Cuando se junta un nivel excesivo de tiempo libre, cierta falta de muebles en la cabeza y un coche viejo no pueden pasar buenas cosas. Estamos cansados de ver vídeos en los que se tortura un coche hasta que emite sus últimos estertores y dice basta a nivel mecánico, pero no habíamos llegado a semejantes niveles de brutalismo. Os advertimos que hay incluso explosiones y mucho dolor automovilístico.
Los destinatarios de la tortura sois los que vaís a ver el vídeo, aunque previamente el torturado ha sido un Volkswagen Golf III de motor diesel – no mucho más se puede saber – que ya estaba en un estado realmente malo. Los protagonistas del vídeo decidieron encadenar el bloque motor a un árbol y dar marcha atrás. La cadena llega a su punto máximo de tensión y pasa lo que pasa. Muerte y destrucción.
El motor se arranca de cuajo de sus enganches, de la línea de escape, de los ejes y de la caja de cambios. Cae sobre el asfalto entre chispas y humo blanco, dejando una gran mancha de aceite humeante y agujeros en el asfalto. Lo que no me gusta de este vídeo es la destrucción porque sí de un vehículo que podría haber sido válido si se reparase, en lugar de terminar sus días en un patio para algarabía de unos pocos.
Según parece, todo sucedió en Holanda, no hablamos del medio oeste estadounidense o de Rusia, dos lugares habituales de origen para este tipo de documentos gráficos. Espero que esto no os estropee el domingo, nosotros pensamos convertir este día en interesante y productivo ofreciendo nuestro nivel habitual de artículos y calentando para el Salón de Ginebra.
Fuente: Carscoop
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