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Tu coche en forma: sistemas de retención infantil

Las sillas infantiles cubren el hueco que, inevitablemente, existe entre los sistemas de protección instalados en nuestro coche y la necesidad de proteger a los más pequeños. Para los niños, los cinturones y airbags constituyen más amenazas que eficaces sistemas de retención, tal cual están concebidos.

Podemos entender un sistema de retención infantil como un adaptador, que permite sujetar correctamente el cuerpo de un niño o bebé al coche en caso de accidente. Por razones obvias, esta correcta sujección no es posible utilizando directamente el cinturón de seguridad sin ese elemento intermedio.

Antes de seguir, pude ser interesante señalar que la correcta utilización de sistemas de retención infantil divide el riesgo de sufrir lesiones graves o mortales por siete.

Un poco de física para entender los sistemas de retención

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la correcta utilización de sistemas de retención infantil divide el riesgo de sufrir lesiones graves o mortales por siete

Cuando un coche frena debe transformar su energía cinética en algún otro tipo de energía. En general, los discos de freno realizan esa transformación convirtiendo la energía del movimiento en calor hasta lograr, gradualmente, la detención del vehículo. La palabra clave aquí es “gradualmente”.

Lo que ocurre en una colisión, básicamente, es que la velocidad del vehículo debe reducirse mucho en un espacio extremadamente pequeño y en un tiempo extremadamente breve. Mucho más breve de lo que podrían conseguir los mejores frenos y los mejores neumáticos. La reducción de velocidad no es gradual, sino violenta.

Esto es lo mismo que decir que el coche y todo lo que viaja en él se verá sometido, por la vía que sea necesaria, a una colosal deceleración. Los sistemas de retención intentan gestionar esta brutal aceleración negativa de la forma menos dañina posible para nosotros.

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Si nuestro cuerpo no va unido al chasis del coche, saldrá despedido en la dirección en la que estemos chocando hasta encontrarse con algo que lo detenga. A partir de ahí estaremos en manos de la suerte, pero el cuerpo humano no está diseñado para soportar los impactos que se generan a las velocidades a las que circula un coche, ni muchísimo menos, de modo que incluso la suerte tiene muy poco margen de maniobra.

En cambio, si nuestro cuerpo va unido al chasis del coche por un sistema de retención, formaremos parte de él y nos detendremos con él.

Si nuestro cuerpo va unido al chasis del coche por un sistema de retención, formaremos parte de él y nos detendremos con él

La energía cinética del coche se traduce en deformaciones en el punto de colisión (en general, la parte delantera). La violenta deformación de su estructura metálica, diseñada a tal efecto, absorberá también la energía cinética de nuestro cuerpo si estamos firmemente unidos al coche.

Si la unión de nuestro cuerpo con el chasis se establece a través de puntos especialmente fuertes de nuestro propio “chasis” (el esternón y la pelvis). Por medio de un cinturón de tres puntos de anclaje sin holguras y bien colocado, estaremos haciendo posible la necesaria deceleración brutal con el mínimo de lesiones.

Todo esto funciona para la estructura ósea y la distribución de masas corporales de un adulto, pero no para un bebé o un niño.

Los sistemas de retención básicos están hechos para adultos

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Los asientos y cinturones de cualquier coche están diseñados exclusivamente para el cuerpo de un adulto, y sólo puede ser así. La proporción cabeza-cuerpo y la estructura ósea de un niño, no digamos un bebé, tienen poco o nada que ver con el cuerpo de un adulto. Esto hace que no sea físicamente posible que un mismo asiento y un mismo cinturón protejan con igual eficacia a pequeños y mayores. De ahí la exsitencia de sillas infantiles.

Las diferencias más importante entre un niño y un adulto son sus proporciones y la flexibilidad de sus huesos, además de su tamaño total

Las diferencias más importante entre un niño y un adulto, desde un punto de vista biomecánico, son sus proporciones y la flexibilidad de sus huesos, además de su tamaño total.

La cabeza de un niño es proporcionalmente mucho mayor que la de un adulto con respecto al resto de su cuerpo, luego su cuello tendrá que hacer un esfuerzo mucho mayor para mantenerla en su sitio, proporcionalmente a su tamaño.

Por otro lado, su estructura ósea es mucho menos rígida que la de un adulto, tanto más cuanto más pequeño es el niño. En lo que respecta al tamaño total, es evidente que un niño no va a quedar nunca a la altura de los sistemas de seguridad del coche (cinturones, airbags) para que estos puedan protegerlo correctamente.

Sistemas de retención para niños

La legislación española establece que las personas cuya estatura sea inferior a 135 centímetros deberán utilizar un dispositivo de retención homologado adaptado a su talla y peso. La razón por la que debemos utilizar estos dispositivos es la seguridad que implican, pero la ley también nos obliga a ello.

La sillas infantiles están divididas en grupos, delimitados por rangos de masa corporal:

Grupo 0 – de 0 á 10 kg
Grupo 0+ – de 0 á 13 kg
Grupo 1 – de 9 á 18 kg
Grupo 2/3 – de 15 á 36 kg

Existen en el mercado numerosas marcas y modelos de silla para las diferentes categorías de masa corporal, así como diferentes estudios sobre su seguridad, facilidad de manejo y limplieza, facilidad de instalación, ergonomía… en particular, recomiendo el estudio de la OCU y el estudio del RACE, ambos muy serios y actualizados.

Como recomendaciones generales de utilización, creo que se pueden hacer las siguientes, atendiendo a los sesudos estudios antes referidos y al sentido común.

Portabebé del grupo 0+ con Isofix

1 – Para transportar un bebé, es más seguro el formato portabebé, diseñado específicamente para este fin, que un capazo.

En el portabebé, el pequeño viaja en sentido longitudinal, de espaldas al sentido de la marcha y sujeto con un arnés de 5 puntos de anclaje. Puede unirse al coche con Isofix. Resulta extremadamente ergonómico, aunque no los recomienden para muchas horas. Al fin y al cabo, un bebé tampoco estará nunca más de dos o tres horas seguidas en un coche sin que sus necesidades fisiológicas nos obliguen a sacarlo.

En un capazo, el bebé viaja en sentido transversal, ocupando dos plazas y el capazo irá sujeto por el cinturón de seguridad. La unión de su cuerpo con el capazo es mucho más débil, especialmente en caso de vuelco. No conozco capazos con sistema Isofix (más sobre esto luego).

Muchos padres optan por instalar el capazo en el coche de todos modos para no tener que trasladar (y probablemente despertar) al bebé cada vez que se suben en el coche. Mi experiencia dice que, hoy por hoy, el capazo es bastante prescindible si compramos una silla cuyo portabebé (con asa) se pueda instalar en el coche. Una base Isofix nos permitirá hacerlo con un simple click, con lo que no despertaremos al pasajero.

2 – Los sistemas de anclaje Isofix son superiores en todas las pruebas de seguridad a los sistemas basados en el cinturón. Además, son mucho más fáciles y rápidos de instalar correctamente y mucho más difíciles de instalar mal.

Silla del grupo 1 con anclaje Isofix

El sistema Isofix consiste en la unión de la silla con el coche a través de dos anclajes situados entre el respaldo y la banqueta del asiento trasero de casi cualquier coche, más un tercer punto que puede ser un pié que va al suelo o una correa que va a la parte posterior del respaldo. Ambos son equivalentes en seguridad y cumplen la misma función, pero el pie delantero ocupa bastante más espacio en el coche.

Con este sistema la silla no va sujeta por el cinturón de seguridad (y se evitan de paso todos los errores y holguras que su utilización puede provocar). El comportamiento de la silla en caso de accidente es mucho mejor en todas las circunstancias. Prácticamente no hay holguras en ninguna dirección, con lo que ello implica en caso de accidente. Con sillas sujetas por el cinturón, siempre hay holguras y el juego que permiten, sobre todo en colisión lateral, es mucho mayor.

Mientras quepa razonablemente en una silla, no debemos pasarlo a la siguiente

3 – No hay que tener prisa para subir al niño de categoría: mientras quepa razonablemente en una silla, no debemos pasarlo a la siguiente. Esto es así porque a medida que el niño va llenando la silla va teniendo menos holguras y menos posibilidad de desplazamientos indeseados.

Por supuesto, en el momento en que alcancemos el peso máximo o la estatura del niño haga que el cinturón ya no quede en la posición recomendada, sí debemos pasar a la categoría siguiente.

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4 – Los sistemas en los que el niño va en sentido contrario a la marcha son mejores en caso de accidente. Esto es así porque en una colisión frontal (el accidente más probable) toda su espalda y su cabeza ya están apoyadas contra el respaldo que habrá de retenerlo. Cuando viajan mirando hacia adelante el arnés los retiene correctamente, pero la cabeza (muy masiva, como ya hemos dicho) someterá al cuello a un importante esfuerzo.

A partir del grupo 1, las principales marcas fabrican sus sillas mirando hacia delante y en el grupo 2/3 el niño ya es tan grande que no tendría espacio físico para poner los pies si va en sentido contrario. Llegados a este punto, ya no tiene mucho sentido empeñarse en que vayan mirando hacia atrás, además de que la elevada masa relativa de su cabeza empieza a ser bastante menos acusada.

La conclusión hasta aquí es que debemos usar un portabebé (0+) en sentido contrario a la marcha con anclaje Isofix y apurarlo hasta su límite dimensional, trasladando al niño a una silla del grupo 1 cuando realmente ya no quepa por estatura o llegue al límite de masa corporal. Cuando empiece a viajar en el sentido de la marcha, que sea lo más “mayor” posible.

Estas sillas, precisamente porque abarcan un rango muy amplio de pesos, no son óptimas para ninguno

4 – No es recomendable, en general, comprar sillas que cubran más de una categoría. La razón de esto es que estas sillas, precisamente porque abarcan un rango muy amplio de pesos, no son óptimas para ninguno.

Básicamente, los cambios morfológicos de un niño a estas edades son tan grandes que no es posible que una misma silla los proteja realmente bien con pesos muy distantes. Comprar una silla del grupo 1+2+3 puede suponer un ahorro económico importante pero, desde el punto de vista de la seguridad, no es la mejor opción.

Silla integral del grupo 2/3 con anclaje Isofix

5 – Los cojines elevadores no son recomendables (aunque sean legales) para ninguna talla, siendo siempre superior una silla integral con respaldo. La razón de esto es que el cojín puede tener un buen comportamiento en la cadera, pero ante un choque lateral la cabeza y el tórax tenderán a irse contra la puerta y el cristal del coche, con grave riesgo de lesión.

Los respaldos llevan protecciones laterales para la cabeza, que evitarán movimientos laterales más allá de un pequeño ángulo y, desde luego, no permitirán el contacto con la puerta. Esto hace posible, además, mantener la posición vertical de la columna vertebral, por la alineación de cadera y hombros que implican estas protecciones.

6 – Es importante quitar las prendas de abrigo al niño antes de abrochar el cinturón o arnés. Después de evitar todas las holguras posibles con el mejor anclaje perfectamente instalado sería absurdo introducir holguras entre el cinturón y el cuerpo del pasajero. También es recomendable comprobar constantemente que el cinturón se ciñe bien sobre el cuerpo.

Por supuesto, esto aplica también a los cinturones de adultos, cuya mejor posición también es lo más cerca posible de nuestro cuerpo.

Estrategia a seguir

Sistemas de retención infantil para grupos 0+, 1 y 2/3

Por último y resumiendo todo lo dicho, yo recomiendo jugar con tres sillas en total, que serían el portabebé del grupo 0+, seguido de una silla del grupo 1 lo más tarde posible, para terminar con una silla con respaldo del grupo 2/3 que será la última que utilicemos.

Según esta estrategia, evitaremos el capazo en la primera etapa, el niño viajará mirando hacia atrás el mayor tiempo posible y siempre dispondremos de anclaje Isofix, con todas sus ventajas.

Sea cual sea nuestra limitación presupuestaria (se trata de artículos algo caros) creo que todos los padres deberían plantearse, dentro de sus posibilidades, la máxima protección de lo que es su más importante responsabilidad: la vida de sus hijos.

Intentad no dejar cabos sueltos con este tema.

Lee más consejos para cuidar tu coche en la sección Tu coche en forma.

Fuente: Documento OCU | Documento RACE
En Diariomotor: Aumento del uso de Sistemas de Retención Infantil
En Tecmovia: Análisis del cinturón hinchable de Ford: por qué quitarse el abrigo en el coche

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David García Artés

David comenzó a trabajar en Diariomotor en junio de 2011, escribiendo artículos casi como hobbie, en lugar de ver la televisión después del trabajo. Poco a poco fue ganando responsabilidades, primero como coordinador editorial en Tecmovia, más tarde como probador (nunca ha dejado de serlo) y finalmente como Director General desde julio de 2020. Es economista (1998) e ingeniero (2011) de formación. Seguir leyendo...

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