Vamos con una de morbo gratuito. Cuando uno ve los resultados de un accidente como este, comienza a creer de verdad en los milagros. No hay más que echarle una ojeada a los restos del vehículo (absolutamente hecho trizas) para darse cuenta de que los dos pasajeros de este vehículo pueden estar muy agradecidos de que, a pesar de todo, continúan vivos. Este Ferrari F430 sufrió un aparatoso accidente en el día de ayer en Vouliagmeni, muy cerquita de Atenas, en Grecia.
Al parecer, el accidente fue debido a una combinación de numerosos factores, entre los que se podrían encontrar el exceso de velocidad y las condiciones de la calzada, con firme deslizante debido a la lluvia. El conductor perdió el control de su Ferrari F430 gris, comiéndose de lleno la mediana de la carretera y un árbol por el medio, yendo a parar al carril contrario. El coche quedó completamente deshecho, partiéndose en dos e incendiándose posteriormente.
Da miedo sólo de verlo. Tras ver el resultado del accidente, con el F430 hecho añicos y no quedando de él más que despojos, uno se da cuenta de la tremenda suerte que han tenido el conductor y acompañante. Que hayan podido salvar la vida se debe sin duda a un cúmulo de circunstancias favorables, dentro de la desgracia, pero sin duda también a la seguridad que ofrecen los coches modernos, ya sea un despampanante superdeportivo o un modesto utilitario. Y es que, probablemente, en un coche con dos o tres décadas a sus espaldas no la hubiesen contado.
Como podéis ver en el vídeo inmediatamente inferior, fue necesaria la intervención de los bomberos para excarcelar a los dos ocupantes y apagar el incendio del vehículo. Y aquí tenemos otro factor crucial para la supervivencia tras un grave accidente: la rápida intervención de los servicios de emergencias. A pesar de las lesiones de diversa consideración sufridas, los ocupantes del F430 siguen con vida y se recuperan en el hospital. Otros muchos, lamentablemente, no han tenido la suerte de poder contarla en circunstancias similares…
Fuente: Carscoop
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