Jamiroquai es una de mis bandas favoritas desde hace años. Esta banda británica toca un estilo catalogado como “Acid Jazz”, pero que realmente está más cerca del funk o incluso la música disco. Una de las claves de su popularidad y ascenso a la fama han sido melodías refinadas, con un innegable aire a los años setenta. Cómo no, el frontman tiene mucho que ver en la fama de un grupo de música. Jamiroquai es lo que es gracias en gran parte a su carismático líder Jay Kay (Jason Cheetham Kay, nacido en Manchester en 1969).
Su trayectoria ha sido estelar, llegando a vender más de 30 millones de discos en todo el mundo. Es curioso que su primer álbum tenía canciones muy reivindicativas – estoy pensando en “When You Gonna Learn” – para ir transformándose progresivamente en canciones más típicas del showbiz: fiestas, chicas, apología del lujo, etc. Se estima que la riqueza personal de Jay Kay supera los 40 millones de libras, y eso le ha permitido materializar su afición por el automóvil. Afición de extremo gusto, deberíamos decir.
Por supuesto, para una persona corriente tener uno o dos coches es ya todo un logro, pero Jay Kay tiene decenas de coches, motos, barcos e incluso un helicóptero personal. Algo que siempre me ha parecido respetable en Jay Kay es que no ha caído en el típico exceso que podemos ver por parte de algunos “raperos”: bling-bling, Cadillac Escalade y preparaciones de gusto muy dudoso. Nuestro protagonista de hoy amasa una colección de coches clásicos de origen alemán e italiano, con algunas máquinas realmente únicas.
No obstante, su gusto por los buenos automóviles y los clásicos ya lo podemos comprobar en muchos de sus vídeoclips, que a continuación pasamos a recoger en la mejor calidad posible. Algunos de ellos son parte de su colección privada – 37 coches según fuentes fiables (su entrevista de Top Gear hace unos pocos años), incluyendo sus vehículos de diario – y otros parecen haber sido prestados para la ocasión. Vamos a repasar algunos de sus mejores videoclips… y las máquinas que aparecen en ellos.
Los mejores vídeoclips… con acción sobre cuatro ruedas
“Cosmic Girl” es una de sus mejores canciones, de un disco (Travelling Without Moving, 1996) cuya portada ya es pura inspiración automovilística. Tenemos el logotipo de Ferrari prácticamente copiado, con la excepción de que en vez del cavallino rampante tenemos la clásica silueta del sombrero de cuernos de búfalo de Jay Kay. En el vídeoclip – grabado cerca del Cabo de Gata, en el sur de España – se pueden ver un Ferrari F40, un Ferrari F355 y un Lamborghini Diablo violeta divirtiéndose en las increíbles carreteras de la zona.
Jamiroquai – Cosmic Girl from 4B5PR1T20R on Vimeo.
Otro tema interesante es “Love Foolosophy”, mi canción favorita de la banda. El vídeo en sí no es más que una sucesión de escenas de una fiesta con mucho lujo y cantidades similares de “desfase”. No obstante, lo más interesante está al principio. Jay Kay conduce un precioso Bentley Continental S1 Drophead por unas carreteras de ensueño, con toda seguridad del sur de Europa, aunque no sabría definir el lugar. El Bentley tiene un gemelo en Rolls-Royce, el Silver Cloud Drophead de principios de los 60.
Por último, tenemos “White Knuckle Ride”, uno de los sencillos del último álbum, titulado “Rock Dust Light Star”. De nuevo se vuelve a grabar en el sur de España, y tiene como protagonistas al helicóptero Robinson R44 de Jay Kay (con matrícula G-JKAY) y un fantástico Porsche Carrera RS 2.7, una de las últimas adquisiciones de Jason. Teniendo en cuenta que la canción es buena y el Porsche se nos muestra en todo su esplendor no se me ocurren motivos para no ver el vídeo que hay bajo estas líneas.
La colección privada de coches de Jay Kay
Hace unos años, aproximadamente cuatro o cinco, Fifth Gear visitó la mansión de Buckinghamshire en la que vive Jay Kay. Esta mansión de 500 años y 11 habitaciones tiene una enorme extensión de terreno… pero también varios garajes con amplia capacidad para su parque móvil, capaz de dar envidia a cualquiera. Veamos el vídeo grabado entonces, aunque ya os anticipo que su coche de diario en un simple Audi RS6 Avant, con un motor 4.2 V8 biturbo… 450 CV de nada.
Como podemos comprobar, tiene un Rolls-Royce Phantom, al que hace sombra un Mercedes 600, el coche favorito de los dictadores. Avanzadísimo para su época (años 60, inyección mecánica, completamente hidráulico), hoy en día es un clásico cotizado con un mantenimiento escandalosamente caro. Dentro de los coches que usa con menos frecuencia, hay un pequeño Fiat Abarth 1000 – basado en el Fiat 600, a su vez base del Seat 600 – o un impresionante Lamborghini Miura SV, el abuelo del superdeportivo actual.
Hay más joyas ocultas, como uno de los dos Maserati A6GCS 2.0 L6 carrozados por Frua, un Ferrari 550 Maranello, o un Mercedes 300 SL Roadster, una joya valorada en cerca de medio millón de euros. Finalmente, y como curiosidad, aún conserva el que fue su primer coche, un viejo BMW 1602 que vendió a uno de los miembros de su banda y volvió a recomprar al cabo de unos años. Por supuesto, también tiene un Ferrari Enzo negro, del que hablaremos a continuación.
El Ferrari Enzo, fuente de inspiración y problemas
Jay Kay dice que una de sus posesiones más preciadas es el Ferrari Enzo de color negro que tiene desde hace unos años. Tal es su pasión por esta bestia italiana de 660 CV de potencia que la canción “Black Devil Car” está inspirada en el Enzo, aunque hay que reconocer que es una canción mejorable. Sin embargo, no todo son alegrías con el Enzo, pues el año pasado hubo ciertos altercados relacionados con el superdeportivo. De vacaciones en un resort del sur de Inglaterra, el coche fue atacado por un chef furioso.
Con mucho alcohol de por medio, Jay Kay estaba de fiesta con los empleados del Brudenell Hotel… y la conversación terminó derivando en que sus coches eran mejores que los del resto del mundo, con cierto desprecio. El chef del hotel, Aaron Billington – también pasado de alcohol – se lo tomó tan a mal que salió de la sala y con piedras rompió una de las ventanillas del coche y el parabrisas, con daños estimados en cerca de 40.000 libras, ya que el coche debía repararse en Italia, con toda seguridad.
Apariciones en Top Gear, problemas con la ley y sus últimas aficiones
Jay Kay es un habitual de Top Gear y ya ha aparecido en dos entrevistas, la primera de ellas (2003) como protagonista del primer programa en el que se estrenó la sección “Star in a Reasonably-Priced Car“. Con el Suzuki Liana batió el récord de vuelta de Clarkson. Volvió a aparecer en 2010, revalidando su liderzago de tiempos con el Chevrolet Lacetti, logrando un mejor tiempo que el humorista Simon Cowell e incluso batiendo el de Brian Johnson, vocalista de AC/DC.
Entre sus últimas aficiones se cuentan los Porsche. Por alguna razón, Jay Kay se encaprichó con los Porsche y se ha comprado durante los últimos años un 997 GT3 RS (un futuro clásico con toda seguridad), el precioso Carrera RS 2.7 de 1972 que aparece en “White Knuckle Ride” y un 356 Speedster en perfecto estado de conservación. Además, en 2007 participó en la Gumball 3000 con un Maserati Quattroporte y en 2010 participaba en la Mille Miglia Storiche con su Maserati AGCS de 1954.
Por último y para terminar, Jay Kay tuvo que pasar por el banquillo por ser cazado a 180 km/h en una zona limitada a 112 km/h, con su permiso de conducir suspendido por 42 días. Esto fue en 1998, pero en 2004 fue cazado en Escocia a 170 km/h en una carretera de nuevo limitada a 112 km/h. En esta ocasión no tuvo tanta suerte y se le retiró el permiso de conducir durante seis meses. Y así terminamos el repaso a este personaje automovilístico, esperemos que haya sido de vuestro interés.
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