Este año se celebra el 30 aniversario de uno de los modelos más importantes de la historia contemporánea de Volvo, sin ir más lejos y según reconocen ellos mismos, el responsable de que Volvo sea la marca que es hoy en día tras haber resistido a una de las peores épocas para la industria del automóvil, en los años 70 con la crisis del petróleo. Hablamos sin lugar a dudas del Volvo 760 y, por extensión, del 740 que se encargaría de dar un nuevo rumbo a este fabricante sueco desde que se presentase en 1982.
En 1975 las cosas no podían ir peor en Göterborg. El Volvo 240 dejaba mucho que desear en términos de calidad y por si no fuera poco a la marca no le salía rentable su fabricación y posterior exportación. Se avecinaban cambios de gran importancia en la industria y Volvo necesitaba un best seller eficiente, ahorrador y relativamente asequible, sin renunciar a valores tan importantes para los suecos como la seguridad o la calidad.
La pregunta que todos trataban de resolver entonces era: ¿qué condiciones deberá reunir el automóvil que todos quieran tener en su garaje en los años 80?
Un diseño desde cero y heredar tecnología de sus predecesores
Comenzó el trabajo de despacho, los estudios de mercado, los análisis de viabilidad. Se llegó a la conclusión de que el nuevo vehículo tendría que ser más grande, pero también más ligero. Una medida que se tomó fue la de aumentar la distancia entre ejes para mejorar al menos el aprovechamiento del espacio. Lo más interesante es que los ingenieros de Volvo lograron que el sucesor del Volvo 240, el cual tomaron como base, fuera ligeramente más corto, tuviera una batalla 10 centímetros mayor y siguiera siendo igual de ancho. Con ello lograron un vehículo más espacioso y sorprendentemente más ligero.
Como medida de ahorro Volvo tuvo que recurrir a multitud de elementos de su predecesor: las más importantes transmisión y suspensiones. No obstante el diseño tenía que ser completamente nuevo, o como dirían los anglosajones from the scratch.
Volvo 760: estética angulosa y de caja de zapatos, tendencia en los 80
Fueron muchos los diseños y las propuestas que llegaron para el Proyecto P31, como se conocía al Volvo 760 hasta su definitiva presentación, se pensó en la carrocería de tipo hatchback y también en el sedán. El consenso era prácticamente total al respecto de una sencillez de líneas, ángulos marcados y en la medida de lo posible cerca de los 90º. Los ingenieros pretendían huir de líneas atrevidas pero complicadas de moldear que conllevasen un encarecimiento del producto y mayores dificultades en la línea de producción.
Lo curioso es que este tipo de diseño de línea marcada, estilo “caja de zapatos”, y tan característico de Volvo, se convertiría en la tendencia de los años ochenta en Estados Unidos, uno de los mercados más importantes para Volvo puesto que sería el destino del grueso de su exportación.
Volvo Car Corporation: un prototipo testigo mudo de la independencia de Volvo
Así las cosas en 1978 todo estaba dispuesto para encarar la recta final de la fase de desarrollo del Volvo 760, la de los prototipos, las pruebas, la puesta a punto y la de convencer a los futuros clientes de que en unos años esta sería una de las alternativas más interesantes del mercado. Durante aquel año los primeros prototipos empezaron a rodar recorriendo más de 3.200.000 kilómetros.
Así para el año 1980 estaba disponible un prototipo, que aún se conserva en el Museo Volvo, que recibió el nombre Volvo Car Corporation, celebrando de paso que un año antes la división de turismos de AB Volvo había obtenido su independencia.
El Volvo 760 llegaba a los concesionario en 1982 vendiendo 221.309 unidades
La presentación definitiva se producía en el Salón de Frankfurt de 1981 y su lanzamiento en los concesionarios en febrero de 1982. A su llegada estaba acompañado por una gama de tres diferentes motores: un cuatro cilindros turbo, un V6 de 2.8 litros y un diésel de seis cilindros en línea de origen Volkswagen, convirtiéndose con este último en uno de los diésel más rápidos sobre la faz de la Tierra en aquellos tiempos.
Un precio relativamente asequible, para sus características, y un equipamiento completo que ya incluía aire acondicionado, techo solar y dirección asistida, hicieron que las ventas despegasen rápidamente. Tras el Volvo 760 llegarían otros modelos, pero no sería hasta bien entrado 1998 que Volvo finalizaría la producción de los últimos vehículos basados en aquel 760 original de 1981.
Concretamente se fabricaron 221.309 unidades del Volvo 760, 1.230.704 si incluimos al 740, hasta que en 1990 fuera remplazado por el nuevo Volvo 960.
Fuente: Volvo
En Diariomotor: Volvo Tundra (1979)