Con la reciente noticia de la muerte del dictador de Corea del Norte – Kim Jong-Il – hemos sabido que el “querido líder” tenía una marcada pasión por los Mercedes. Hace ya más de una semana de su muerte, pero sólo hace un par de días hemos tenido información sobre el ritual funerario. Baños de masas, desfiles militares, una población visiblemente desolada y una enorme procesión automovilística de más de 70 kilómetros por las frías y hostíles calles de la capital y sus inmediaciones.
El cuerpo del dictador ha salido en un ataúd del palacio de Pumuyan, curiosamente montado sobre una limusina Lincoln del año 1976. Para este amante de los Mercedes-Benz es curioso que no haya sido sobre uno de sus Mercedes S 600 Pullman especialmente fabricados para él. En el grupo de vehículos que acompaña a la limusina estadounidense se ha podido ver más material americano, algunos “Jeep” de origen soviético y otros todoterreno que ante una inspección más cercana parecen Mercedes Clase G.
También se han podido ver unos pocos Mercedes Clase S, transportando seguramente a oficiales del Gobierno. Otra limusina Lincoln ha transportado una foto gigantesca del dictador. El estilo teatral del evento ha estado enmarcado en fuertes nevadas, que han obligado a movilizar a la población para limpiar la ruta de la comitiva. La ironía de todo, es que a pesar del profundo odio de Kim Jong-il a Estados Unidos, ha hecho su último viaje en un coche americano, y uno de los más reconocibles.
Fuente: Autoblog
En Diariomotor: Kim Jong Il, el Querido líder coreano y su obsesión por Mercedes