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Citroën DS3 Racing, a prueba el balín naranja de 200 CV

Citroën lleva mucho tiempo ligada al mundo de la competición y antaño llevaba parte de esa deportividad a la parte comercial con modelos como el Citroën DS “tiburón”. En la actualidad se podría decir que el único que lleva la etiqueta “deportivo” es el Citroën DS3 Racing. Por así decirlo es un utilitario picantón con bastante garra – 200 CV en gasolina – que además viene cargado con los extras propios de un DS3 especialmente hecho para “jugar”.

El escenario para la prueba de un balín como éste fue la Isla de La Toja en Galicia, un marco más propio para coches delicados que para uno que brama nada más se le pisa el acelerador. En cualquier caso la orografía gallega, la costa y el buen tiempo hicieron compañía durante la prueba. Todo ideal para probar un coche que lo primero que suscita es la atención de los viandantes, razones no faltan en el DS3 Racing para que eso ocurra.

Citroën DS3 Racing, a pruebaCitroën DS3 Racing, a pruebaCitroën DS3 Racing, a prueba

Naranja, negro y marrón: el DS3 Racing no pasa desapercibido. El naranja sobre negro tiene la culpa.

Con el DS3 Racing se acaparan todas las miradas.

Al pasar por núcleos urbanos la gente se giraba para ver el coche como si de un Porsche o un Ferrari se tratase. Hay muchas formas de llamar la atención y el DS3 Racing lo consigue por el sonido que expulsa su escape pero, sobre todo, por los colores y los detalles que se gasta. El DS3 Racing es de color negro, en el fondo, y cuenta con el techo, los retrovisores, las llantas de 18” o la calandra pintadas de color naranja. Difícil sacarse de la cabeza estas llantas de huecos poco geométricos que brillan en color anaranjado, algo poco visto salvo en superdeportivos como los de Sant’Agata Bolognese. El extra final lo marcan las etiquetas en marrón pulido que incluso marcan “Caution” al lado del depósito. No estaría bien repostar gasóleo, sacrilegio.

Interior racing tan colorido como el exterior

El salpicadero es de color naranja, de plástico brillante y lleva varios detalles únicos. Esto es lo que ha queridon para el Citroën DS3 Racing, un interior único que no haga sentir al que entra que está ante un coche cualquiera. Ni tampoco que pueda olvidarlo el copiloto que tiene delante unos stickers con el “DS3” como protagonista. Pero los detalles continúan: palanca del freno de mano en aluminio y piel, detalles en plásticos que simulan la fibra de carbono, pedalier de aluminio o el conjunto de diales con colores vivos y unas agujas distintas a las de cualquier otro DS3, con el típico movimiento circular cuando se arranca el coche.

El DS3 Racing lleva una placa metálica que reza “Citroën Racing World Rally Champion”.

Los asientos llevan Alcantara, un lujo impropio de un coche de este tamaño, y con una forma a medio camino entre la butaca de competición y los típicos asientos de coche pequeño. En la fila trasera no hay “baquets” pero sí asientos diferenciados, con reposacabezas en Alcantara y costuras en color naranja en común con los delanteros. Sin duda de todos los participantes de este balín naranja el conductor es el más agraciado.

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Al volante, salsa picante

¿Cuál es la primera sensación que transmite tras el volante? Uno se encuentra bajo, abrazado bien fuerte por ese mix de asiento deportivo y baquet. Huelga decir que tras un buen rato conduciendo los asientos dejan de ser cómodos y uno ya necesito un soporte más mullido. El volante es otra pequeña revolución en el DS3, no por la mejor calidad de su acabado – la piel hace maravillas en este caso – sino porque la respuesta que deriva de la dirección es diferente.

Se nota que Citroën ha querido que este DS3 más potente transmita algo más que un paseo en barco a través del volante. Lo que llega desde las ruedas al volante es más duro, trae más dato y aún así el recorrido inútil de la dirección es más amplio de lo esperado. A altas velocidades debería ser más duro incluso. Pero es un buen comienzo. Otra sensación que llega al conductor es la de los pedales, están más bajos de lo que es habitual y sin duda el del embrague tiene el comportamiento esperado: pisando muy poco se desembraga rápidamente.

El DS3 Racing no es muy cómodo para la ciudad; fuera de ella es un coche divertido de conducir.

Avanzando unos pocos cientos de metros sobre superficie urbana queda claro que tanto la suspensión como la amortiguación tienen una firmeza mayor, un mínimo badén se transmite de forma contundente al habitáculo. En esos momentos el cambio se muestra un poco duro, quizá demostrando de nuevo el carácter que el DS3 Racing tiene de “pequeño matón”. Acelerando hasta 60 km/h en segunda marcha el motor 1.6 turboalimentado roza las 6.000 vueltas regalando un interesante sonido y consiguiendo, nuevamente, que las miradas se centren en él.

Un par de pisotones revelan que los 200 CV no son de mentira y que el doble escape metalizado está haciendo una interesante función de “roncador”, especialmente a partir de las 4.000 vueltas. No conviene dejarse llevar por el runrún del motor porque pisándole fuerte el coche se vuelve vivo y es necesario mantener los ojos bien despiertos, las manos firmes sobre el volante y los pies alerta. En contra a menos de 2.000 rpm el coche es manso e incluso excesivamente parco en entrega de par. Aquello del turbo-lag se hace notar, la patada se consigue pero no justamente tras pisar el pedal. De 0 a 100 km/h, desde parado y en un trazado recto los 6,5 segundos que marca en su ficha son reales, siempre que se apuren las marchas hasta el punto de máxima potencia.

Citroën DS3 Racing, a prueba

Acelerando en recta, lo fuerte. En curva mejor con cuidado

En 3º las recuperaciones se producen con una facilidad pasmosa. Es fácil dejarse llevar hasta la línea roja.

El Citröen DS3 Racing incita a acelerar y no incita precisamente a hacerlo en sexta, ni en quinta ni en cuarta. La tercera marcha es la marcha de la diversión, suficiente para acelerar desde bajas velocidades hasta hacer rugir el gran cuatro cilindros cuando llega a la línea roja, a más de 130 km/h. Hagamos unas breves cuentas, que aunque no son las únicas que deberían hacerse sirven para una primera idea: 200 CV y 1.240 kg en vacío. Con semejante combinación ya tenemos un coche de jugosas aceleraciones que lógicamente debe estar respaldado por un buen chasis, unos buenos frenos y un largo etc. Analizando cada uno de los puntos no está demasiado claro:

  • Chasis: la amortiguación del DS3 Racing está muy lograda, se nota el efecto suelo necesario para esta ocasión. Sin embargo la suspensión no es capaz de corregir el excesivo peso distribuido al eje delantero con lo que hay que tener más cuidado con el sobreviraje.
    • Frenos: Brembo pone su experiencia en el DS3 Racing con unos frenos de rojizas pinzas y discos grandes para detener las altas velocidades a las que puede llegar este DS3 “R”. Son fuertes pero el ajuste de sensibilidad del pedal es demasiado directo, un toque al freno ejerce demasiada fuerza y puede dar más de un susto al que no vaya con tacto.
    • Así se demostró que el DS3 Racing sufre de subviraje si uno le aprieta las fuerzas acelerando y el coche no está perfectamente recto – con fuerza me refiero a pisándo con contundencia – pero hay que tener ojo con las curvas en las que se apura a fondo la frenada pues será el sobreviraje el que aceche sobre el comportamiento del coche. Eso sí, aunque el control de estabilidad y de tracción es desconectable no conviene hacerlo si uno no sabe lo que está haciendo.

      Consumo, fácil de ajustar y razonable cuando se juega con los pedales

      Ejecutando una circulación con suavidad, tocando el acelerador con simpatía y afilando las marchas largas se puede llegar a una media de 7 litros a los 100 km, nada mal teniendo en cuenta el percal. Lo mejor es que tras fuertes aceleraciones, frenadas y cercanía de la aguja del tacómetro a la zona roja el consumo no se dispara tanto como una pudiera pesar. 12-13 l/100 Km es un consumo alcanzable tras ello. Mucho o poco según se mire pero está claro que el escaso peso del coche y la sobrealimentación del motor juegan a favor de conseguir una factura de gasolina más baja de lo esperable.

      Citroën DS3 Racing, a pruebaCitroën DS3 Racing, a prueba

      Equipamiento: navegador GPS MyWay y ordenador de a bordo, detalles para el aventurero

      Como otros DS3 el DS3 Racing incorpora el navegador GPS con una gran pantalla de color en el centro del salpicadero. Lo malo, que no es una pantalla táctil y que debe manejarse con los dos botones giratorios de la radio. Lo bueno, que tiene una gran claridad y que permite bien un buen fragmento del mapa lo cual es estupendo si uno se quiere orientar sin ruta preestablecida.

      Esa misma pantalla del navegador sirve para visualizar el ordenador de a bordo. Al pulsar el botón del ordenador – en la palanca situada detrás del volante, a la derecha – se muestra un fondo azul pastel con datos del recorrido. En un coche como este, pequeño y de gran potencia, visualizar la autonomía es vital. La “info” también incluye dos marcadores con velocidad media, consumo medio, consumo instantáneo, etc.

      Al margen de estos detalles el DS3 Racing también incorpora climatizador, encendido automático de luces y de limpiaparabrisas, sensor de aparcamiento trasero audible, retrovisores con plegado eléctrico automático, conexión USB, etc . En seguridad cuenta con luces antiniebla y luces LED diurnas o con el Citroën eTouch, un sistema de llamada SOS y de petición de asistencia técnica que ya vimos en la prueba del Citroën C4.

      Citroën DS3 Racing, a prueba

      Conclusión, precio y rivales

      El Citroën DS3 Racing es un coche que deja de lado todo lo que transmite el DS3. Del utilitario personalizable al picante llamativo, con un tema específico que lo convierte en único de su clase. El doble centenar de caballos sitiado bajo su capó se antojan incluso excesivos para el coche que es. Ahora, divertido de conducir lo es un rato.

      Sin contar descuentos actualmente el DS3 Racing tiene un precio de 30.190 euros en el que no se incluyen ni los adhesivos exteriores ni el navegador MyWay con audio HiFi (extras que tienen un coste de 421 y 728 euros respectivamente). Un precio notablemente alto con respecto a otras alternativas de similar potencia que existen en el mercado.

      ¿Rivales? El Mini John Cooper Works con 211 CV y 31.500 euros de precio es el más directo, pues incluso comparte motor con el DS3 Racing. El Renault Clio RS o el Opel Corsa OPC podrían ser otras alternativas, especialmente porque su precio dista mucho de los vistos hasta ahora: 23.190 y 19.955 euros. Del otro lado el Abarth 695 Tributo Ferrari puede competir de tú a tú con el DS3 Racing pero se escapa de precio de forma exagerada.

      Si queréis saber más detalles sobre el DS3 convencional podéis volver a leer la prueba del Citroën DS3 diésel.

      En Diariomotor: Citroën DS3 2010 | Citroën DS3 Racing | Citroën DS3 1.6 HDi 92 CV, a prueba

      Vídeo destacado del DS 3

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      Óscar Miguel

      Desde pequeño me han gustado los coches y desde un poco más mayor la informática. Aunque estudié lo segundo, en 2005 arranqué el proyecto de Diariomotor. Seguir leyendo...

      Vista lateral del DS 3 que muestra su diseño y líneas dinámicas.
      Logo de la marca ds

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