El optimismo de Volvo es bastante alto, de hecho con movimientos importantes como su expansión en los mercados asiáticos y en especial en China, esperan que las ventas alcancen las 800.000 unidades en 2020. Estamos hablando del doble de lo esperado para este año 2011. No obstante para seguir al alza también tendrán que tomar alguna que otra decisión drástica para acabar con pérdidas y flujos de beneficios que se están escapando por decisiones que no están resultando demasiado rentables.
La primera de estas decisiones ya está echada. Volvo cerrará su factoría en Uddevalla (Suecia) y con ella acabará con la producción del Volvo C70, un descapotable de techo rígido que no ha cumplido con todas las expectativas que tenía puesta la marca sueca en él. Únicamente en 2010 se fabricaron más de 10.000 unidades, muy lejos de la capacidad productiva total de 15.000 unidades de que dispone Volvo actualmente.
A día de hoy nada se sabe acerca de un sucesor para el Volvo C70. De hecho es muy probable que Volvo centre sus esfuerzos en una gran berlina, deportiva y con carácter. Los últimos prototipos indicarían que sus intenciones van precisamente en ese camino.
La factoría de Uddevalla se mantenía gracias a una joint venture entre Volvo y Pininfarina S.p.A., uno de los estudios de diseño italianos más conocidos. Actualmente estaría trabajando a un 65% de su capacidad, cuando el ritmo productivo mínimo para justificar la viabilidad de una fábrica de automóviles es del 80%, por lo que los de Gotemburgo tienen claro que habrá que cerrar.
Para ello compraran en marzo de 2012 su “pedazo de la tarta” a Pininfarina S.p.A. y cerrarán en 2013, ofreciendo la posibilidad de recolocación en otras factorías a los 600 trabajadores.
¡Hasta siempre Volvo C70!
Fuente: Autonews
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