La reputación de deportividad de Peugeot no le viene de hace demasiados años. La fama se ganó en gran parte gracias a los rallyes, a coches como el 205 GTI o las victorias en lugares tan dispares como Pikes Peak o Montecarlo. El acceso a coches prestacionales a un precio asequible fue una de las mejores bazas de la marca francesa, que ha producido vehículos divertidos como pocos: hablo por ejemplo del Peugeot 106 GTI o el 206 RC de 180 CV, uno de los mejores GTI jamás producidos en Europa.
Antes de los años 80, Peugeot no disfrutaba de dicha imagen. Comenzamos nuestra historia con el lanzamiento del Peugeot 105 en 1972, un utilitario del segmento B muy básico, de precio asequible y buena funcionalidad, pero alejado de cualquier concepto pasional. El éxito de los Mini Cooper o los Abarth hizo pensar a los franceses, que lanzaron en 1976 el Peugeot 104 ZS, una versión más potente y prestacional equipada con un motor 1.1 de 64 CV, que movían con agilidad sus 760 kg de peso.
Concretamente, podía acelerar de 0 a 100 km/h en 12,4 segundos y se diferenciaba de otros 104 por tener reposacabezas en los asientos o un volante deportivo de tres radios. No obstante no era un deportivo. Las sensaciones fuertes no llegaron hasta el año 1979, cuando se lanzó una tirada limitada a 1.000 unidades del radical Peugeot 104 ZS 2. Como solía ser habitual, se trataba de una tirada obligatoria por ley para que Peugeot fuese autorizado por la FIA a correr en competiciones de Grupo 2.
El Peugeot 104 ZS 2 era prácticamente un coche de carreras homologado para su uso en carretera. Exteriormente se diferenciaba fácilmente de otros Peugeot 104 por las grandes llantas Amil de 13 pulgadas o unos pasos de rueda ligeramente ensanchados. En el portón trasero aparecían las siglas “ZS 2” y muchos dueños encargaban en opción unas deportivas franjas de carrocería. El habitáculo fue destripado de todo equipamiento superfluo, hasta el punto de ser considerado espartano en la época.
La instrumentación sólo tenía un velocímetro y un tacómetro externo, aunque en opción se podían encargar relojes de temperatura o presión de aceite. Bajo el capó del Peugeot 104 ZS 2 vivía una versión mejorada del 1.1 del 104 ZS, con la carrera y el diámetro incrementados de manera respectiva hasta 77 y 75 mm. El resultado, tras el acople de dos carburadores Solex de doble cuerpo, eran 1.364 cc de cilindrada, que desarrollaban 93 CV y un par máximo de 123 Nm.
Con un peso final de sólo 780 kg, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos y alcanzar una velocidad punta de 176 km/h. En multitud de pruebas de la época se le calificó como el mejor deportivo francés de la época, con una dinámica muy ágil y divertida. Esta versión casi de competición costaba la friolera de 38.000 francos en la época, cuando un Volkswagen Golf GTI – más potente y rápido – costaba 40.500 francos y un Peugeot 104 ZS apenas superaba los 30.000 francos.
Hoy día, es el Peugeot 104 más valorado en el mercado de clásicos y es complicado encontrar unidades a la venta. Lo hemos rescatado de los libros de la historia para que podamos presentaros al antecesor de grandes máquinas como el Peugeot 205 1.9 GTI, que sentaron cátedra y siempre serán recordadas.
Fuente: Ran When Parked
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