El Renault Mégane es el coche más vendido del año 2011 en España, de enero a julio se han vendido 21.804. El segundo es el SEAT Ibiza (que no sería comparable por ser un utilitario), pero en el tercer puesto se sitúa el Citroën C4 con 18.098 unidades, una diferencia relativamente pequeña. A más distancia se sitúan Golf, 308 y Focus, por ese orden, aproximadamente entre 13.000 y 14.000 unidades por cada modelo en los siete primeros meses del año.
Compactos generalistas entre los más vendidos
Con este panorama cruzar en una comparativa a los dos compactos más vendidos de este año era el siguiente paso. Ponemos frente a frente al nuevo Citroën C4, equipado con un motor diésel 1.6 e-HDI de 110 CV y transmisión CMP (cambio manual pilotado), y al Renault Mégane, en este caso con un bloque 1.9 dCI de 130 CV y cambio manual. Sus acabados, Exclusive y GT Line respectivamente, tienen enfoques distintos que suman valor a la puesta en escena.
Diseño
Exterior
Cuesta decidirse. Por una parte, la actual generación del Renault Mégane apareció en 2008, dos años antes que el C4, y eso se nota. Por otra parte, el C4 ha adoptado el lenguaje de diseño del elegante C5, aunque en esa escala tan pequeña no luce tanto. Es difícil, teniendo en cuenta la importancia del componente subjetivo, decantarse por uno de los dos. Y a día de hoy posiblemente el C4 estaría por delante, aunque el diseño del Mégane parece que soportará mejor los años. Nos quedamos con la opción más clásica, y en este apartado gana el Mégane.
Interior
En comodidad para los pasajeros podríamos darles un empate, pero en el resto de aspectos es uno de los apartados más claros a favor del C4. El diseño del interior del C4 es más bonito y armónico, además de ser más usable: elementos como el control de velocidad son poco intuitivos en el Mégane. Además, en el apartado de calidad interior tanto los plásticos como la piel del C4 parecen estar un paso por encima, algo explicable teniendo en cuenta la fecha de salida de ambos modelos y la progresiva mejora de los fabricantes. En este caso, gana el C4.
Equipamiento
Techo solar
Dos planteamientos distintos. El del Mégane mejor para viajar dos personas o sólo el conductor, ya que se puede abrir. El del C4 tiene cristal hasta atrás discontinuo, mucho más luminoso pero no se puede abrir. Aunque el Mégane también tiene la parte trasera del techo con cristal, depende del uso que le demos al coche. Empate.
Multimedia y navegación
Los navegadores de los fabricantes son demasiado caros. La idea de Renault (y otros fabricantes como Fiat y Volvo) de incluir navegadores genéricos (TomTom en este caso) a un precio asequible es muy buena. Sin embargo, tecnológicamente el navegador de Citroën resulta más cómodo de utilizar y está mucho mejor integrado. De hecho en el Mégane resulta algo complicado y se maneja a medias entre los mandos de la radio (para el teléfono) y la pantalla táctil del navegador. El del C4 es más caro (unos 300 euros de diferencia) pero en este caso compensa. Gana el C4.
Ayudas a la conducción
Aunque opcionales, el Citroën C4 puede llevar el sistema de detección de obstáculos en el ángulo muerto y la detección de espacio libre para aparcar. El equipamiento del Mégane es mucho más clásico, y se echan en falta algunos elementos que a día de hoy consideramos imprescindibles como la entrada USB. Gana el C4.
Seriedad, confort, suavidad y equipamiento en el Citroën; aspecto deportivo, potencia y dinámica en el Renault
El Citroën C4 Exclusive viene configurado para tener un nivel premium en muchos de sus aspectos, especialmente en el que tiene que ver con el equipamiento. El techo panorámico completo es uno de esos puntos pero no el único, detalles como el navegador GPS integrado, la toma eléctrica de 220 V situada en el túnel central, la cantidad de huecos disponibles para guardar objetos, la calidad de los acabados, las suspensiones confortables, etc lo desmarcan por el lado de la seriedad.
GT Line es una revisión del Renault Mégane Dynamique que lo separa de cualquier otro estéticamente hablando, tanto por vestirlo por fuera con más ropajes deportivos como por añadirle una serie de mejoras al interior: asientos más deportivos de tela/cuero, volante y palanca de cambios en piel, inserciones plásticas especiales, pedalier de aluminio, etc. A eso hay que añadirle un reglaje dinámico también más deportivo que otros Mégane y, en este Mégane en concreto, doble techo panorámico y navegador Tom Tom integrado.
Todos los coches cumplen la función básica de llevarnos y traernos. A partir de ahí empiezan las mejoras y los gustos particulares. El C4 tiene una conducción más blanda, pero por lo que hemos probado podemos afirmar que la ligera dureza del Mégane no sacrifica el confort. Además, tiene un tacto de dirección más preciso. Una pega que sí debemos ponerle al Mégane es el tacto del cambio de marchas, que sí resulta algo duro. No obstante, en el apartado dinámico gana el Mégane.
Diésel automático con Start&Stop o diésel manual clásico: consumos y dinámicas distintas
Las diferencias entre las configuraciones mecánicas de los C4 y Mégane probados no permiten discernir con criterio quién tiene más puntos en este aspecto. El Citroën C4 combina el motor 1.6 HDI de 110 CV archiconocido con las mejoras “e-HDI”, consistentes esencialmente en la función de arranque y parada automática, y con el cambio manual pilotado. Los automatismos reinan en este galo, todo lo contrario que en francés azul de la comparativa: motor 1.9 dCI de 130 CV y transmisión manual, sin Start&Stop ni ajuste específico alguno.
A partir de mañana comenzamos a publicar las dos pruebas completas de ambos modelos, a una parte de cada prueba por día. Permaneced atentos.
- Prueba del Citroën C4 e-HDi 110 Airdream CMP6 Exclusive
- Prueba del Renault Mégane GT Line 1.9 dCI de 130 CV
En Diariomotor: Citroën C4 a fondo | Renault Mégane III