Después de haber detallado los entresijos del nuevo Ford Focus Sportbreak, nos ponemos al volante de este familiar económico derivado de compacto con una misión entre manos: llegar a Frankfurt a tiempo para el Salón del Automóvil Internacional. Partiendo de la ciudad de la luz, París, nuestro recorrido y teniendo en cuenta las paradas intermedias que realizamos que nos apartaron ligeramente de la ruta más rápida, transcurriría en torno a unos 700-800 kilómetros principalmente por autovías y autopistas. Hubo incluso posibilidad de circular por tramos sin limitación de velocidad de las autobahn alemanas.
La crónica de nuestra prueba del Ford Focus Sportbreak 1.6 TDCi 115 CV no deja de confirmar lo que ya adelantaba mi compañero Sergio Álvarez en la prueba del Ford Focus 1.6 TDCi 115 CV con su carrocería compacta. Por su nivel de calidad, la gama de motores existente y el arsenal tecnológico de que está dotada la nueva gama Focus, inclusive en su variante de carrocería familiar, el nuevo Ford Focus debería ser el amo y señor del segmento C.
En términos generales el Ford Focus Sportbreak junto al compacto ha protagonizado un salto cualitativo importante.
Suspensiones y dirección del Ford Focus Sportbreak
Pese a la ganancia de veinte centímetros de longitud y apenas un par de altura respecto al cinco puertas compacto las suspensiones del Ford Focus Sportbreak sujetan bastante bien la carrocería. Recordemos que se optó por el tradicional MacPherson independiente para el eje delantero y un paralelogramo deformable en el eje posterior denominado Control Blade por Ford, que en esencia se compone de un multibrazo, amortiguadores con montantes de carrocería de doble vía y una barra estabilizadora transversal que conecta las barras de los muelles.
Imponiendo un ritmo alto no acusa un excesivo balanceo y absorbe con eficacia las irregularidades del asfalto. El confort de marcha está a un gran nivel, incluso a velocidades de crucero altas para un vehículo con un motor sin demasiadas pretensiones como este 1.6 TDCi de 115 CV. Durante algunos tramos de autopista pudimos rodar sobre los 180 km/h sin que la estabilidad se viera aparentemente comprometida.
El tacto de la nueva dirección Electric Power Assist Steering sigue siendo un tanto artificial, pero al menos parece que a velocidades de carretera su tacto es más directo que en anteriores generaciones de Ford Focus.
Su motor: el 1.6 TDCi de 115 CV con cambio manual de seis velocidades
Definitivamente la mecánica empleada en nuestra prueba, el 1.6 TDCi de 115 CV y cambio manual de seis velocidades se presenta como la alternativa con mejora relación entre prestaciones, consumos y precio de venta al público. Se trata de una versión renovada y afinada del motor 1.6 TDCi de Ford con common-rail Bosch y turbocompresor Garrett. Para contar con un cambio automático PowerShift de 6 velocidades ya hay que optar por un motor 2.0 TDCi de 115, 140 o 163 CV de potencia. Lo cual incrementa considerablemente los consumos y también el precio.
En un tramo de autovía lígeramente ascendente de cerca de 60 kilómetros en territorio francés nuestro consumo a velocidades en ningún momento superiores a los 120 km/h de marcador se situó siempre por debajo de los 6.0 litros/100 kilómetros (5.7-5.9). La media real de velocidad obtenida en nuestro recorrido fue de 112 km/h. En el análisis de mi compañero Sergio del Ford Focus 1.6 TDCi los consumos obtenidos rondaban los 5.2 litros/100 km.
Según las fichas de especificaciones de Ford, el motor 1.6 TDCi de 115 CV homologa 4.2 litros/100 kilómetros independientemente de que la carrocería sea compacta o familiar, dado que el incremento de peso es de apenas 22 kilogramos.
Acabados de calidad y buenos ajustes
En cuanto a nivel de acabados, equipamiento y ajustes el Ford Focus Sportbreak se sitúa indiscutiblemente en el top de las marcas generalistas del segmento C. Sin hacer gala de materiales caros o complejos los revestimientos del salpicadero, las puertas y la consola central están diseñados para ofrecer un buen tacto y una aparente sensación de durabilidad. Tal vez desentone únicamente el plástico negro brillante del equipo multimedia en el centro del salpicadero.
El trabajo acústico de Ford me parece bastante bueno, tanto para mitigar el ruido del propio motor 1.6 TDCi como para ocultar los sonidos que se filtran al habitáculo con un buen aislamiento de este. El volumen de decibelios no me resultó en ningún momento exagerado, ni tan siquiera cuando circulamos a más de 180 km/h de marcador.
Mucha tecnología al servicio del conductor
Respecto al arsenal tecnológico del que ya hablaba mi compañero Sergio, en su prueba podéis contemplar un buen análisis de casi todos los extras que puede equipar el Ford Focus por apenas unos 2.000€ más.
En mi experiencia personal pude comprar como el despliegue de radares y sensores me permitía efectuar maniobras como el aparcamiento de forma asombrosamente sencilla e incluso rápida. En realidad y para ser justos el sistema Active Park Assist gana algo de practicidad en un vehículo que ya supera los cuatro metros y medio como es este Ford Focus Sportbreak. No obstante cualquier sistema de aparcamiento que vaya más allá del clásico sensor con advertencia luminosa y/o sonora me sigue pareciendo un gasto innecesario salvo que se te de terriblemente mal eso de aparcar.
El funcionamiento es similar al Park Assist de Volkswagen. Accionas el botón de aparcamiento pilotado, el sistema te advierte de que ha encontrado un hueco candidato en el que podemos aparcar y entonces te pide que por favor le dejes controlar el volante. En ese momento únicamente tenemos que engranar la marcha atrás, actuar sobre el acelerador y comprobar como el sistema de radares y sensores se encarga de efectuar las maniobras óptimas y necesarias para dejar bien cuadrado nuestro vehículo.
Por otro lado tan interesantes como imprescindibles me parecen ya los sistemas de advertencia de cambio involuntario de carril y detección del ángulo muerto, con un LED que se encarga de advertirnos en el vértice del retrovisor.
En cambio el sistema de detección de fatiga no me resultó tan práctico. Ostensibles y exageradas tienen que ser nuestras maniobras para que el detector nos advierta que circulamos fatigados (o con una borrachera de escándalo) para mostrarnos una molesta advertencia sonora y visual que nos obligará a parar. Y es que el método que utiliza el sistema se basa en nuestras maniobras sobre el volante y la referencia de las líneas sobre el asfalto. Por lo tanto la voz de alarma la da tras haber observado unos cuantos volantazos (en nuestra prueba fingidos por un servidor) que en condiciones de fatiga ya podrían haber acabado con nosotros en la cuneta.
En fin, un aplauso para Ford. Sin duda alguna ha conseguido hacer un poquito más popular un buen espectro de tecnologías que hasta ahora sólo eran viables en vehículos de gama alta, demostrando que estas tecnologías son más asequibles y demandadas en vehículos modestos de lo que algunos pensaban.
En Diariomotor: Ford Focus Sportbreak 2011 | Ford Focus Sportbreak 2011 en París