Que el Nissan Qashqai es un éxito de ventas nadie me lo puede negar. En Diariomotor estamos obsesionados con intentar averiguar el por qué, y para ello disfrutamos durante una semana de una unidad 2.0 dCi 4×4, tope de gama. Durante la primera parte de esta prueba hemos investigado el habitáculo del Nissan Qashqai, y hemos descubierto que sus plazas traseras son más amplias que las de muchas berlinas, que está construido con materiales de calidad y tiene un maletero de 400 litros en el mismo tamaño que un compacto como el Ford Focus.
En esta segunda parte comenzamos con la dinámica y la técnica, pero desde un principio ya os contamos que la versión que hemos probado ha dejado de venderse hace unos días. El motor turbodiésel 2.0 dCi de origen Renault y 150 CV ha sido reemplazado por el nuevo 1.6 dCi Energy de 130 CV, que a pesar de tener prestaciones inferiores, sólo consume 4,5 l/100 km con tracción 4×2. Dicho sea esto, las impresiones dinámicas que no afecten exclusivamente al motor son extrapolables al nuevo tope de gama turbodiésel.
El motor 2.0 dCi aún se ofrece con tracción 4×4 y cambio automático. Es un motor que entrega 150 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 320 Nm a 2.000 rpm. El consumo medio en nuestra versión manual con tracción total es de 6,0 l/100 km en ciclo mixto homologado, asciende a 7,5 l/100 km en ciudad y se reduce a 5,2 l/100 km en ciclo extraurbano. Son cifras muy por debajo de lo que este motor gasta en condiciones reales, ya os anticipo que el consumo es posiblemente la mayor pega de este coche.
Emitiendo 159 g/km, se salvaba de entrar en el tramo del 9,75% de Impuesto de Matriculación. Las prestaciones con una caja de cambios manual de seis relaciones son buenas: hace el 0 a 100 km/h en sólo 9,9 segundos y tiene una velocidad punta de 193 km/h. Este crossover de 4,33 metros de longitud, 1,78 metros de ancho y 1,61 metros de alto pesa 1.643 kg en orden de marcha, en parte culpa de estar equipado con el sistema de tracción total no permanente All-Mode 4×4, que comparte con el X-Trail, por ejemplo.
Este sistema puede actuar sólo con tracción delantera (modo 2WD), con una tracción total que se activa en caso de pérdidad de adherencia (modo AUTO) o con un bloqueo electrónico de diferenciales (modo 4WD LOCK), ideal para superar zonas complicadas en conducción fuera del asfalto. El sistema se desconecta por sí solo al superar los 50 km/h. El Nissan Qashqai tiene suspensión independiente en ambos ejes y un depósito de combustible de 65 litros, con el que en condiciones reales podrían hacerse unos 800 km.
El Nissan Qashqai es más ágil de lo pensado en ciudad
A simple vista el Nissan Qashqai parece un coche voluminoso, pero en la ciudad es uno de los terrenos donde mejor se defiende. Gracias a un tamaño compacto, una buena maniobrabilidad y una posición de conducción alta podemos olvidarnos de cualquier agobio de conducción urbana. Las medidas del coche son sencillas de captar y la visibilidad es muy correcta en todos los ángulos, cosa que también hay que agradecer a unos enormes espejos retrovisores de formas regulares.
La maniobra que podría ser algo más dificultosa – aparcar – está muy apoyada por la cámara de visión trasera, que nos permite ajustar la maniobra y vencer la visibilidad en los tres cuartos traseros, quizá un punto un poco más flaco. Sobre la marcha, ya apreciamos que el motor 2.0 dCi de 150 CV vibra poco al ralentí. Aún teniendo un sonido diésel desde el exterior, sorprende por su gran refinamiento y carencia de vibraciones bajo aceleración, siempre que esté funcionando ya con cierta temperatura.
Las dos primeras marchas son bastante cortas, con lo que usaremos mucho la tercera marcha en ciudad, ya algo más larga. La caja de cambios tiene un tacto casi de turismo, recorridos cortos y precisos, accionamiento sin esfuerzo. La suspensión es relativamente firme, pero nuestras llantas de 18 pulgadas con neumáticos de perfil bajo penalizan ligeramente el confort, que en cualquier caso es correcto. Su carrocería elevada permite que los resaltos y badenes no supongan una amenaza a los bajos del coche.
El punto más flaco es el consumo del motor 2.0 dCi en el ciclo urbano, aún teniendo activada sólo la tracción delantera. Los neumáticos Continental ContiPremiumContact de medidas 235/45 R18 y la carencia de sistema Stop&Start provocan que nunca veamos cifras inferiores a los 9 l/100 km y con frecuencia rondemos medias de entre 10 y 11 litros a los 100 kilómetros. Esta situación no parece remediarse con motores de gasolina, aunque quizá obtendríamos mejores valores con el 1.5 dCi de 105 CV.
Rutero y confortable en vías rápidas… pero caro
El Nissan Qashqai es un coche que anima a realizar grandes viajes. Tenemos mucho espacio interior y nos sentimos en control de la carretera desde nuestra atalaya. El aislamiento acústico es muy correcto y en general no hay ruidos que predominen en el habitáculo, con lo que se puede mantener una conversación sin ningún problema a 120 km/h. A 120 km/h con el control de crucero activado, el motor gira a exactamente 2.250 rpm, en su zona de par máximo y con evidente desahogo.
El problema es que ese desahogo no se traduce en consumos bajos. En un tramo de ida y vuelta en la madrileña M-45 – para compensar orografía – y con el climatizador activado el ordenador de a bordo marcó un mareante consumo medio de 8,4 l/100 km en unos 30 km de recorrido. La cifra me ha sorprendido por lo alta que es, y lo alejada que queda de los 5,2 l/100 km oficiales. Aún así, realicé otras mediciones para comprobar si ese consumo tan elevado era consistente en otras circunstancias.
A un ritmo de 100 km/h y sin pisar apenas ciudad, de nuevo con el climatizador activado, he marcado medias de en torno a los 6,5-6,7 l/100 km. En cuanto pisaba ciudad la media enseguida se disparaba por encima de los 7 l/100 km. Me sigue pareciendo un consumo elevado, y poco acorde con la ficha. Cuando el coche entró en reserva llevaba hechos unos 550 km. Teniendo en cuenta que me entregaron el coche con 3/4 de depósito, a ojo de buen cubero no sale una estimación muy groso modo de unos 8 l/100 km de media.
Por tanto, el consumo elevado es real, a pesar de una estimación tan superficial. Ahora bien, el motor responde con un gran brío en toda circunstancia, recupera muy bien y apenas suena en el habitáculo. Donde de verdad suena es en la cartera.
Qashqai a fondo: ritmos rápidos y conducción off-road
El Nissan Qashqai es un crossover compacto, un compacto con suspensión sobreelevada y una carrocería de aspecto campero, para entendernos. Con un centro de gravedad más alto y un peso de casi 1.650 kg, es un coche relativamente pesado. Al exprimir el bastidor en zonas de curvas me doy cuenta de que no es un coche hecho para correr, los balanceos de la carrocería son acusados y a pesar de estar muy bien calzado, no aporta excesiva confianza a la hora de realizar una conducción deportiva, que por otra parte, muy pocos compradores buscan.
El toque japonés se deja notar en una dirección pesada y con muy buena retroalimentación o una caja de cambios precisa, de manejo rápido. Aún sin ser un coche ágil, el motor destaca por su gran entrega de fuerza. Sin turbo-lag, nos deja pegados al asiento desde las 1.500 rpm y no decae hasta superar las 4.900 rpm. Las reacciones, aún no siendo deportivas, son muy seguras y en todo momento tuteladas por el control de estabilidad. Todo lo que obtendremos será subvirajes si apuramos más de la cuenta.
Aún sin ser un deportivo, convence, por seguir con la retórica. En cuanto a la conducción fuera de carretera, he hecho una ruta 4×4 de casi 50 km y dificultad baja, apta para SUV. En pista no es un coche cómodo, los baches se dejan notar mucho y los neumáticos penalizan confort y agarre a partes iguales. No obstante, la altura libre al suelo nos permite superar baches pronunciados y bastantes obstáculos en los que un turismo empanzaría, sin contar la ayuda del sistema de tracción integral.
Incluso me he atrevido a realizar un pequeño vadeo de unos 30 cm de agua, seguido de una pendiente pronunciada con barro. Con el modo 4×4 LOCK no hubo problema alguno, para mi sorpresa. El sistema de tracción integral me ha parecido muy bien resuelto y eficaz, aunque como todos los sistemas sin bloqueo mecánico, es posible sacarle los colores y provocar que el coche no avance, como es el caso de la foto superior. En cualquier caso, sobresaliente para el uso que recibirá.
En Diariomotor: Nissan Qashqai 2.0 dCi Tekna Sport 4×4, a prueba (I) | Nissan Qashqai y Qashqai+2 2010, todos los equipamientos y precios | Nissan Qashqai 2010