La Clase B de Mercedes se renovó este mismo verano con la nueva imagen de Mercedes – arrancada hace varios meses por el CLS – que modernizó la cara y muchos detalles más de este monovolumen compacto premium.
Este vehículo familiar de cinco plazas reune, a priori, la habitabilidad propia de su tamaño – en sus 4,4 metros de longitud y 1,56 metros de altura – y la calidad que se le supone a un Mercedes-Benz. Llega el momento de analizarlo y de ponerse tras su volante para comprobar su comportamiento. La versión probada, la B 200 CDI equipada con motor diésel de 136 CV y cambio manual. Es sin duda una de las más vendidas, con respeto al B 180 CDI BlueEfficiency de 109 CV que es el Clase B más básico en cuanto a mecánica.
Exterior e interior, habitabilidad de monovolumen
La clásica imagen del Mercedes Clase B no ha desaparecido en absoluto porque el que conociera el Clase B anterior se sentirá como en casa. Sin embargo los pequeños detalles que suelen evolucionar a lo largo del ciclo de vida de un coche sí que han puesto al monovolumen en otro punto, especialmente en lo concerniente al frontal; los faros con luces LED, tanto las de tipo diurno como las de intermitencia, y el frontal le dan un nuevo aire. En la zaga Mercedes ha querido ser más comedida, las ópticas cambian pero más suavemente.
En tema de habitabilidad no hay excesivas diferencias, el Clase B es un coche amplio en muchos de los sentidos. Es cómodo entrar tanto por apertura de las puertas como por la altura a la que se encuentra el suelo y en las plazas traseras el espacio da para personas con una cierta altura y una cierta corpulencia; eso sí tres pasajeros en la segunda fila se podrían sentir algo apretados pero no en exceso. Disfrutarán seguro de unos tapizados mullidos y de unos reposacabezas prácticos.
Los materiales empleados ofrecen un buen tacto, especialmente en cuanto a la piel del volante (en este caso, multifunción de doble grupo de botones) o a la palanca de cambios que conjunta un toque cromado junto al cuero. Otros botones como los del climatizador, la radio o los ajustes de los retrovisores tienen un “sabor” más a plástico. La iluminación del cuadro de instrumentos es blanca sobre negro al igual que las distintas velocidades o revoluciones. En el equipamiento de este Clase B también se incluían el pedalier de aluminio con gomas, algo que personalmente no me encaja en la filosofía de este coche.
La capacidad del maletero, visible tras el levantamiento del amplio portón, alcanza prácticamente los 490 litros en formas bastante geométricas que dejan lugar a la colocación de múltiples objetos para aprovechar al máximo el espacio. Hay una doble bandeja deslizante que realiza una función más que importante si se va de viaje: ocultar de la vista los bultos del maletero.
Dinámica del B 200 CDI en pocas palabras
El Clase B 200 CDI está equipado con un motor diésel de cuatro cilindros y 136 CV, sin duda una de las combinaciones más fluyentes en el mercado de los monovolúmenes. Es un bloque enérgetico en el rango intermedio del tacómetro, algo lento en bajas vueltas y rápidamente achicable cuando la aguja roza la zona roja. Los 1.500 kg de peso de este Clase B en vacío se mueven con bastante fluidez mientras el motor ofrezca los 300 Nm de par máximo que puede entregar – entre 1.600 y 3.000 rpm – e incluso cuando están a punto de decaer el motor parece entregar más caballos de los que marca.
La toma de contacto que realicé fue demasiado corta para poder ofrecer una valoración más objetiva del comportamiento del vehículo pero sirvió para tener una idea. No voy a mojarme sobre el consumo porque no sería correcto dadas las circunstancias específicas de la prueba. Oficialmente el Mercedes B 200 CDI homologa 4,4 l/100 Km en ciclo mixto, gracias en parte a la función de parada y arranque del motor para los recorridos en ciudad.
En rodaje el Mercedes Clase B se comporta ciertamente firme y no ofrece ninguna tentación de subviraje o sobreviraje cuando se le intenta forzar en una curva medianamente cerrada o en una rotonda (sin pararse desde luego). Lo que importa es que transmite sensación de control al volante sin que las rugosidades más ligeras lleguen prácticamente a las manos del conductor. Atrás el reglaje de las suspensiones hace muy llevaderos los viajes por carreteras con regularidades.
Precios y primeras conclusiones
En los 26.100 euros arranca la comercialización del B 180 CDI mientras que el Mercedes B 200 CDI ya se acerca a la treintena con 29.800 euros con equipamiento de serie. Faltaría incluir, si quisiéramos elegir la unidad de prueba concreta, los paquetes con el tapizado de cuero, los detalles cromados tanto del exterior como del interior, la dirección asistida variable, el navegador GPS, las llantas de aleación de color negro, etc con el que podríamos superar tranquilamente a los 33.000 euros aproximadamente.
En estas primeras impresiones me da la sensación de que el Mercedes Clase B es un coche muy asentado y perfecto para ir de viaje. Su elevado precio con respecto a otros vehículos del mismo tipo – monovolúmenes compactos de unos 4,5 m de longitud – se justifica en parte por la elevada calidad de habitáculo. Si es suficiente justificación o no eso depende cada uno, de lo que priorice a la hora de adquirir un vehículo así.
En Diariomotor: Mercedes-Benz Clase B 2012 | Mercedes Clase B desde 26.100€ | Mercedes Clase B 2010
