La tijera de los gobiernos europeos sobre sus presupuestos nacionales suele venir acompañada de molestas subidas de impuestos, configuradas para extraer el máximo rendimiento económico sin perjudicar en exceso a la actividad. Al menos eso dice la teoría, y podríamos debatir largo y tendido sobre la eficacia de las medidas de ajuste económico de países como Italia o España, pero esto es Diariomotor, y aquí nos centraremos en las medidas tomadas por el ejecutivo de Mario Monti para con el automóvil italiano.
El primer efecto patente sobre los automovilistas y motoristas es un incremento de los impuestos especiales que soportan los carburantes. El consumo de gasolinas y gasóleos ha caído en toda Europa, con un decremento de la recaudación asociada, por lo que Italia ha elevado en 9,9 céntimos por litro el impuesto a la gasolina, en 13,6 céntimos por litro el impuesto a los gasóleos y en 2,6 céntimos por litro el impuesto al GPL. Todos ellos incluyen el efecto del IVA.
Es una subida realmente alta, que pone las medias pagadas por los automovilistas italianos entre los 1,70 y 1,80 euros por litro de combustible. ¿Es esto todo? No, se ha aprobado un impuesto especial que grava la compra de vehículos potentes. Esta medida afecta a todos los vehículos con potencias superiores a 185 kW (251 CV), independientemente de la fecha de matriculación, sin distinguir tipo de combustible. Por cada kW que pase de los 185 kW, el vehículo tendrá que pagar 20€ anuales.
Esta medida se integra en el equivalente italiano a nuestro Impuesto de Circulación. Si somos los afortunados propietarios de un Chevrolet Camaro SS, habremos desembolsado unos 45.000€ por el vehículo, pero anualmente, su motor 6.2 V8 de 432 CV (318 kW), hará que anualmente tengamos que desembolsar la friolera de 2.660€. Es realmente mucho dinero, por lo que se espera que las ventas de los deportivos asequibles caigan, así como su precio en el mercado de segunda mano.
Por poner un ejemplo algo descabellado, el dueño de un Bugatti Veyron SuperSport tendrá que pagar una “viñeta” anual de casi 14.000€ a causa de este impuesto, pero el efecto realmente notable sobre la recaudación se dará en el grueso de vehículos con potencias de hasta 300 CV, como puede ser un simple Seat León Cupra R. Cuesta menos de 30.000€, pero tendrá que pagar 200€ adicionales al año en su Impuesto de Circulación. Malos tiempos para el automóvil italiano, en definitiva.
Fuente: autoblog.it
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