Querido líder, le llamaban. En los libros de texto de Corea del Norte reza que Kim Jong Il creó la humanidad, con lo cual no nos extraña que su figura sea adorada cual deidad en la nación que ha estado sometida a uno de los regímenes más oscurantistas de cuantos hayan existido en el Siglo XXI. Pero como todo dictador y todo excéntrico líder, tras su muerte descubrimos que también tenía bastante buen gusto a la hora de escoger sus automóviles y una cierta obsesión, especialmente por Mercedes-Benz.
No importa que en Corea del Norte existiese una prohibición expresa de venta y un embargo de las Naciones Unidas de entrada de cualquier producto de lujo llegado de Occidente. Kim Jong Il contaba con una extensa colección de vehículos Mercedes-Benz que algunos estiman podría llegar a los 15 millones de euros. Por otro lado puede que su pasión por las cuatro ruedas se debiese a su irrefrenable fobia a los aviones y alguna mala experiencia como un accidente de helicóptero que sufriera hace más de veinte años.
Dicen que sus favoritas son dos limusinas Mercedes-Benz S600 Pullman Guard que habrían sustituido a su antiguo Maybach.
Por otro lado el Querido líder tampoco dudó en compartir su pasión por los vehículos de lujo con sus súbditos más cercanos. En 2010 regaló 160 berlinas a los oficiales de alto rango. A día de hoy es imposible determinar el coste de estos ni los medios que se emplearon para llevar los vehículos a Corea del Norte eludiendo el embargo de las Naciones Unidas.
Dicen que su pasión por los Mercedes-Benz le viene de familia, su padre, ya fallecido, Kim Il Sung ya adoraba un Mercedes 500 SEL que hoy en día se exhibe en el mausoleo en el que reposan sus restos. ¿Seguirá la tradición familiar su hijo y sucesor Kim Jong-Un? De momento se comenta que desde niño ya se desplazaba por sus aposentos en un pequeño Mercedes a pedales.
Fuente: 20 minutos | Jalopnik
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