Por muy políticamente incorrecto que resulte decirlo, tengo que reconocer que estoy completamente enamorado del nuevo Ferrari 458 Spider. Y eso que, salvo honrosas excepciones (véase Ferrari F50) jamás pensé que llamaría tanto mi atención un cabrio del cavallino rampante. Para descapotables ya tendría suficiente con la espectacularidad de los de Lamborghini. Y no me malinterpreten. Esto es así por el mero hecho de que sigo entendiendo a Ferrari como la deportividad en su máximo esplendor y algo casi incompatible con el placer de disfrutar a cielo abierto con el peso añadido de una capota y su sistema de apertura y cierre.
Pero el Ferrari 458 Spider definitivamente, y desde que lo viéramos en el Salón de Frankfurt, no sólo consiguió conquistarme sino también convencerme de que en efecto es una apuesta segura a la altura de su hermano el coupé y ojo: su sobreprecio será inferior a los 30.000€, o lo que es lo mismo, el precio de un descapotable de techo rígido como el Volkswagen Eos “pelado y mondado”.
Un punto más a su favor: tenemos dos Ferrari en uno, un coupé y un cabrio.
Un servidor aún no pudo comprobarlo, pero Ferrari asegura que podríamos ir con el techo abierto a 200 km/h (por tramos no limitados de autobahn o circuitos cerrados que lo permitan) y mantener una conversación sin que el ruido aerodinámico nos lo impida. Igualmente podremos alcanzar los 320 km/h y hacer el 0 a 100 km/h en 3.4 segundos. En resumidas cuentas, sus cifras de prestaciones son técnica y exactamente iguales a las de su hermano el Ferrari 458 Italia.
El precio oficial en Europa será de 226.800€, mientras que en Estados Unidos lo tendrán por 257.000$. Por lo tanto ni su tecnología ni su nuevo sistema de capota rígida han hecho que el precio se vea incrementado considerablemente respecto al coupé y sigue en la tónica de lo que ya viéramos en sus predecesores 430 Spider y 360 Spider. Será aproximadamente un 15% más caro.
Por lo tanto y dado que un Ferrari 458 Italia se puede conseguir en España por aproximadamente 198.000€, un Ferrari 458 Spider debería rondar los 225.000€ puesto en casa y con impuestos y matriculación incluidos. No nos olvidemos tampoco de que un cliente de Ferrari, cuando toma la decisión de hacerse con un deportivo que cuesta lo que una casa, también decide no escatimar en extras y viene a invertir entre un 15 y un 20% de lo que cuesta su cavallino básico en extras que le pueden resultar interesantes. Añadamos entre 35.000-50.000€ más…
Por desgracia no me veo en la posición de tener que decidir entre un Ferrari y otro. Pero sinceramente si tuviera que hacerlo tendría más que clara mi decisión: Ferrari 458 Spider. O mejor, calmaría mis impulsos y esperaría a algo aún más interesante con una plaquita en la que rezase Scuderia…
Fuente: Autonews | Motorpasión
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