de éste (y muy diferente técnicamente). Precisamente su chasis era una de sus mayores virtudes: dócil, con un tacto de dirección y frenos muy preciso y una estabilidad a prueba de bombas para todo tipo de conductores, haciendo muy fácil el rodar rápido con él en carreteras de curvas.
Pero también las prestaciones estaban a la altura, tanto con el motor inicial de 1.6 litros y 105 CV (lanzado en 1984) como con el recordado 1.9 litros, con inyección electrónica Bosch y 130 CV (122 CV en la versión catalizada), lanzado unos años después. Sería con este motor con el que alcanzó su merecida fama, siendo una bala (para la época) en formato mini. Gracias a sus 900 kilogramos escasos, los 130 CV le permitían alcanzar los 100 km/h desde parado en 8,7 segundos, o los 204 kmh de velocidad punta, con unos desarrollos de cambio bastante cortos. Además iba generosamente dimensionado en cuanto a gomas, con unas llantas muy particulares de 15 pulgadas y neumáticos 185/55.
Y como colofón final, no podemos dejar de recordar al Peugeot 205 Rallye, con su pequeño motor de carburación Weber de doble cuerpo de 1.3 litros de cilindrada y 103 CV. Con un enfoque más asequible y espartano, su menor peso (800 kg escasos) y su motor de carburación le dotaban de un carácter muy deportivo en carreteras de montaña, a la vez que lo convertían en el coche ideal para iniciarse en el mundo de los rallyes con poco presupuesto, ya que era muy fácil y barato de preparar para tales menesteres. El cambio corto y el carácter de su motor a partir de las 4.000 rpm hacían el resto…
Lancia Delta HF
Y si hablamos del mundo de los rallies, no podemos dejar de mencionar a otro de los clásicos de la década, el Lancia Delta. Sí, hubo una época (que hoy en día nos parece bastante lejana) en la que Lancia fabricaba verdaderos deportivos y sus éxitos en competición eran casi innumerables, y el Lancia Delta fabricado entre 1979 y 1993 es buena prueba de ello, ganando todo lo habido y por haber en el mundo de los rallies. Lancia, quién te ha visto y quién te ve… En este caso sí tuvimos múltiples versiones de calle muy cercanas a las de competición, con aquellos HF Turbo y HF Integrale que todavía hoy en día impresionan lo suyo.
Y es que a finales de los ´80 no era nada fácil encontrar verdaderos rivales para los Lancia Delta HF Integrale, verdaderas bestias de competición dulcificadas lo justo para su comercialización. A lo largo de su vida pasaron por delante de nuestros ojos numerosas versiones con espíritu deportivo, tantas que deberían ser analizadas en un artículo en profundidad, por lo que aquí sólo daremos un pequeño repaso cronológico. Los más asequibles eran los Lancia Delta GT, que en versiones de 105 CV o 108 CV (estos ya con inyección electrónica) eran lo suficientemente rápidos como para entrar en esta categoría.
Pero los más míticos, sin duda, son los Lancia Delta HF, una amplia saga que comenzó con las versiones turbo de 130 o 140 CV, todavía sin el característico bifaro frontal. Ya en 1986, y derivado de los Gr.A del Mundial de Rallies, se lanzaría el primer Lancia Delta HF 4WD Turbo, con tracción total, 165 CV y diferenciales mecánicos, para apenas un año después nacer el primer Lancia Delta HF Integrale. Este ya tendría los pasos de rueda ensanchados tan imponentes y recordados para albergar la mayor anchura de vías, así como unos destacados 185 CV extraídos a partir del motor de 2.0 litros con turboalimentación, todavía con 8 válvulas en culata.
Sería en 1989 cuando vería la luz la versión HF Integrale 16v, también con tracción integral pero con una nueva culata de 16 válvulas y 200 CV. Para poder acoger esta mecánica en el vano motor, fue necesario un capó delantero abombado, con joroba, que también le daría un estilo muy característico. Y a partir de este modelo llegaron los sucesivos Delta HF Integrale 16v Evoluzione, alcanzando hasta 215 CV de serie (y muchos más de forma asequible con pequeñas modificaciones).
Como decimos, un modelo que en estas versiones más radicales sería bastante difícil de encajar aquí, en el mundo de los utilitarios y compactos GTI deportivos pero asequibles, situándose bastante por encima en todos los aspectos de la mayoría de modelos contemporáneos. Sin duda lo mejor del Delta llegó al final de su larga vida, con las sucesivas mejoras mecánicas y de chasis. Radicalismo mecánico y carácter puro: si es un modelo del que quereis conocer más, os recomiendo que entréis aquí.
En Diariomotor: GTI de los ochenta, aquellos deportivos pequeños pero matones (I)