Continuamos probando a fondo el Peugeot 207. En la primera parte de nuestra puerta hemos explorado a fondo el habitáculo del utilitario francés, que nos ofrece una agradable sensación de amplitud. Destacamos los asientos y la ergonomía como puntos positivos, aunque el espacio disponible es mejorable, especialmente en las plazas traseras. Aunque su reemplazo está cercano, aún le queda al menos un año de vida en el mercado, y por ello os ofrecemos esta prueba de dos motorizaciones.
La motorización más interesante es la 1.6 HDi 112, un turbodiésel más que conocido en el Grupo PSA, que ha perdido dos válvulas por cilindro en su última evolución. Al contrario que su hermano de 92 CV que hemos probado en el Citroën DS3, tiene turbo de geometría variable. Junto a intercooler e inyección common-rail, desarrolla 112 CV a 3.600 rpm y tiene un par máximo cifrado en 270 Nm a 1.750 rpm, bastante abundante para su cilindrada. El Peugeot 207 pesa 1.295 kg con este propulsor.
Es un coche rápido, montando el motor 1.6 HDi más potente: acelera de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos y tiene una velocidad punta de 193 km/h. Consume una media de 4,4 l/100 km, de sólo 3,7 l/100 km en homologación extraurbana y de 5,7 l/100 km en ciclo urbano. Con unas emisiones de dióxido de carbono de 114 g/km, no paga Impuesto de Matriculación. Esta unidad pasa su potencia al suelo a través de una caja de cambios manual de seis relaciones, estrenada hace apenas dos años.
Por su parte, el motor 1.4 VTi, desarrollado junto a BMW, es mucho más sencillo. Es un pequeño gasolina atmosférico de inyección directa, que desarrolla 95 CV de potencia a 6.000 rpm y 136 Nm de par máximo a 4.000 rpm. El coche acelera de 0 a 100 km/h en 12,1 segundos y tiene una velocidad punta de 185 km/h, nada baja para un motor 1.4. Se asocia exclusivamente a una caja de cambios manual de cinco relaciones y tiene un consumo medio homologado de 5,8 l/100 km.
En ciclo urbano asciende a 7,6 l/100 km y desciende a 4,8 l/100 km si sólo pisamos la autovía. Su peso ronda los 1.240 kg. Con el motor 1.6 HDi el coche monta discos de freno en ambos ejes, pero el 1.4 VTi lleva tambores traseros. La arquitectura de suspensión es idéntica en ambos casos: configuración McPherson delantera y eje rígido trasero, idéntica a la del Peugeot 206. En ambos casos la dirección asistida es eléctrica y el depósito de combustible tiene capacidad para 50 litros de combustible.
El Peugeot 207 un coche para la ciudad
Como buen utilitario, un coche como el 207 se mueve como pez en el agua en el tráfico de la ciudad. Es un coche que destaca por la visibilidad delantera, que es óptima, y que permite controlar el tráfico a la perfección gracias a los enormes retrovisores. La visibilidad hacia atrás es correcta si abatimos los reposacabezas traseros, de lo contrario impedirán que veamos bien el tráfico. Sus dimensiones compactas y postura de conducción hacen llevadero el estrés de conducir en una gran ciudad.
La suspensión del coche es algo seca, eso sí. Los baches se dejan notar en los ocupantes, un tarado algo más confortable hubiese sido más adecuado. Con la versión de gasolina – ruedas de mayor perfil – se mitiga en parte esta incomodidad puntual. El aislamiento del exterior es correcto y resulta sencillo tanto mover la dirección – muy asistida – como engranar marchas – tacto suave, pero impreciso, 100% PSA -, en este sentido, cumple con lo que esperamos de un utilitario medio, no nos dará quebraderos de cabeza.
El motor 1.6 HDi de 112 CV peca de cierta falta de respuesta hasta superar las 1.800 rpm si le exigimos aceleración, por lo que creo que para un uso fundamentalmente urbano, es más adecuado el motor 1.4 VTi. Es más silencioso que el notable traqueteo del turbodiésel, gasta relativamente poco y tiene unos bajos muy buenos para tratarse de un gasolina atmosférico de 1.397 cc. De todas formas, los consumos siguen siendo inferiores en el 1.6, hemos medido 6,0 l/100 km en este y 7,9 l/100 km en el gasolina en sendos ciclos urbanos reales.
Aparcar no es un problema con el Peugeot 207, se le cogen las medidas muy rápidamente, y si tienen sensores de aparcamiento como las unidades probadas, mejor que mejor. En ciudad, con el 1.6 HDi nos moveremos en las tres primeras marchas, metiendo cuarta puntualmente. El gasolina tiene marchas mucho más cortas, por lo que no es raro en absoluto que metamos la quinta si vamos a circular en torno a los 60 km/h por alguna avenida despejada.
Peugeot 207: consumos muy bajos en vías rápidas
Un utilitario no suele ser el coche más adecuado para viajes largos, pero se usan para ello, y yo mismo me he hecho en ocasiones más de 1.000 km de autovía… en un Fiat 500. El aislamiento es correcto en ciudad, pero a 120 km/h hay que levantar algo la voz si queremos comunicarnos de manera satisfactoria con nuestros acompañantes, principalmente por el ruido de rodadura. No obstante, el nivel de ruido tampoco es exagerado, está dentro de lo que se espera de un utilitario generalista lanzado en 2006.
La calidad de rodadura es buena, el coche no resulta incómodo, aunque en algunas juntas de dilatación poco cuidadas puede resultar algo rebotón. El motor diésel resulta muy agradable una vez lanzado y a 120 km/h de marcador rueda a poco más de 2.200 rpm. A ese régimen apenas es audible y consigue unos registros de consumo de escándalo… para bien. Ha sido el coche que menos ha gastado en mi ciclo extraurbano hasta la fecha, con sólo 4,8 l/100 km en un trayecto de ida y vuelta a 120 km/h.
Es más, nunca he visto medias superiores a 6,5 l/100 km en ciudad y en la zona de túneles de la M-30 y rodando a límites de 90 km/h e inferiores he llegado a ver medias de sólo 3,4 l/100 km. Para quitarse el sombrero. Por su parte, el motor 1.4 VTi de 95 CV rueda mucho más revolucionado, y a 120 km/h de control de crucero la media de consumo ha sido de 6,5 l/100 km, que tampoco está nada mal, a decir verdad. El motor de gasolina quizá ha sido el que más me ha sorprendido.
Es bastante audible porque gira a casi 3.750 rpm cuando vamos a 120 km/h. Sin embargo, no desfallece en las pendientes e incluso a 120 km/h no se queda atrás, al menos con una sola persona y el climatizador conectado. Circulando con más calma, límites inferiores por carreteras como la M-30 o M-40, el consumo puede incluso bajar de los 6 litros, he llegado a comprobar que no era complicado hacer un gasto de 5,7 l/100 km rodando a unos 90 o 100 km/h, incluso con las ventanillas bajadas.
¿Sigue el Peugeot 207 pecando de sobrevirador?
Yo he sido propietario de un Peugeot 206, un coche que pecaba mucho de sobrevirador, al ahuecar acelerador en pleno apoyo, causando derrapajes de escándalo que en caso de no saberse controlar podían terminar incluso con algún percance. El actual Peugeot 207 ha limitado en parte dicho carácter, y el ESP actúa pronto para evitar desmanes: en cualquier caso, el culo del 207 sigue siendo un poco juguetón, y aún no siendo un coche tan divertido como el 206, nos saca alguna que otra sonrisa.
El control de estabilidad es desconectable, pero ante un gran deslizamiento que provoqué a propósito, volvió a conectarse de nuevo: no es 100% desconectable. Es un coche con un comportamiento más sólido que el 206, pero menos divertido: la dirección es menos responsiva (no tiene feeling), es más pesado, es algo más subvirador… y el tacto de la caja de cambios sigue siendo algo pastoso y mejorable, aunque ha evolucionado en rapidez con respecto a su predecesor. No deja mal sabor de boca en cualquier cosa.
Lo que me ha impresionado es el empuje del motor 1.6 HDi, cuya fuerza no amaina hasta las 4.500 rpm y nos deja clavados al asiento. En el fondo, es cuestión de relación peso-potencia y de un par motor elevado, que resuelve aceleraciones y recuperaciones en meros segundos, sin esfuerzo. El motor 1.4 ya es más perezoso, principalmente porque su par motor es la mitad del HDi y tiene 17 CV menos. Despierta a partir de las 4.000 rpm, pero le sigue faltando el brío de un turbo o el HDi.
Mañana terminamos la prueba con el repaso a precios, rivales y equipamiento.
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