La lección de seguridad vial de hoy nos llega del insólito accidente sufrido por el jugador de fútbol Ever Banega mientras intentaba repostar en una gasolinera el depósito de su flamante Audi R8. Y es que por surrealista que parezca la posibilidad de sufrir un grave y absurdo siniestro siendo atropellados por nuestro propio vehículo es bastante alta, más aún cuando se tiene la mala costumbre de salir del habitáculo sin haberse asegurado de que el freno de mano estuviera accionado.
Los accidentes por atropello en un fallo o error del conductor al no accionar el freno de mano, son sucesos bastante comunes. Lo cierto es que con la popularización de los cambios automáticos y los frenos de estacionamiento eléctricos, la posibilidad de estos accidentes se reduce notablemente. El fallo mecánico aunque posible, también es algo bastante improbable y por lógica la causa habitual será el despiste o un freno mal tensado.
El atropello accidental suele suceder en muchos casos por el intento desesperado del conductor por tratar de frenar el vehículo con su propio cuerpo. Imaginaos que parar más de una tonelada no es fácil y el desenlace final suele ser un atropello o un aplastamiento con el objeto fijo más cercano que encuentre el coche en su caída, una farola, una pared…
El caso de Ever Banega nos recuerda una vez más del peligro de intentar detener el vehículo. El mediocentro argentino del Valencia C.F. no pudo con su Audi R8 y este le fracturó la pierna, lo cual le supondrá al menos seis meses de baja, operaciones, recuperación complicada…
Recordemos que el Audi R8 se comercializa, tanto en su versión V8 como en la V10, con cambio manual y robotizado. Al menos en los que yo he probado la palanca de cambios está incrustada en la consola central, junto a la pantorrilla del conductor. En principio algunas fuentes mencionan que era la versión automática, por lo que imaginamos que se bajó del vehículo con el contacto accionado, el freno de mano sin accionar y tampoco seleccionado el “modo parking” de la caja de cambios.
Según se van esclareciendo los detalles del accidente de Banega todo apunta a que el jugador intentó detener la marcha del vehículo con el bien más preciado de un futbolista profesional, su pie. Por desgracia su pierna quedó aprisionada entre el bordillo de la acera y la rueda, provocándole una lesión de importancia.
Pero el desenlace podría haber sido mucho peor. Xavi Tondo, ciclista profesional granadino, fallecía en mayo de 2011 por un suceso similar. En su caso se dieron un cúmulo de fatales casualidades. Olvidó accionar el freno de mano y bajó de su vehículo para abrir la puerta del garaje. El vehículo comenzó a rodar y lo aprisionó contra la puerta, que le provocó un grave corte en el cuello con funestas consecuencias.
Como todo accidente, esta historia tiene una moraleja. Jamás intenten detener el vehículo con su cuerpo y sólo traten de acceder al habitáculo para frenarlo en aquellos casos en que el peligro para la seguridad del resto de peatones y vehículos sea muy alto. Si el motor está parado, además, la dirección quedaría bloqueada y los frenos del pedal central no podrían funcionar correctamente por la falta de asistencia del servo. En el caso de funcionar podrían hacerlo únicamente la primera vez que pisemos, incluso la segunda, pero después la dureza del pedal y la falta de asistencia de frenada podría hacer que nuestros esfuerzos fueran del todo inútiles.
Fuente: Levante EMV | El Mundo
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