Malas noticias para el sector del transporte rodado, ya sea de pasajeros o mercancías. El nuevo año comenzará con el fin de las ayudas al gasóleo profesional, un importante aguinaldo para las arcas públicas y un varapalo más para la ya maltrecha economía del sector. La diferencia será de unos 2.8 céntimos por litro, casi 30€ más por cada 1.000 litros repostados. Prácticamente se equipara con el precio del gasóleo repostado por particulares.
¿Qué es el gasóleo profesional? A diferencia del gasóleo agrícola o de calefacción, que se marca con diferentes colores y está exento de fiscalidad, el gasóleo profesional es exactamente el mismo que puede repostar cualquier particular en su turismo. La diferencia radica en que desde hace dos años la Agencia Tributaria desgravaba 2.8 céntimos por litro a los transportistas hasta un máximo de 50.000 litros (autocares y autobuses con menos de 7.5 toneladas de P.M.A.), es decir, hasta un total de 1.400€ anuales. En el caso de los taxis el máximo era de 5.000 litros anuales.
¿Quién es el culpable? A día de hoy el fin de la subvención al gasoleo profesional no es culpa ni del gobierno entrante ni del gobierno saliente, sino de la directiva 2003/96 de la Unión Europea sobre la fiscalidad energética y de los hidrocarburos que obliga expresamente al aumento de esos correspondientes 2.8 céntimos por litro consumido que prácticamente equiparan la fiscalidad de los profesionales con la de los particulares.
Consecuencias. El sector de los transportistas por carretera se siente agraviado, puesto que las cargas fiscales sobre los hidrocarburos y la energía del sector aéreo, marítimo y ferroviario no es comparable con los 33 céntimos/litro que gravan al gasóleo consumido por carretera.
En fin. Una vez más, malas noticias para el transporte por carretera.
Fotografías: Volvo
Fuente: ABC | El Economista
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