Como seguro que sabéis, Tailandia ha pasado prácticamente todo el mes de noviembre sumergida. Se han producido incontables pérdidas materiales y humanas, aunque por fortuna todo ha vuelto ya a la normalidad en el país asiático. Es el momento de evaluar los daños, y para los diversos fabricantes de automóviles allí establecidos – fundamentalmente Honda y Toyota, por el bajo coste de la mano de obra y un yen devaluado – esto supone un doloroso paseo por ciertas campas.
Enormes campas con la producción de días enteros, que en el caso de Honda, ha supuesto la pérdida completa de más de 1.000 vehículos que estaban listos para la venta en su fábrica de Ayutthaya. Honda ha anunciado que achatarrará 1.055 coches para evitar que algunas piezas puedan llegar al mercado. Son coches que se han pasado días bajo el agua y que están destrozados. Ninguno podría haber vuelto a funcionar sin mucho esfuerzo o coste, y el fabricante prefiere curarse en salud y cuidar su reputación.
Ante la mirada de algunos periodistas, una grúa comenzaba a introducir los vehículos en una compactadora, previo drenaje de sus fluidos (gasolina, aceite) y extracción del motor, cuyo reciclaje es diferente. Los coches dañados que se pueden ver en las imágenes son básicamente Honda Brio y Honda City, aunque también se ve algún Accord y algún Fit, en menor medida. El proceso de achatarramiento es algo doloroso, pero al menos una relajante música lo acompaña.
Fuente: Jalopnik | Autoblog
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