Comienza un nuevo año y es un buen momento para recapitular lo sucedido durante el ejercicio anterior. Si la cruz la teníamos con la estrepitosa caída de las ventas, la cara de la moneda la tenemos con la cifra positiva del notable descenso de la siniestralidad en nuestras carreteras. Por primera vez en 50 años los fallecidos en carretera han descendido de los 1.500, siendo en 2010 un total de 1.479 y acumulando ocho años seguidos de retroceso.
Los culpables son muchos y de naturaleza muy diferente. Pensemos que la cultura de la seguridad vial ha mejorado considerablemente en los últimos años y que en parte estamos recogiendo los frutos de esa siembra, por supuesto sin entrar en la autocomplaciencia y en creernos que todo el trabajo está hecho, aún hay mucho que mejorar. Sin ir más lejos cuanto más bajas son las cifras de accidentes y sus consecuencias también es más complicado mejorar los resultados. Desde la Unión Europea se ha instado a rebajar la cifra de fallecidos, de aquí a 2020, en un 50%. Ni más ni menos…
La renovación del parque automovilístico también ha ayudado a que la mejora de los sistemas de seguridad activa y pasiva influya muy positivamente. En este punto cabe recordar que el retroceso tan brutal que han sufrido las nuevas matriculaciones en nuestro país no hace otra cosa que envejecer la vida media del vehículo que circula por España y revertir esta mejora. Por no hablar de lo que muchos conductores están intentando ahorrarse en mantenimiento básico y seguridad (por ejemplo, sustitución de neumáticos) por culpa de la crisis.
La inversión en infraestructuras también se habría detenido debido a la falta de liquidez de las arcas públicas. Es importante recordar una vez más que en este punto, también, hay mucho trabajo por hacer para acabar con puntos negros cuyos defectos de diseño o construcción han sido demostrados y han causado víctimas mortales los últimos años.
Pere Navarro sí, Pere Navarro no. Ojo que desde el nuevo Gobierno entrante del Partido Popular se ha abierto un debate acerca de la conveniencia, o no, de que el actual Director de Tráfico siga al frente de la Jefatura. A menudo controvertido muy criticado por su política de mano dura ante aptitudes como los excesos de velocidad, lo cierto es que Pere Navarro ya se ha convertido en un personaje público al que “atizar” de vez en cuando y también para vanagloriar de vez en cuando, según las cifras de fallecidos siguen descendiendo.
Desde el PP creen que las cifras tendrán que repuntar de un momento a otro y entonces la DGT tendrá que estar dirigida por un líder capaz de asumir el mal dato. Además habría llegado el momento de un cambio de estrategia, pasar de la imitación al modelo francés ocupándose de los grandes temas, según Pere “la velocidad, el alcohol, el cinturón, el casco y los reincidentes” para centrarse en temas y colectivos más concretos “los peatones, los motoristas, los ciclistas, la gente mayor, las salidas de vía fortuitas”
Ni mucho menos le falta razón. Sólo por atropellos mueren 500 personas al año, 250 en carretera y 250 en ciudad. 500 personas fallecen por salidas de vía y 400 por accidente de moto. En la mayor parte de los accidentes está presente el exceso de velocidad. Juzguen ustedes mismos…
Fuente: El País
Fotografías: elbeewa (Flickr Licencia Creative Commons 2.0) | Diariomotor
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