El Salón de Ginebra aún se está moviendo que da gusto, pero nuestra tarea ahora mismo es otra. Y es presentaros al protagonista de nuestra prueba a fondo de esta semana, el Ford Kuga. El Ford Kuga es el SUV estrella de Ford en el mercado europeo. Es un SUV compacto basado en la plataforma del Ford Focus, y que compite de tú a tú con coches como el Honda CR-V que recientemente hemos probado. El Ford Kuga ha sentado un precedente de gama para Ford, que antes sólamente vendía todoterrenos.
El Ford Kuga ha sabido combinar una estética llamativa con un tamaño manejable y un aspecto aguerrido, claves para que se haya convertido en un éxito de ventas desde su lanzamiento en el año 2008. No ha sufrido ningún lavado de cara hasta la fecha y no lo recibirá. El actual modelo que hemos probado será reemplazado a fin de año por un nuevo Ford Kuga 100% global, conocido también como Ford Escape al otro lado del charco. En cualquier caso, al que hemos probado aún le queda mucho fuelle.
El Ford Kuga que hemos probado es una versión equipada con el motor 2.0 TDCi de 140 CV, el turbodiésel de acceso a la gama y la opción más vendida con diferencia entre sus motorizaciones disponible. Es un motor de origen Ford-PSA más que probado, que en nuestro caso va acoplado a un sistema de tracción total no permanente. La unidad tiene un acabado Titanium y cuando la recogimos en la sede de Ford España en Alcobendas, su odómetro marcaba poco más de 3.500 km.
El Kinetic Design original sigue fresco
Ya nos hemos acostumbrado a la estampa del SUV en nuestras carreteras, y parte de la fiebre por este tipo de vehículos se puede entender: son vehículos atractivos, que imponen, pero al mismo tiempo son compactos y tienen consumos cada vez más contenidos. El Ford Kuga sigue siendo estéticamente atractivo, aunque haya pasado tiempo desde su puesta de largo en el mercado. Su diseño parte del Kinetic Design original de Ford, plasmado en unas ópticas afiladas y agresivas.
Una gran calandra domina un frontal imponente, con dos jorobas sobre el capó que aportan un toque especial, incluso al verlas mientras conducimos. Su perfil lateral es compacto, lo que contribuye a aumentar la sensación de altura del coche – no en balde, mide menos de 4,5 metros – y a que parezca de mayor tamaño. Las llantas de nuestra unidad de pruebas son un conocido diseño de 18 pulgadas, que parecen encajar de manera armónica con sus proporciones generales.
La zaga es muy bonita para el segmento en que se mueve, con unas ópticas que no han pasado de moda en absoluto y una doble salida funcional para el escape, en vez de la típica salida sencilla de la mayor parte de SUVs del segmento. Nuestra unidad no llevaba distintivo con el que se pudiese reconocer el motor que había bajo su capó. En resumen, un aspecto cuidado que no ha pasado de moda y que sigue llamando la atención frente a competencia que puede ser mucho más moderna.
Un habitáculo veterano, cómodo y compacto
Es posible que tengáis muy presente aún la prueba del Honda CR-V que hicimos hace un par de semanas, así que algunas comparaciones son más que probables. El Ford Kuga tiene un habitáculo donde sí se ha notado algo más el paso del tiempo: el volante es el mismo que llevaba el Focus II y es el último Ford en montarlo, y la consola central está recubierta de un plástico claro que ya no se ve en otros vehículos de la gama. Los lazos de sangre con el compacto son claros.
Me subo al asiento del conductor, que es de cuero y tiene una regulación de lo más completa. Me ha resultado estrecho y con un apoyo lateral en banqueta bastante mejorable, pero ni tras 500 km sentado en el mismo me he cansado, por lo que creo que a pesar de todo son buenas poltronas. El espacio disponible en las plazas delanteras es correcto a todos los niveles, aunque quizá mi rodilla derecha podría estar algo más liberada. Hay más de un palmo hasta el techo.
El volante se ajusta en altura y profundidad y la palanca de cambios montada en la consola central consigue que los cambios de marcha no sean un problema ergonómico. En cuanto a las calidades, el Ford Kuga no defrauda. El salpicadero está compuesto de plásticos blandos en su parte superior. El ajuste es correcto, aún sin ser excelente. La consola central está cubierta de un plástico plateado duro, al igual que la parte inferior del salpicadero y puertas, en ese caso de plástico oscuro.
Las puertas tienen hueco para botellas pequeñas y en el marco de la ventana una superficie acolchada para que podamos apoyar cómodamente el codo mientras conducimos. El reposabrazos central no me ha parecido muy cómodo, porque no es regulable en altura. La instrumentación es sencilla pero completa, con ordenador de a bordo e indicador de temperatura del agua. La disposición de mandos en la consola central es adecuada, presidida por la gran pantalla del sistema de infoentretenimiento.
Todo queda a mano, a excepción de los mandos de la luneta térmica. En cuanto a huecos y practicidad, el Honda CR-V le gana la partida al Ford Kuga. El Kuga tiene buenos huecos en las puertas, pero en la consola central sólo disponemos del portabebidas entre los asientos y el hueco bajo el reposabrazos. Hay otros huecos a la izquierda del volante o sobre la consola central, quizá menos aprovechables. La guantera del Kuga sí es excelente: enorme, profunda, iluminada y refrigerada.
Plazas traseras amplias, estrechas
Los orígenes compactos del Ford Kuga se notan en el ancho de las plazas traseras. Son tres plazas, pero tres adultos van a viajar apretados. Cuatro adultos disfrutarán de mucho espacio. Los asientos delanteros tienen mesitas tipo avión en el respaldo y hay una toma de corriente de 230 voltios entre los asientos delanteros. Ha venido muy bien para cargar móviles, por ejemplo. El espacio para rodillas y cabeza es realmente muy abundante, por lo que no defrauda.
Maletero
El Ford Kuga tiene un maletero de 410 litros de capacidad. La boca de carga está a una altura correcta y el espacio de carga tiene formas regulares. Es posible abatir los asientos traseros – configuración 60/40 – y lograr una superficie de carga con el piso enrasado. Bajo el maletero hay huecos donde dejar pequeños objetos, pero no encontraremos rueda de repuesto. El Ford Kuga lleva un kit antipinchazos, la rueda de repuesto tipo galleta es un extra que cuesta 70€.
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