Si hay algo que ha quedado patente en los últimos años es que la figura del vehículo deportivo no puede ser entendida única y exclusivamente en la de la máquina inaccesible para la mayoría de los mortales que evocan marcas como Ferrari o Bugatti. El mercado demanda deportivos cada vez más pequeños y asequibles que le permitan a casi cualquier hijo de vecino disfrutar en cierta manera de una deportividad que hoy en día se puede decir que se ha democratizado.
Si Audi Quattro GmbH y BMW M GmbH ya han apostado por mecánicas realmente deportivas y rabiosas para sus modelos más pequeños y compactos e incluso se estarían planteando la posibilidad de lanzar deportivos diésel, no nos extraña mínimamente que en cuestión de unos años Mercedes-AMG GmbH haga lo propio aplicando su saber hacer y su experiencia a los compactos más pequeños y “sosegados” de Stuttgart.
El nuevo Mercedes Clase A y el futuro sucesor del Mercedes CLC SportCoupé podrían beneficiarse de los nuevos y más pequeños motores de AMG.
La voz de alerta la daba una mula de pruebas convenientemente camuflada con carrocería de Mercedes Clase B. La posibilidad de un Clase B AMG es bastante remota dado que el cliente típico de un monovolumen compacto como este difícilmente se decantaría por una versión tan picante como esta. Pero todo apunta a que precisamente esta mula estaría ocultando la mecánica que sí dará vida al futuro Mercedes Clase A AMG y a una nueva versión AMG para el sucesor del Mercedes CLC SportCoupé.
Y aún hay más. La deportividad también se vende en frascos pequeños y aquí no habrá lugar para un gigantesco V8, ni siquiera para las nuevas y eficientes mecánicas con desconexión selectiva de cilindros. La clave será un pequeño motor de gasolina, inyección directa, turbo, 2.0 litros de desplazamiento y alrededor de 320 CV.
La transmisión correría a cargo de un cambio automático de doble embrague y seis velocidades y un sistema de tracción total con diferencial central de tipo Haldex.
La cosa promete…
Fuente: Autocar.co.uk
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