No hace falta ser un profeta ni tirar de inexplicables dotes de adivinación para cerciorarse de que el fin de los cambios manuales está cerca y cada vez son menos las razones que justifican la perpetuación de un sistema que se antoja anticuado pero muy placentero para los que disfrutamos de la conducción de un automóvil, sobretodo si se trata de un buen deportivo. Pero la desaparición del cambio manual de toda la vida se hace aún más patente en la categoría de los purasangre, los deportivos más potentes, caros y radicales, donde el doble embrague se ha asentado como la opción más deportiva y también más efectiva para obtener todo el rendimiento del motor.
Ya lo vaticinaba mi compañero Sergio hace un año, el próximo Porsche 911 GT3 podría traicionar a todos y cada uno de los principios puristas que hasta ahora habían hecho que el de Stuttgart fuera un deportivo único e inigualable, salido de los circuitos para su disfrute también en carreteras públicas. El desarrollo de una transmisión automática de doble embrague tan efectiva como impronunciable Porsche Doppelkupplung y el hecho de que esta opción haya alcanzado más de un 30% de las ventas totales del nine eleven podría animar a Porsche a renunciar a algo tan clásico como es el cambio manual.
¿Se imaginan que dentro de apenas unos años podría acabarse el placer de engranar marchas manualmente – las levas no cuentan – en un flamante coupé deportivo como el 911?
Para Porsche la polémica es ajena a su clientela y sus concesionarios. Ya en su día el Porsche 911 Turbo S equipó únicamente el mencionado cambio PDK y nadie se quejó ni echó en falta la presencia de una transmisión manual. Es por eso que dada la situación, en Stuttgart habrían considerado que dotar al Porsche 911 GT3 de un efectivo cambio de doble embrague es la opción ideal para potenciar sus prestaciones deportivas.
Aún hay más, tanto GT3 como GT2 podrían estar dotados de la nueva dirección asistida electromecánicamente. Una polémica más que para Porsche no lo es en tanto sus pilotos probadores han asegurado que lejos de mostrarse artificial o poco comunicativa, esta dirección moderna y eficiente les resulta más cómoda por el hecho de que eliminaría toda aquella información que no le es necesaria al conductor de lo que sucede entre el neumático y el asfalto.
Fuente: Inside Line
En Diariomotor: El próximo Porsche 911 GT3 y la traición a los principios puristas