El Franay-Bentley Mark VI está considerado uno de los Bentley más caros y exclusivos jamás fabricados. Partimos de la base de que se trata de una unidad única, absolutamente exclusiva, fabricada en 1947. Pertenece a una época en la que Rolls-Royce era propietaria de Bentley: el Bentley Mark VI era esencialmente el mismo coche que el Rolls-Royce Silver Wraith, con el que compartía una novedosa carrocería de acero o un motor 4.3 de seis cilindros en línea. Sin embargo, el Bentley de las imágenes no se parece a cualquier otro.
Fue completamente carrozado por Franay, un carrocero francés que fabricó a mano un cuerpo que sólo podría describirse como escultural. Sólo su contemplación evoca un lujo abrumador, un culto puro al diseño. Los pasos de rueda están completamente carenados, y la zaga ha sido modificada al completo para brindar un aspecto más redondeado al coche. Su aspecto recuerda a los Delahaye, los Cord o incluso a Bugatti, una inspiración que trasciende con creces la frontera del superlujo.
Por si esto fuera poco, el interior está guarnecido en piel de rana. Yo también me pregunto de donde habrían sacado tantas ranas, pero no es el objetivo de este artículo. Esta unidad en concreto ya ha sido ganadora de dos Concours d’Elegance en 1947 y 1948, y causó un revuelo mundial en el Salón de París de 1947. Barrett-Jackson la subastó en 2006 y se pagaron 1.728.000 dólares. Se cree que se ha revalorizado entre un 20 y un 25%, con lo que supera con creces los dos millones actualmente.
Barrett-Jackson la vuelve a subastar en Scottsdale – entre los días 15 y 22 de enero – por lo que si algún coleccionista desea hacerse con una joya única (procedente de la colección de Ron Pratte y vencedora en más de 50 shows de clásicos a lo largo y ancho del mundo), es su oportunidad. Por desgracia, no tengo disponibles dos millones para este tipo de gastos, así que me debo conformar con ver las imágenes y soñar despierto.
Fuente: Silodrome
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