Pietro Frua fue uno de los mejores carroceros italianos del pasado siglo. Aunque lleva muerto tres décadas, su legado ha dejado auténticas joyas que pueblan con orgullo los Concours d’Elegance a lo ancho y largo del globo. Hoy conoceremos una curiosidad, un carrozado de un muscle car estadounidense. En parte, algo parecido a lo que se hizo con el Monteverdi 375 S – obra de Frua también – y que ha tenido como resultado a un clásico italoamericano con mucho sabor: un gángster con mucha clase.
Este Dodge Challenger carrozado por Pietro Frua comenzó su vida como un 1970 Dodge Challenger R/T SE 2-Door Sport Coupe, producido en la planta de Hamtramck, Michigan. Su destino era el Dr. Alfred Schaefer, por aquél entonces director general del banco UBS. El gerente del banco suizo era amigo de Walter Häfner, importador oficial de Chrysler para el mercado suizo. Una llamada a Pietro Frua fue el pistoletazo de salida de la construcción de este ejemplar automovilístico único.
Las medidas del coupé han crecido hasta los 4,86 metros de longitud, manteniéndose un ancho de 1,93 metros y sólo 1,29 metros de altura. El motor se retuvo en su forma original, se trataba de un V8 de 383 pulgadas cúbicas, un 6.3 litros que desarrollaba 335 CV de potencia y permitía una velocidad punta de 193 km/h, limitada por la caja de cambios automática TorqueLifte de 3 relaciones. Pero todo se nos olvida al apreciar las amenazadoras líneas de su carrocería.
En muchos sentidos, se ha hecho una buena fusión de ambos conceptos de diseño. El frontal es amenazador y agresivo, casi tanto como lo era en el Challenger original, pero con un punto más exótico que no se podía encontrar en el diseño estadounidense, en parte muy de agradecer a los abundantes cromados. El resto de líneas de la carrocería son limpias y estilizadas, fluyendo entre una gran superficie acristalada – ojo al tamaño de la ventana trasera – hasta una zaga discreta, poco atrevida.
El habitáculo fue muy ligeramente modificado, únicamente tocando tapizados e instrumentación. Esta unidad aún se mantiene en perfecto estado y ha participado en eventos como el Silvretta Classic Rally. Como curiosidad histórica, Pietro Frua por poco no consigue terminar esta obra. En uno de sus viajes para reunirse con el director de UBS, su avión hubo de realizar un aterrizaje de emergencia al fallar el tren de aterrizaje. Por fortuna no hubo que lamentar pérdidas personales.
No podemos negar un gran trabajo, pero personalmente me quedo con la imagen de un vehículo algo desproporcionado y he de confesar que prefiero el trabajo original estadounidense. En cualquier caso, una curiosidad histórica que no quisimos dejar pasar y daros a conocer. Hay más imágenes en el enlace a la fuente, no os dejéis de pasar.
Fuente: Pietro-Frua
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