Hay vida más allá de los híbridos, hay Toyota más allá de los Prius. Tal vez estemos acostumbrados a la completa pero modesta gama de vehículos Toyota comercializados en Europa y también a la importancia de los híbridos y en especial de uno: el Prius. En Japón la realidad es una inmensa oferta de vehículos que da cabida a todo tipo de segmentos, desde los minimalistas kei car y pequeños utilitarios, hasta grandes monovolúmenes y deportivos SUV, por no hablar de algún que otro vehículo de muy alto standing y gran lujo, como el caso del que os vamos a hablar hoy.
Desde hace más de cuatro décadas el Toyota Century ha servido como ostentoso medio de transporte para presidentes, emperadores y grandes ejecutivos del país del sol naciente. Lo más sorprendente es que durante treinta largos años, hasta 1997, la primera generación de Toyota Century sobrevivió sin apenas cambios de importancia y diversos motores de ocho cilindros en uve. No tardaría en convertirse en una alternativa ideal, y muy patriótica, a los clásicos Rolls, Bentley y Maybach importados de Europa.
El nombre del Toyota Century responde sencillamente a que su lanzamiento coincidió con el centenario del nacimiento de Sakichi Toyoda.
Manteniendo, en su mayoría, los rasgos estéticos de su predecesor, Toyota hizo un profundo rediseño en 1997. Esta nueva generación de Toyota Century aún se comercializa hoy en día con un suave motor de doce cilindros en uve de 5.0 litros limitado a 276 CV de potencia, tracción trasera y un cambio automático de seis velocidades. Ya saben, pese a la ostentación de su pose y su engalanada carrocería este vehículo no necesita demasiada potencia para cumplir su cometido. Eficiencia japonesa hasta en ese aspecto…
Sin ir más lejos el marketing del Toyota Century dista mucho del utilizado por fabricantes como Rolls-Royce. No se trata del lujo y la distinción, el exceso y la ostentosidad, sino de un aséptico y protocolario vehículo de representación y de trabajo para aquellos quienes lo necesitan, en su mayoría dirigentes políticos. Así como un traje y una corbata no son, en la mayoría de los casos, un signo de posición económica sino una exigencia para cualquier escala social, desde el oficinista hasta la realeza, el Century no es un objeto de lujo sino una herramienta de trabajo más.
Como ya adelantábamos, el Toyota Century ha sido utilizado durante estas cuatro décadas por políticos y por la realeza nipona. Sin ir más lejos la casa del propio Emperador de Japón cuenta con su propio vehículo personalizado y denominado Toyota Century Royal. Estamos hablando de un vehículo de más de 52 millones de yenes, unos 500.000€. Entre otras exquisiteces el alféizar de las puertas fue rematado con granito y los refuerzos de seguridad se llevaron casi al extremo.
El encargo del Emperador de Japón fue de cinco unidades pero debido a su elevado coste tuvieron que conformarse con cuatro. Este vehículo más concretamente tiene una longitud de 6.15 metros, como un Maybach 62, y dadas sus dimensiones se tuvo que hacer una excepción para permitir su circulación en Japón debido a lo estricto de la legislación japonesa.
Fuente: Toyota | Wikipedia
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