Dice el refrán que “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar“. Y aunque aquí en España la DGT ya ha hablado acerca de esta posibilidad sin concretar más, han sido nuestros vecinos de Francia los que se han decidido a adoptar una iniciativa con la intención acabar de forma definitiva con el alcohol al volante: en Francia, los vehículos estarán equipados obligatoriamente con un alcolock a partir de la primavera del 2012.
Con este alcoholímetro incorporado de forma obligatoria a todos los vehículos, los conductores franceses no podrán arrancar su coche y ponerse en marcha si superan la tasa permitida de alcohol. Todavía no se conocen todos los detalles de esta medida, pero Sarkozy afirma que será obligatorio y que es una medida necesaria para evitar más muertes al volante con el alcohol como principal causa. En el último año, entre el 30 de Noviembre del 2010 y el 31 de Octubre del 2011, hubo más de 4.000 fallecidos en las carreteras francesas.
Habría que ver cuántos de esos 4.000 fallecidos se debieron a accidentes en los que el alcohol fuese la causa principal, pero de lo que no cabe duda es que, pese a ser una medida totalmente impopular, los accidentes con alcohol de por medio deberían verse reducidos drásticamente. Si no superamos las tasas legales de alcohol permitidas podremos conducir, pero si las superamos evitaremos, por fuerza, conducir un vehículo en un estado poco o nada apropiado para ello.
Todavía faltan por concretar más detalles de esta medida, más allá de que en los primeros meses del 2012 entre en vigor de forma obligatoria. Por ejemplo, no se sabe todavía si esta obligatoriedad incluirá también a los coches ya matriculados y en circulación, además de a los coches nuevos: si así fuese, a los conductores franceses no les quedaría más remedio que instalar un detector de alcohol en sus vehículos, sin importar la antigüedad de estos.
En tal caso estoy seguro de que se levantarán muchas voces en contra, tanto por la obligatoriedad del gasto e instalación como por el hecho de cercenar libertades individuales, pero también habría que valorar cuál es la verdadera efectividad de esta medida y pensar si la seguridad vial de todos los conductores no es más importante que todas estas consideraciones. Una cuestión muy difícil y polémica, en todo caso.
Otra medida de Sarkozy anunciada estos días relacionada con el tráfico y la seguridad vial también traerá cola: la instalación de 400 radares de tráfico más para evitar el exceso de velocidad, indetectables y sin señalizar. Es decir, que no se sabrá con antelación dónde están colocados. Ahí entra en juego la política del miedo para asustar a los conductores ante multas imprevistas, aunque también es cierto que quien cumple con los límites máximos de velocidad no tendría nada que temer.
¿Veremos pronto en las carreteras españolas la llegada del alcoholímetro obligatorio en los coches o de los radares de tráfico sin señalizar? Más pronto o más tarde, no me sorprendería demasiado…
Fuente: 20 Minutos
Imagen de cabecera: mrjorgen
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