No es precisamente Holden una marca muy popular por estos pagos, ya que no comercializa sus coches en territorio europeo. Sin embargo, y pese a este exotismo, seguro que a muchos de vosotros os sonarán modelos como el Holden Monaro. El fabricante australiano de Melbourne está en la órbita de General Motors desde 1931, y pese a no tratarse de una marca global, no podemos decir que Holden esté vacía de historia. Sucede un poco lo mismo con Opel/Vauxhall, prácticamente desconocidas fuera del territorio europeo, aunque sus modelos y su tecnología se comercialicen bajo otras marcas de GM en todo el mundo.
Una parte importante y llamativa del pasado de Holden es sin duda este modelo que aquí os presentamos, el Holden Hurricane. También conocido por Holden RD 001, su código interno de desarrollo, el Hurricane se presentó en 1969 y supuso el primer prototipo para la firma australiana. Nacido con la intención de desarrollar nuevos lenguajes de diseño y formas alternativas de propulsión, el Holden Hurricane no ha perdido un ápice de su atractivo. Y teniendo en cuenta que estamos hablando de un diseño que en su día, hace más de cuatro décadas, era de lo más futurista, tiene mucho mérito. Ahora, ya en 2011, Holden ha decidido desempolvarlo, restaurándolo por completo para volver a exhibirlo públicamente.
Y es que el diseño del Holden Hurricane, teniendo en cuenta que fue concebido a finales de la década de los ‘60 y lo bien que ha soportado el paso del tiempo, se podría considerar a mi modesto entender casi como arte sobre ruedas, a pesar de ser un completo desconocido. Presentado en el Salón de Melbourne de 1969, contaba con carrocería de fibra de vidrio claramente diferenciada en tres partes: cabina, tapa del motor y resto de la carrocería. Precisamente su cabina es uno de los elementos más característicos: para permitir la entrada de conductor y pasajero al habitáculo, se eleva hidráulicamente de forma integral cual nave espacial de ciencia-ficción. Y al mismo tiempo, los asientos y la columna de dirección se elevan ligeramente y se desplazan hacia adelante.
Su motor, un V8 de 4.2 litros de cilindrada, está colocado en posición central-trasera, justo tras los asientos, algo que en la época era muy poco habitual en deportivos de calle. Sus 262 CV podrían parecernos poca cosa hoy en día para un deportivo de grandes aspiraciones, pero gracias a la construcción con materiales ligeros se anunciaban prestaciones realmente buenas, como 5,3 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado o 13 segundos para cubrir los 0-400 metros. Sin duda buena parte de culpa tendría también un trabajado diseño aerodinámico.
Pero más allá de su diseño, innovaciones que seguro que en 1969 nos parecerían de ensueño ya estaban presentes en este impactante Holden Hurricane. Por citar algunas, toda su instrumentación era electrónica, contaba con aire acondicionado con regulación automática de la temperatura (vamos, lo que viene siendo un climatizador moderno) y con cámara de visión trasera. Además también incluía un rudimentario navegador, basado en posicionamiento magnético (nada que ver con los GPS actuales) que informaba al conductor mediante flechas y sonidos de qué camino tenía que tomar en cada intersección.
En su restauración se empleó nada menos que cinco años, puesto que comenzó en el año 2006, necesitando muchas horas de trabajo, así como numerosos ingenieros y diseñadores de la marca australiana. Todos los materiales y diseño respetaron la construcción original, incluyendo esa llamativa pintura metalizada en color naranja. Ahora le toca el turno de la exhibición: por el momento, se ha confirmado su presencia en la Motorclassica en el Melbourne Royal Exhibition Building, entre el 21 y el 23 de Octubre. Queda un poco a desmano, pero siempre podemos contemplar sus imágenes y su presencia en el siguiente vídeo…
Fuente: Carscoop
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