En la primera parte de nuestra prueba del Citroën DS5 ya os trasmitíamos nuestras impresiones de lo que ya habíamos visto en el Salón de Frankfurt y por primera vez tendríamos oportunidad de conducirlo por las carreteras de la Costa Azul francesa. Se trata de un vehículo difícil de encasillar pero con un claro objetivo: cautivar a clientes que habitualmente se decantarían por una berlina premium. Citroën tenía un reto muy importante por delante y una larga lista de tareas que completar. ¿Lo habrán conseguido?
Nuestro primer objetivo de pruebas fue el Citroën DS5 HDi 160, dotado de un motor de 1.997 cm3 y 160 CV de potencia con cambio automático de seis velocidades y nivel de acabado y equipamiento Sport. Se trata del diésel “puro” más potente que existirá en el catálogo del DS5, únicamente superado por el híbrido-diésel Hybrid4 de 200 CV de potencia, del que hablaremos más adelante.
Nuestro recorrido de pruebas transcurrió en su mayoría por carreteras de montaña, un desnivel de más de 1.200 metros de altitud y muchas curvas. Pero también una climatología adversa y mucha lluvia, como bien se puede apreciar en las fotografías que ilustran nuestro análisis.
A bordo del Citroën DS5: mucho confort y materiales de gran calidad
Basta acceder al habitáculo del nuevo Citroën DS5 para percatarse en un primer impacto visual de que la primera prueba a la que se enfrentaba Citroën para dotar a su vehículo de ese halo de exclusividad, había sido superada: el habitáculo rezuma calidad y confort.
Nada más acceder nos encontramos unos comodísimos asientos tapizados con piel con las costuras visibles, la misma piel que se ha empleado en parte del revestimiento de las puertas, la visera del cuadro de mandos o la cobertura del volante. El tercio superior del salpicadero está recubierto con un plástico rugos y ligeramente reblandecido muy agradable al tacto y ofreciendo una buena sensación de durabilidad. En las puertas también nos encontramos con unos agarradores de gran tamaño de aluminio pulido.
Conductor y acompañante están separados por una gran consola central que se prolonga desde el salpicadero y que acoge un reposabrazos, los botones que gestionan la apertura de las ventanillas, el selector de marcha (en el caso de los automáticos) y el selector de modo de conducción (en el caso de los Hybrid4). Desde mi reconocida ignorancia me pregunto si la parte inferior de la consola central podría haberse aprovechado el espacio para portar objetos, al más puro estilo Toyota Prius dado que en principio ahí no se aloja la caja de cambios, ni baterías ni otros dispositivos en el caso del híbrido.
El puesto de conducción del Citroën DS5 y las plazas traseras
En el centro del salpicadero se ha situado la pantalla táctil del navegador y el equipo multimedia, que en el caso del Hybrid4 también sirve para ofrecernos ciertas estadísticas acerca del modo de conducción realizada. El mayor inconveniente tal vez sea que esta no se ha situado en una posición privilegiada y más elevada, aunque a su favor tiene que ha sido orientada hacia el conductor.
Pese a sus dimensiones y a su aspecto de monovolumen, el puesto de conducción del Citroën DS5 no es muy diferente al de un compacto o berlina cualquiera y gracias a su altura libre hasta el techo permite oscilar entre una posición de la base del asiento muy baja y más característica de un turismo a una posición más elevada y propia de un monovolumen o incluso un crossover.
Gracias al cuero que lo recubre el volante es muy agradable al tacto, además ha sido achatado por la parte baja y reforzado con una cobertura de aluminio en los radios de la mitad inferior.
Las plazas traseras son muy confortables y espaciosas para dos pasajeros adultos, no obstante la altura libre hasta el techo no es considerablemente mayor a la ofrecida por un vehículo compacto actual y un tanto inferior a la mayoría de los monovolúmenes del mercado. En el caso de la tercera plaza trasera central, y como sucede en muchos vehículos, peca de tener una base ligeramente más alta que las plazas laterales y un respaldo menos mullido y más duro por la presencia de una bandeja-reposabrazos oculto en el propio respaldo.
Que Citroën denomine cockpit al habitáculo de su nuevo DS5 no es una casualidad, ya nos adelantaron que en su diseño se habían inspirado en la industria de la aviación. Eso se aprecia en detalles como el techo acristalado en tres piezas cuyo diseño es muy atractivo pero obviamente no es tan luminoso como un techo acristalado completo. En la consola de botones del techo se puede accionar el sistema de apertura y cierre de las lunetas superiores y las cortinillas de privacidad.
Citroën DS5: practicidad y visibilidad al volante
Por primera vez accionamos el contacto. Para ello basta con introducir la llave en una ranura y arrancar el motor mediante un botón situado en el salpicadero a la derecha del cuadro de mandos. Nada más iniciar la marcha nos percatamos de que, como era previsible, el diseño tan atrevido del Citroën DS5 sacrifica en gran medida la visibilidad lateral y trasera. Para compensar la perdida de visión en el ángulo posterior se instaló una cámara de aparcamiento trasera tan práctica como necesaria.
En cuanto a la visibilidad lateral, el nuevo Citroën DS5 peca de un defecto que ya he podido apreciar en algunos monovolúmenes. El característico boomerang del pilar A termina por ser un estorbo que en muchos casos nos impide ver el bordillo y la línea de la carretera por el lado del conductor, sobretodo cuando tenemos que girar en curvas o rotondas. Tampoco nos resultó demasiado práctico el tamaño reducido de las ventanillas laterales delanteras y el grosor considerable del pilar B.
Por último si no somos muy altos (como es el caso de un servidor) y hemos situado la base del asiento en una posición media-baja, la altura del perfil de la ventanilla nos dificultará la visión de los retrovisores laterales que son muy estrechos. Esto último es una ventaja en términos aerodinámicos y estéticos, pero un tanto incómodos al efectuar maniobras de adelantamiento y cambio de carril, en un primer momento y hasta pasar un pequeño periodo de adaptación.
Impresiones de la mecánica diésel HDi de 160 CV y el cambio automático
Iniciamos la marcha con nuestro Citroën DS5 HDi 160 de pruebas, un diésel que se muestra como la mejor alternativa en cuanto a su relación de prestaciones, consumos y precio. La versión manual con las llantas de 18” homologa 5.1 litros/100 km mientras que el automático que tuvimos ocasión de probar el consumo en ciclo mixto aumenta hasta los 6.1 litros/100 km y las emisiones en 158 g/km.
Dadas estas cifras oficiales de homologación y teniendo en cuenta que nuestro recorrido de pruebas salvaba un desnivel de más de 1.200 metros de altitud, carreteras de curvas, ritmo alegre y algo de ciudad, no es de extrañar que en más de una ocasión viéramos en el ordenador de a bordo consumos medios por encima de los 10 litros/100 kilómetros. Para ser justos con este DS5 automático hay que decir que lo habitual en nuestra conducción del día a día no será ni por asomo parecida al recorrido efectuado en nuestra prueba.
Definitivamente el cambio automático no es demasiado eficiente ni efectivo y queda un tanto deslucido sobretodo en comparación con los cada vez más habituales cambios de doble embrague existentes en el mercado. Sí es confortable y para una conducción tranquila la transición entre marchas se produce con normalidad mostrándonos únicamente sus carencias cuando decidimos pisar con alegría el pedal del acelerador, por ejemplo para incorporarnos a una autopista.
Chasis y dinamismo del nuevo Citroën DS5
En cuanto a su dinamismo tengo que decir que el Citroën DS5 logró dejarme un buen sabor de boca. Las suspensiones tal vez no sean demasiado suaves a la hora de absorber las irregularidades del terreno pero sí efectivas a la hora de sujetar la carrocería y evitar balanceos circulando a un ritmo alto por carreteras viradas. Recordemos también que nuestro sujeto de pruebas montaba llantas de 18” y calzaba neumáticos 235/45, lo cual puede penalizar el confort y aún más en el caso del otro juego de llantas opcionales disponibles de 19”.
Es más, pese a su tamaño su conducción se asemeja más a la de un compacto con ajustes de chasis ligeramente deportivos que a la de cualquier monovolumen, lo cual es de agradecer a la hora de salir de viaje.
Para concluir hay que decir que el Citroën DS5 ha logrado un nivel de calidad bastante alto, suficiente como para competir entre vehículos premium. Ahora bien, desconocemos si la arriesgada apuesta por un diseño tan atrevido y particular será suficiente para lograr el comprador que tradicionalmente se decantaría por un Audi A4 abandone su idea y prefiera optar por un DS5. ¿Quién sabe? Tal vez cuando se desvelen definitivamente los precios para el mercado español podamos ir resolviendo nuestra incognita.
Citroën DS5, presentación y prueba en Niza (I)
Fuente: Citroën
En Diariomotor: Citroën DS5, un monovolumen “diferente” en el Salón de Frankfurt | Citroën DS5, el atrevido monovolumen francés