Maserati no quiso desaprovechar la oportunidad de mostrar en el Salón de Detroit su última y más comentada creación, el nuevo Maserati Kubang, un todocamino que - al menos de momento - sigue acompañado del apelativo “prototipo”. Con la resaca de la presentación de este lujoso y elegante SUV en la tierra que descubriese Colón hace más de 500 años, Maserati puede sentirse orgullosa del balance de su desembarco en América. A día de hoy es probable que casi cualquier estadounidense esté deseando tener un Kubang en su garaje y muchos ya estén haciendo cuentas y avisando a su concesionario de confianza.
Más allá del «efecto Cayenne» y del éxito que puedan tener los vehículos todocamino en la industria del automóvil de lujo, Maserati ha sabido venderse bien y amortizar su simbiosis con el Grupo Chrysler. Al estadounidense de a pie le fascinan los automóviles italianos, su elegancia y el sabor de la buena cocina mediterranea, pero aún más ser participes del producto y sentir el orgullo patrio de que este Maserati Kubang también es norteamericano. Puede que suene a cliché, pero la afirmación es real como la vida misma.
Lucirá un tridente en el capó, el emblema de Maserati, un nombre más italiano (el nombre Kubang no es definitivo y seguramente será sustituido antes de su llegada definitiva) y la elegancia que sólo puede concebirse al amparo de los Apeninos. Pero el Maserati Kubang se fabricará en Detroit, en la factoría de Chrysler en Jefferson North.
Según apuntan los responsables del Grupo Fiat, el nuevo Maserati Kubang empleará una plataforma refinada procedente del Jeep Grand Cherokee. Olvidémonos de aventuras en pleno monte, el Kubang definitivo aunque competente fuera del asfalto, estará pensado sobretodo para su conducción por carretera, el confort y el desarrollo de las prestaciones de que Maserati siempre hizo gala. Las suspensiones, el equipo de frenos y la dirección será “made in Italy”.
Como también lo será un buen motor de ocho cilindros en uve diseñado y ensamblado en Maranello. Pensemos en el motor 4.5 V8 del Ferrari 458 Italia con entre 570 y 600 CV condimentado con una transmisión automática de ocho velocidades que podría ser construída en Alemania.
Ingeniería italoamericana. Elegancia italiana, construcción norteamericana. Como dirían los anglosajones, good move, ¿no creen?
Fuente: Maserati
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